ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La voluntad de acción es la mayor enseñanza que nos llevamos de Cuba, dijo Ana Lucía Arellanos. Foto: Anabel Díaz Mena

Aún los paradigmas de asistencialismo respecto a la discapacidad están muy enraizados en las sociedades. Las historias, dicho al estilo “jocoso” de un amigo discapacitado, en la mayoría de los casos resultan “lacrimógenas”. Todavía son escasos, en cambio, los enfoques participativos y de inclusión.

Quizás por ello adquieran mayor importancia eventos como los que sesionaron durante esta semana en el Palacio de Convenciones, dirigidos al fortalecimiento de la institucionalidad y la incidencia política de las asociaciones de personas discapacitadas en la región.

Según Ana Lucía Arellanos, presidenta de la Red Latinoamericana de Organizaciones no Gubernamentales de Per­sonas con Discapacidad y sus Familias (Ria­dis), aún en los países del área los ciudadanos con alguna limitación física, visual, auditiva o intelectual, que ya suman alrededor de 100 millones, continúan viviendo en condiciones de desigualdad de oportunidades y sobre todo, ignoradas.

Para dar voz a esos segmentos menos favorecidos e incidir en el paso de un modelo social excluyente a uno de equidad de derechos es que surge Riadis, en octubre del 2002, y ya suma 48 asociaciones de 18 países.

Además, ostenta el estatus consultivo ante a la Organización de los Estados Americanos, “lo cual significa un espacio para incidir en esa transformación social y gubernamental que esperamos en cada uno de nuestras naciones”, apuntó Ana Lucía.

No obstante, aún queda mucho por hacer en cuanto a cambios al interior de las sociedades, comentó. Si bien es cierto que luego del 2008, con la firma en las Naciones Unidas de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, se han obtenido algunos avances en materia de reconocimiento social, todavía a nivel local y comunitario la diferencia de oportunidades golpea.

El proyecto que nos reunió en Cuba, explicó Arellanos, nació en el 2013 apoyado por Handicap Internacional Colombia, con la intención de que países como Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, donde el movimiento de discapacitados cobra impulso, pudieran fortalecer su incidencia en las políticas de desarrollo de sus gobiernos.

“En ese sentido la experiencia cubana es impresionante, sobre todo el trabajo mancomunado de las Asociaciones de Limitados Físico-Motores, de Ciegos y Débiles Visuales y de Sordos, en aras del disfrute pleno de los derechos de las personas con discapacidad”, subrayó.

“Nosotros tenemos la tecnología y otros recursos materiales; sin embargo, no se hace mucho si lo comparamos con lo logrado por Cuba. La voluntad de acción y las ganas de transformar es la mayor enseñanza que nos llevamos de esta tierra”.

Riadis tiene proyectos en otros países, pero “este ha sido el de mayor importancia en los últimos años, afirmó Arellanos, y del intercambio trascurrido en Cuba saldrán incluso algunas ideas a defender en la próxima Cumbre de las Américas, con sede en Panamá.

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