
PINAR DEL RÍO.— Abrumado por la falta de brazos que permitan culminar en tiempo las obras contratadas, Reiner Rodríguez, director de capital humano en la Empresa de Construcción y Montaje (ECM) de Pinar del Río, admite que la fluctuación de la fuerza de trabajo se ha convertido en un problema crónico para la entidad.
Desde hace más de un lustro, unos 200 constructores han estado abandonando el sector anualmente, dejando un sensible vacío en las distintas inversiones que se acometen en la provincia. Y aunque no han faltado las acciones para captar y capacitar nuevas fuerzas, la historia se repite una y otra vez: “la gente viene, aprende el oficio y se va”.
Ello implica que como promedio, más de la mitad de los hombres emplantillados en las distintas brigadas a comienzos de un año, se marchan antes del cierre de diciembre.
“Cada vez que esto sucede, nos vemos obligados a buscar nuevos trabajadores, que casi nunca poseen las habilidades y por tanto, no tendrán la misma productividad”, afirma Reiner.
Motivos del éxodo
Entre las especialidades más deficitarias, sobresalen los oficios básicos de la construcción. “Durante el año pasado, logramos capacitar un total de 249 nuevos obreros, entre albañiles, carpinteros, electricistas y plomeros., Sin embargo en ese mismo periodo se nos fueron 281”, señala el directivo.
Según los entendidos, detrás de tal situación existe una causa fundamental: las bajas tasas salariales, fijadas en una época en que las condiciones económicas del país eran muy diferentes a las actuales.
“La inmensa mayoría de los que se marchan, argumentan que los ingresos no se corresponden con el esfuerzo realizado”, reconoce Reiner.
Aunque el tema figura en los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido, donde se plantea la necesidad de elevar la eficiencia en las construcciones, empleando sistemas de pago por resultados y calidad (Lineamiento 288), los encargados de llevar esto a la práctica en la Empresa de Construcción y Montaje de Pinar del Río, aseguran que hoy la solución no está en sus manos.
“A pesar de que aplicamos la Resolución 17, y a partir de sus bondades, buscamos nuevos mecanismos para incentivar a estos trabajadores mediante sistemas de pago atractivos, al final el monto de sus ingresos está condicionado por la escala salarial única vigente en el país, aprobada por el Ministerio de Trabajo”, explica Reiner, y a renglón seguido señala que “las empresas no están facultadas para variar esto”.
De acuerdo con esta escala, por ejemplo, un albañil A debe cobrar por el Grupo VIII, el cual establece un salario de 285 pesos. A ello se le pueden agregar una serie de pagos adicionales, por antigüedad y por encontrarse la empresa en perfeccionamiento; pero de todos modos, la cantidad seguirá siendo muy baja. De modo que si este hombre no tuvo ausencias, cumplió todos los días la norma, y se le paga el máximo por antigüedad (más de diez años en el sector) apenas podrá llegar a fin de mes a 588 pesos.
En comparación con las tarifas que imperan “en la calle”, la diferencia es abismal.
Por ejemplo, por un metro cuadrado de enchape, los albañiles del sistema de la construcción reciben seis pesos, mientras que quienes lo hacen por cuenta propia cobran alrededor de 150.
Lo mismo pasa con la colocación de piso, valorada en 1,44 pesos por cada metro cuadrado, cuando la tarifa de los cuentapropistas ronda los 60, o el encofrado, donde la diferencia es de 3,49 pesos, contra 120.
Un estudio realizado por la dirección de capital humano de la Empresa de Construcción y Montaje pinareña, indica que por actividades básicas como el resanado de paredes, el repello, la colocación de bloques o de piso, el enchape y el encofrado, sus operarios cobran entre nueve y 42 veces menos que los cuentapropistas.
Como consecuencia de ello, el éxodo hacia el sector no estatal ha sido inevitable.
Derrumbar el muro de la desmotivación
Sin embargo, los especialistas advierten que aun cuando hoy existe la posibilidad de que cualquier entidad pueda contratar los servicios de trabajadores por cuenta propia, las empresas especializadas siguen siendo imprescindibles a la hora de emprender obras de envergadura.
“Todo lo que demande movimiento de tierra, montaje, construcción civil, depende del Micons, que es el organismo con los medios y el personal preparado, con especialistas de todas las esferas, incluyendo arquitectos, ingenieros civiles, hidráulicos, mecánicos.
“Por tanto sería erróneo pensar que pudiera desaparecer, y que todo se ejecute con cuentapropistas”, considera el director de capital humano.
“Ni siquiera las cooperativas que han comenzado a surgir, cuentan con la infraestructura ni las condiciones para poder asumir grandes inversiones”.
No obstante, la continua fluctuación de la fuerza de trabajo, ha venido afectando seriamente el cumplimiento de los plazos de ejecución y la calidad de las obras que lleva a cabo la entidad.
“Aun cuando realizamos grandes esfuerzos para reponer la plantilla, la inmensa mayoría de los hombres que entran desconocen el oficio. No tienen destreza. Hay que empezar por enseñarlos”, lamenta Reiner.
Ante esa realidad, no solo resulta imposible poder proyectar una mayor cantidad de inversiones, sino que hasta las planificadas, afrontan contratiempos.
Los ejemplos están por todas partes. “El plan de viviendas del año pasado no se logró cumplir, precisamente por falta de constructores”, reconoce José Antonio Hernández, director adjunto de la EMC.
En tanto, Milena Baro, especialista de la entidad, afirma que por la misma razón, no se logró avanzar todo lo que se había previsto en otras obras como la Oficina de la ONAT del municipio de Viñales, la Fiscalía de San Juan y Martínez, o el tribunal provincial de Pinar del Río.
De cara al 2015, el panorama no es distinto. La escasez de fuerza de trabajo ha obligado a disminuir las acciones conciliadas inicialmente en varias inversiones —tales como el sistema de tratamiento de residuales de la Fábrica de Conservas La Conchita y el drenaje de la carretera que enlaza el poblado de Isabel Rubio con el de Guane—, y a renunciar a otras, como un hostal en Viñales, precisa Milena.
“Todos los años tenemos que rechazar parte de los proyectos que nos presentan los organismos, por este mismo problema”, añade.
Sin duda, una situación alarmante, que desde hace tiempo entorpece el desarrollo del territorio, y que se ha estado traduciendo en el incumplimiento de los cronogramas de ejecución y el mal acabado de las construcciones, dos males inadmisibles en medio de un contexto marcado por el empeño de actualizar el modelo económico cubano, bajo las premisas de la racionalidad y la eficiencia.
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Ernesto dijo:
1
25 de enero de 2015
23:45:07
PRIMITIVO J. GONZALEZ SILVA dijo:
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26 de enero de 2015
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Roquin dijo:
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26 de enero de 2015
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fonseca dijo:
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26 de enero de 2015
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GILBERTOTORO DE ARMAS dijo:
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26 de enero de 2015
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Jesus dijo:
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26 de enero de 2015
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06:27:33
Nor1 dijo:
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26 de enero de 2015
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26 de enero de 2015
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david dijo:
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Jluis dijo:
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Ednago Rodriguez dijo:
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E Morejon dijo:
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26 de enero de 2015
15:13:54
Alejandro Rodriguez dijo:
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26 de enero de 2015
15:53:19
jose dijo:
20
26 de enero de 2015
16:55:57
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