Un año después

COLÓN, Matanzas.— El primero de abril del 2014, en pleno periodo de zafra, la dirección del grupo Azcuba decidió paralizar las operaciones en el ingenio René Fraga por múltiples y permanentes ineficiencias. La fábrica apenas aportó 11 000 toneladas de azúcar con más de seis millones de pesos en pérdidas.

Fue la ratificación de un desempeño que venía siendo aciago en las últimas seis o siete contiendas.

Justamente un año después y en condiciones similares, el central matancero completa las 25 000 toneladas planificadas para la actual campaña con notable eficiencia en los principales indicadores. Una transformación estimulada por factores puramente organizativos, según Tomás Zamora Rodríguez, director del ingenio.

El motor del cambio ha sido la unidad entre la administración y el colectivo de trabajadores; en ese ejemplo de compromiso está la esencia del triunfo, comentó el directivo tras destacar los resultados de la norma potencial (86 %), rendimiento industrial (10.55) y el aprovechamiento potencial de la caña, al 93 %.

Ahora prevalece la expectativa de ver si pueden conseguir otras 10 000 toneladas adicionales y contribuir así a que la provincia no renuncie a su plan anual, nuevamente con no pocos obstáculos para estabilizar la molida en sus otros tres centrales: Mario Muñoz, Jesús Rabí y México.

Optimista, Zamora Rodríguez sueña inclusive con sobrepasar esa cifra si el tiempo tiende su mano. “Disponemos de caña y, lo fundamental, la gente está decidida a emplearse a fondo”, sostuvo.

Otra conquista del ingenio es haber producido hasta la fecha más de 800 toneladas de bagazo desmedulado y otras 600 de la mezcla miel-urea-bagacillo, primeras producciones de este valor agregado de la agroindustria desde la instalación de la planta de bagazo diez años atrás.

Razón tenía el viejo Jacinto Brito Naranjo, jefe de área del basculador y los molinos, cuando ya transcurrido algo más de un mes de zafra se mostró contento por el paso que mostraba el central y aseguró que si seguían así, sin patinar, se quitarían el sam­benito de incumplidores y darían un alegrón a la provincia.