CAMAGÜEY.—No apta para miopes y embaucadores de pacotilla resultó la marcha del pueblo camagüeyano por la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz, que en cifra calculada en más de 200 000 trabajadores y sus familiares ofreció al mundo una nueva lección de unidad y fe en el futuro de la Patria.
Su colorido, y el protagonismo especial de los jóvenes, fueron resaltados al concluir el desfile por Omar Ruiz Martín, miembro del secretariado del Comité Central del Partido, quien subrayó que tal nivel de participación y genuino entusiasmo popular no se logra mediante coerción ni imposiciones de ningún tipo.
“Esta de hoy, ratificó el dirigente político, es una prueba más de que el pueblo asume como suyos los argumentos y las razones de la Revolución, respalda las transformaciones económicas en marcha, aporta desde cada sector, con dificultades y deficiencias, pero presto a resolverlas sin renunciar al socialismo”.
En histórica e inquebrantable alianza con los trabajadores, agrupados en los 17 sindicatos, marcharon también los campesinos camagüeyanos, especialmente motivados por la ya próxima celebración del Día del Campesino Cubano y del XI Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).
“Estamos aquí porque somos cubanos y de nuestro aporte, en especial en el producción de alimentos, depende también la recuperación económica del país”, declaró Blanca Rosa Pérez Hernández, presidenta de la Cooperativa de Créditos y Servicios Renato Guitart Rosell y delegada al magno evento campesino.
La fiesta proletaria en Camagüey estuvo presidida, además, por Salvador Pardo Cruz, ministro de Industrias; Jorge Luis Tapia Fonseca, primer secretario del Comité Provincial del Partido; e Isabel González Cárdenas, presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular.



















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