ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Las 16 033,9 hectáreas plantadas a lo largo de la provincia implican un crecimiento de más de 1 400 con respecto a la campaña pasada. Foto: del autor

PINAR DEL RÍO.—Osvaldo Cabrera abre al azar varias hojas, de las miles que repletan la casa de tabaco y luego, con el orgullo propio de quienes disfrutan su trabajo, añade: “mire qué calidad, viene secando lindísimo”.

Tras arduos meses de faena, los primeros campos recolectados están confirmando los buenos augurios que desde el comienzo han indicado que esta podría ser una campaña grande.

Es una tendencia que va más allá de su finca, en el municipio de Pinar del Río, y que abarca todo Vueltabajo.

“Puede ir a dondequiera, que todas las plantaciones están buenas”, me había asegurado un funcionario que tiene que ver con la actividad, y no le faltó razón.

Lo mismo en el macizo tabacalero (los cuatro municipios pinareños cuyas vegas aportan toda la materia prima que conforma el interior de los puros de exportación, y una parte considerable de la capa) que en el resto del territorio (en los 11 municipios de la provincia existe el cultivo), la buena salud de los sembrados ha sido un denominador común.

Así lo considera también Enrique Cruz, director del grupo provincial de Tabaco. Con la mitad de los 26 millones de cujes previstos a cosechar en la contienda, ya almacenados en casas de curación (secado), Enrique afirma que hasta el momento todo indica que los resultados serán favorables, no solo en cantidad de toneladas, sino en porcentaje de capas, capotes y demás tipos de hojas que demanda el torcido de la más alta calidad.

Paralelamente, asegura que el estado de las 12 200 hectáreas (ha) en las que no se ha concluido la recolección es saludable, tanto desde el punto de vista agrotécnico, como fitosanitario.

EL DESPEGUE

Según el funcionario, este es el resultado de haber podido seguir el cronograma, aprovechando la época óptima para la siembra, gracias a una acertada organización y a un clima propicio.

Para una campaña que marca el despegue de la actividad tabacalera, luego de varios años de estancamiento, en los que prevaleció una política de subsistencia, sin dudas se trata de un paso importante.

Las 16 033,9 ha plantadas a lo largo de la provincia implican un crecimiento de más de 1 400 con respecto a la campaña pasada, y confirman que la estrategia de desarrollo para llegar a 20 000 hectáreas en el 2018 va en serio.

El director del grupo provincial de Tabaco explica que para respaldar tales propósitos, ha habido un mayor apoyo a los productores en cuanto a recursos. “Por ejemplo, fueron en­tregados unos 600 motores de riego. Además, se ha estado implementando un programa para el mejoramiento de suelos, la electrificación de estaciones de bombeo, y también se ha reiniciado la limpieza y construcción de tranques, para el almacenamiento de agua”.

Unido a ello, comenta, se ha trabajado aceleradamente en el mantenimiento y construcción de nuevas capacidades de curación.

En ese sentido, asegura que se han terminado 3 372 aposentos nuevos y otros 1 183 se encuentran en distintas fases de ejecución, al tiempo que se repararon 7 887, una cifra que no cubre todas las necesidades, pero representa casi el triple de lo que se estuvo rehabilitando como promedio en los últimos años.

AGRADABLE DOLOR DE CABEZA

Aun así, la infraestructura no ha logrado dar abasto a la que ya los especialistas califican como una campaña grande.
Salvador Carvajal, productor de San Juan y Martínez, cuenta que su tabaco creció tanto que las mujeres pasaron trabajo para poderlo ensartar.

Para este campesino, que el año pasado no logró acopiar una sola hoja debido a una mala pasada del clima, ha sido la oportunidad de tomar desquite. “En la campaña anterior, yo llegué a sembrar cuatro veces y todas las perdí por culpa de la lluvia”, dice Salvador.

“Por eso ahora que las cosas han sido muy diferentes, le digo a la gente que me quedé con deseos de seguir sembrando”. Y todo ello, después de haber agregado a su plan de 160 000 plantas cultivadas bajo tela, otras 30 000 que actualmente crecen al sol, en la tierra que habitualmente destinaba al autoabastecimiento fa­miliar.

Sin embargo, los altos rendimientos agrícolas que se han estado obteniendo no dejan de generar tensión. “Los grandes volúmenes de tabaco a recolectar, ensartar y atender han obligado a realizar movilizaciones y trabajos voluntarios en todos los municipios, con estudiantes y personal de diferentes organismos, para apoyar a los productores”, comenta Enrique.

“Además, estamos afrontando problemas con la capacidad de curación, que hoy resulta insuficiente”, añade.
Ante esta situación, explica que se han estado adaptando locales en escogidas y otras instalaciones para guardar tabaco, y se trabaja intensamente en la tala de madera de bajo calibre para hacer tendales, una vieja técnica para secar el tabaco al aire libre, en lo que se desocupan las casas de curación.

De modo que para una buena parte de los cerca de 10 000 productores del territorio, el momento es complicado. Aunque esta vez se trata de un dolor de cabeza positivo, advierte el director del grupo provincial de Tabaco, porque es la producción la que está imponiéndonos el reto, y no las plagas o el clima, como en la campaña pasada.

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Juan josé dijo:

1

5 de marzo de 2015

07:37:50


Sustituyamos el cultivo del tabaco que mata millones de personas en el mundo, incluso también en Cuba.