ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Ya lo había declarado al periódico Hoy: “No comenzaremos la zafra si no nos ponen el pago del diferencial en la punta de la mocha”. Aunque le alertaron que había orden de matarlo, Jesús Menéndez hizo caso omiso de las advertencias e inició un recorrido por el país, para intercambiar criterios con los trabajadores azucareros.

En la mañana del 20 de enero de 1948, se reunió en Santiago de Cuba con el ejecutivo de la Federación Nacional de Trabajadores Azu­care­ros (Feneta). Dos días más tarde, partió para el central Mabay (hoy Arquímedes Colina), donde el ejér­cito intimidaba a los obreros para que abandonaran la huelga. En la estación de Yara se topó con el igualmente parlamentario comunista Pa­quito Rosales. Allí el entonces capitán Casillas Lumpuy, quien lo venía siguiendo desde Mabay, también subió al tren. Cuando llegaban a Man­zanillo, el militar conminó a Je­sús: “Tiene que acompañarme al cuartel”. Este respondió: “Parece que us­ted no se da cuenta de que soy representante a la Cá­mara y que no puedo ser detenido”.

Faltaban unos minutos para las ocho y treinta de la noche. El sicario quiso sujetarlo por el brazo pero Me­néndez se zafó. “Lo siento, capitán, pero ya le dije que no puedo acompañarle”. Caminó unos pasos por el andén. El criminal se recostó en la escalerilla, sacó su pistola y disparó. “Te dije que ibas vivo o muerto, Menéndez”, vociferaba. El líder sindical recibió los impactos por la espalda. Cayó al suelo. El capitán del odio, como luego lo bautizara el poeta Nicolás Guillén,  siguió disparando.

Hijo y nieto de mambises

Jesús Menéndez nació el 14 de diciembre de 1911 en una pequeña finca en el centro de la Isla, un minúsculo sitio llamado La Palma, cerca de Encrucijada, en la hoy provincia de Villa Clara, dentro de una familia campesina de otros nueve hermanos varones y una hembra. Sus canciones de cuna fueron tonadas mambisas; sus cuentos infantiles, los relatos del abuelo Doroteo quien en la guerra del 95 se alzó contra España y se llevó para la manigua a esposa e hijos; uno de estos, Carlos, el padre de Jesús, se enroló en la tropa de Maceo y alcanzó el grado de capitán.

Jesús apenas aprendió en la escuela las primeras letras y la tabla de multiplicar. Empezó temprano a buscarse la vida: como machetero, es­cogedor de tabaco, purgador de azúcar. Con solo 18 años, en 1929, se inició en las luchas sindicales en el central Constancia (hoy Abel San­tamaría). Ingresó en el primer Par­tido Comunista en 1931.

Dirigente de base, fue llevado por los trabajadores en 1941 hasta el más alto cargo: secretario general de la Fe­deración Nacional de Obreros Azu­careros (FNOA), que por iniciativa del propio Menéndez se convirtió en la Feneta al incluir a los empleados y técnicos de todas las ramas de la industria.

Durante su mandato como máximo dirigente de la federación, los trabajadores del sector lograron ha­cer realidad algunas de sus de­mandas históricas más anheladas: el primer convenio colectivo de trabajo, la creación del retiro azucarero, el Decreto 117 sobre el régimen salarial que estableció aumentos de sueldos de un 32 %, la participación obrera en las negociaciones de zafra, el Decreto sobre la higienización de los bateyes en los centrales azucareros, la creación de una clínica nacional azucarera (frustrada después del asesinato de Menéndez) y la cláusula de garantía que viabilizó el pago del diferencial azucarero, por la cual el pueblo cubano recibió 36 millones de dólares que se embolsaban fraudulentamente las compañías yanquis.

Jesús resultó electo representante a la Cámara en dos ocasiones: 1940 y 1946. Como parlamentario, solo po­día ser detenido por acuerdo del Con­greso. Por ello, Paquito Ro­sales  le advirtió aquel 22 de enero al capitán del odio: “A Menéndez lo ampara la Constitución de la república”. En forma descompuesta, el sicario replicó: “Bueno, si yo violo la inmunidad parlamentaria, que proteste la Cá­mara. Si violo la Cons­titución, asu­mo la responsabilidad, pero yo te lle­vo detenido de todas maneras, Me­néndez, vivo o muerto”.

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Pepe dijo:

1

22 de enero de 2015

08:05:53


De que sirve año tras año el mismo artículo con diferentes palabras, siempre machacando en lo mismo de lo mismo, año tras año, dejad a los muertos tranquilos y pensar mejor en el futuro de los vivos

Raquez dijo:

2

22 de enero de 2015

08:31:30


Jesús Menéndez Larrondo, siempre está presente en el sector azucarero, hoy rendimos homenaje por ser líder de nuestra clase obrera.

Raquez dijo:

3

22 de enero de 2015

08:53:15


mire pepe precisamente para pensar en el futuro tenemos que estar claros de que paso en el pasado y saber como y porque murieron estos hombres, asi que creo que hay que recordarlos siempre y con el mayor respeto como siempre se ha hecho en nuestro país.

Liza dijo:

4

22 de enero de 2015

09:01:49


Puede ser compañero Pepe que haya que dejar a los muertos tranquilos, pero el reconocimiento en la historia de un líder del país y azucarero además, que hizo tanto por los trabajadores de ese sector, siempre será beneficiosa leer todo lo relacionado a su vida y obra, además de crear cultura a nuestro pueblo. Saludos

José Molina Vidal dijo:

5

22 de enero de 2015

09:48:25


No pepe #1; Ésto no se aprende en la escuelita, a la que me imagino que poco o nunca fuiste. Para saber donde estamos y por qué estamos hay que saber donde estábamos y por qué estábamos, solo así sabremos llegar dónde querramos para estar como querramos. "Si no tienes el valor de sacrificarte al menos ten el pudor de CALLARTE ante los que se sacrifican", seguro que tampoco conoces ésto. Y para colmo de colmos: "si desecha en menudos pedazos llega a estar mi bandera algún día, nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavia". Adios chicho. Gracias, Molina

Zardi dijo:

6

22 de enero de 2015

09:53:00


Los paises son el resultado de su historia y si no enaltecemos los valores y las personalidades que la hicieron perderemos nuestra nacionalidad y eso no lo podemos permitir bajo ningún concepto.

Josefina dijo:

7

22 de enero de 2015

12:26:59


Pensé mucho para enviar mi comentario, ante lo expuesto por quien se denomina Pepe. ¿Valdría la pena dedicarle unos segundos a tamaña manifestación de ignorancia?. Ya se los dediqué. De todo tenemos en la viña del Señor.

Jose Afrkan dijo:

8

22 de enero de 2015

13:59:21


Gloria eterna a este noble y humilde hijo de nuestro pueblo que siempre pervivira en la memoria y en la historia. Hombres con el temple y el coraje de JML jamas se olvidan. Que se siga ensenando su vida y logros a las nuevas generaciones.

Zaylin dijo:

9

22 de enero de 2015

14:41:14


Jesús Menéndez un líder de los trabajadores azucareros, debemos sequir su ejemplo.

Oliaris dijo:

10

22 de enero de 2015

19:15:23


Pepe los pueblos que no respetan, recuerdan y conocen su pasado, no tienen futuro.

Mulatizima GR dijo:

11

23 de enero de 2015

13:52:13


A Jesus, lo llevamos en el corazon, en el alma, porque supo jugar su papel es esta inmensa historia azucarera en su momento.