La eficiencia agroindustrial (producir más azúcar con menos caña) es un elemento decisivo en el desarrollo y desenlace de la zafra, en el cual intervienen diversos factores a los que debe atenderse con gran tiempo de antelación.
“Comenzamos a trabajar en la eficiencia desde que hacemos el estimado en junio de la caña que se va a tener para la campaña siguiente”, comenta a Granma Lérida Reina Hernández, tecnóloga de los sistemas informáticos de zafra. Y agrega: “En base a eso se hace el plan de reparaciones del central y de la maquinaria agrícola, teniendo en cuenta la cantidad de medios disponibles de las empresas”.
La programación de corte o selección que se hace para cosechar la caña en su momento óptimo de madurez, deviene como aspecto fundamental, en aras de extraer a la gramínea la mayor cantidad de azúcar que se pueda.
A partir de ese momento, debe llevarse al central en el menor tiempo posible pues como alega Lérida Hernández “la caña empieza a perder azúcar en cuanto se corta o se quema. En dependencia de la brevedad con que se muela estaremos o no más cercanos a aprovechar el rendimiento potencial (RPC) que tenía en el campo.
“En ese sentido Azcuba ha ido haciendo más rigurosos los requerimientos. Antes medíamos la caña atrasada sobre carros a partir de 12 horas, ahora se mide a partir de ocho. Estamos en un proceso de reestructurar los sistemas de cosecha para moler caña cada vez más fresca.
“Un factor que conspira en contra del rendimiento son las materias extrañas con que llegan a los ingenios: las hojas, las raíces, el cogollo. Esas materias tienen jugo pero es de mala calidad, entonces también bajan el rendimiento”.
La especialista añade que cuando los campos de caña se queman por determinadas razones, ya sea por presencia de piedras u otros obstáculos o porque estén infestados de la plaga conocida como pica pica, también incide negativamente en la producción de azúcar, además de deteriorar los suelos.
“Hay otro aspecto que también tiene repercusión en la eficiencia de la industria. A la caña le entran microorganismos por los extremos de corte. La combinada la pica en trozos pequeños, entonces la caña cortada de esta forma se deteriora más que una caña larga, cortada manualmente. Mientras más corta sea, más microorganismos le entran” y se debe moler lo antes posible.
Las operaciones realizadas por los centrales también son de vital importancia. Cada ingenio tiene una capacidad potencial de molida, de acuerdo a la cual establece un plan en dependencia del equipamiento del que dispone.
Funcionarios de Azcuba indican que para este año se planificó una molida superior en un 2 % a la establecida en la zafra anterior, de un 70 %.
El tiempo que permanece un ingenio sin moler (tiempo perdido), ya sea por roturas o interrupciones operativas tiene un gran costo económico estimado, según funcionarios de Azcuba, en 10 000 pesos por hora, pues hay un grupo de gastos fijos que continúan corriendo. Sin mencionar que ello también provoca una desorganización en la parte agrícola, al no poder procesar la caña que está entrando al central.
En el hecho de que —como se ha destacado en artículos precedentes— el país venga alcanzando buenos resultados en la eficiencia en sentido general (fundamentalmente en Ciego de Ávila, Cienfuegos, Holguín y Sancti Spíritus) han influido notablemente una serie de acciones, rescatadas en los últimos años, a partir de la creación del grupo empresarial azucarero Azcuba.
Reinaldo Ruiz Guevara, subdirector de atención a plantas industriales de la entidad, destaca que se ha atendido fundamentalmente la disciplina tecnológica. Para ello se han realizado inversiones no solo en el área agrícola sino también industrial, con el objetivo de montar nuevos sistemas de basculación y crear mesas alimentadoras, es decir, sistemas adicionales de recepción de caña en el basculador que permiten incrementar el tiro al basculador y mejorar la frescura de la caña.
También se hace énfasis en lograr la mayor extracción de jugo posible en el tándem (conjunto de molinos independientes) y alcanzar mayor eficiencia en esta área. “Jugo que no se extraiga allí, es azúcar que se pierde porque se quema directamente en los hornos”, sostiene.
El especialista también refiere que desde hace varios años se da una atención diferenciada a los ingenios que más dificultades presentan. “Cuando se empezó a hacer teníamos alrededor de 14 centrales críticos. La contienda anterior cerramos con ocho. Se trabajaron los problemas identificados y de ellos, seis arrancaron esta zafra con mejores resultados que el año anterior, a excepción del Amancio Rodríguez, que aún no supera las expectativas y del Héctor Molina, que todavía no se incorpora a la molienda”.
Por otra parte, también se creó un grupo multidisciplinario para ayudar a garantizar la inocuidad del azúcar y preservar la calidad del producto final.
Todo ello, unido a la capacitación técnica del personal, el clima, que ha sido más favorable —entre otros factores— ha contribuido a obtener mejores resultados en el rendimiento industrial que en la etapa anterior, lo cual repercute favorablemente en el salario de los trabajadores.
Los sistemas de pago que se aplican desde hace dos años están concebidos de acuerdo con el cumplimiento de los diferentes indicadores de eficiencia agroindustrial y con las competencias laborales de cada cual, acota Eduardo Larrosa, director de capital humano de Azcuba.
Prioridad a los estimados cañeros
Casi en la mitad de enero, la caña cosechada muestra un rango alentador. Llegar a esa fecha con un estimado del 107 % constituye un “soporte de oro” para los resultados de la zafra.
ese indicador es guía para cumplir el plan de azúcar, disminuir los costos, garantizar la calidad de lo que se muela y que cada central haga lo suyo.
Los estimados agrícolas, que obedecen a promedios territoriales y nacionales, exigen, en cambio, un corte, alza y tiro de calidad.
Consigna el sitio www. Azcuba.cu que por eso es preciso sostener todo el tiempo ese 107 % que consideramos alentador para enero, mes que proyecta el futuro y evita cortar cepas sin la edad y madurez aprobadas. Lo más inteligente e indicado es ahorrar caña por vía del rendimiento industrial.
En este acápite las cosas van bien. Por ejemplo, por cada cien toneladas de caña molida el rendimiento industrial es superior en 0,67 y 0,97, más que el marcado en el plan.
Los resultados que acumula el país son, la mejor noticia de este mapa de azúcar dada la eficiencia que acompaña al plan.
La vanguardia no cede las posiciones que mantienen desde el comienzo el 14 Julio, el azucarero insignia de Cienfuegos; el avileño Primero de Enero; los villaclareños Carlos Baliño y Panchito Gómez Toro, y el granmense Enidio Díaz Machado.
Como es lógico entre las empresas azucareras no quieren ceder, respaldados por el poder de sus ingenios, Ciego de Ávila, Cienfuegos y Sancti Spíritus.
En cambio las cosas no les ha ido bien, al menos en este periodo, al México, de Matanzas; Perucho Figueredo, de Villa Clara; Brasil, de Camagüey, que se incorpora después de ser sometido a un abarcador programa de inversiones; López Peña, de Holguín y el José María Pérez, también de Villa Clara.
Mayabeque, Las Tunas y Matanzas, afrontan las mayores dificultades cuando ya están en operaciones la casi totalidad de los 51 centrales que se sumarán en esta zafra.
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Zoelia dijo:
1
23 de enero de 2015
08:03:18
Raquez dijo:
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