CAMAGÜEY.— El 2015 debe marcar un punto culminante en la reparación capital y modernización de toda la red hospitalaria de esta provincia, como soporte básico del sistema de salud territorial que asegura el acceso pleno del pueblo a uno de los derechos refrendados en la Constitución de la República de Cuba.
Aunque para algunos pudiera parecer demasiado pretenciosa tal afirmación, lo acontecido aquí en los últimos años en el orden constructivo es una muestra de cuanto se puede avanzar cuando se unen voluntades, se movilizan recursos materiales y financieros, y se emplea adecuadamente la fuerza de trabajo.
No ha sido pequeño el reto a enfrentar ante el deterioro acumulado en la mayoría de las instalaciones: se trata de recuperar, a través de un intenso proceso inversionista y de mantenimiento, la infraestructura y principales servicios de 13 hospitales, de los cuales seis se encuentran en la cabecera provincial.
Nunca antes se había acometido un programa de tamaña envergadura. Solo entre el 2013 y el 2014 se han ejecutado en tales menesteres más de 38 millones de pesos, financiamiento que ha permitido transformar gradualmente la imagen y el confort de las instituciones del territorio.
“Ello constituye un compromiso adicional para el sector, pues se trata de lograr un sistema eficiente y sostenible, que cada día mejore la calidad de los servicios y garantice la satisfacción del pueblo, principal medidor de nuestro trabajo”, asegura el doctor Fernando González Isla, director provincial de Salud.
PASO A PASO, OBRA A OBRA
A comienzos de mayo del 2013, tras seis meses de arduo trabajo y estrecha cooperación entre organismos y empresas, quedó totalmente remozado el Hospital Docente Provincial de Oncología Marie Curie, una verdadera joya con cerca de seis décadas al servicio de la atención del paciente con cáncer.

Luego de esta primera prueba de fuego para los constructores camagüeyanos, con el apoyo permanente de una veintena de entidades se acometió la rehabilitación integral del Hospital Materno Ana Betancourt de Mora, considerada la segunda maternidad del país por el número de partos (unos 6 500) que realiza anualmente.
La inversión abarcó todas las áreas del centro, entre las que resaltan, por su complejidad, el servicio de neonatología, el cuerpo de guardia, las salas de hospitalización, el banco de leche, dos comedores, la cocina, la casa de caldera, la lavandería y un acogedor salón de espera para familiares.
A punto también de concluir por estos días se encuentra “El Centenario”, apéndice del Hospital Materno que acoge las especialidades ginecológicas y quedará como nuevo gracias, entre otros muchos colaboradores, al apoyo ofrecido por la Empresa Comercializadora de Combustibles de Camagüey.
Niurka González Pérez, su directora general, reconoce la respuesta ofrecida por los trabajadores de la entidad, quienes desde hace alrededor de un año participan en la reparación de la Maternidad y ahora dan los toques finales a un nuevo salón de estar para las pacientes y sus acompañantes.
Ese mismo es el tiempo que lleva en el lugar como albañil Romilio Soria Quiala, obrero de la Planta de Gas Licuado, quien considera que su aporte es apenas un granito de arena en medio de tanto esfuerzo: “saber que esta obra es en beneficio de nuestras mujeres nos compromete a hacer las cosas mucho mejor”.
EL “MANUEL ASCUNCE” NO QUEDA ATRÁS
Conformado por 44 servicios y departamentos, 21 salones de operaciones, 500 camas y 2 100 trabajadores, de los cuales poco más de la mitad son profesionales del sector, el Hospital Universitario Manuel Ascunce Domenech es, hoy por hoy, el buque insignia de la Salud Pública en Camagüey.
Pero para que no zozobre en medio de carencias materiales de diverso tipo, es sometido igualmente a un complejo proceso restaurador, cuya secuencia de ejecución, luego de dilaciones e imprevistos, ha retomado la senda correcta sin descuidarse, en modo alguno, las obligaciones asistenciales y docentes.
Solo en el 2013 fueron beneficiados en el orden constructivo y de equipamiento, entre otros, los servicios de medicina interna, cirugía, angiología, otorrinolaringología, maxilofacial, terapias intensiva e intermedia y el departamento de atención al pie diabético y aplicación del medicamento Heberprot-P.
Desde entonces se ha avanzado en disímiles frentes, especialmente en la rehabilitación de las redes eléctricas e hidrosanitarias y en la búsqueda de soluciones técnicas para eliminar uno de los problemas más graves de la institución: las inundaciones del sótano y las dependencias que allí se encuentran.
Sin embargo, quizá por ser la de más reciente terminación, la sala de neurocirugía es la que recibe hoy los mejores elogios, como el expresado por Nereida Corniet Martínez, jubilada del sector de la Educación en Florida, quien acompaña a su esposo enfermo:
“Esto quedó de maravilla, sobre todo por la higiene, la privacidad y la tranquilidad para los pacientes. Lo importante ahora es cuidarlo al máximo para que perdure, pues son muchos los recursos puestos en su restauración”.
Jorge Casares Delgado, jefe del servicio, explica que la sala cuenta ahora con una excelente situación estructural, pues dispone de 16 cubículos independientes para dos personas cada uno, además de condiciones idóneas para el trabajo y el descanso del personal médico y de enfermería.
Con grandes expectativas se espera también la ya próxima apertura del cuerpo de guardia del “Manuel Ascunce”, objeto de obra que, una vez terminado, cambiará la concepción de la asistencia médica de urgencia en la provincia, según el doctor Leonardo Ramírez Rodríguez, director de la institución.
“Es un cuerpo de guardia, asegura, que sin ser ostentoso ni con gastos excesivos, a partir de las propias ideas de nuestros especialistas, será uno de los lugares más dignos y funcionales del hospital y redundará en una calidad superior de la atención que se le brinde al pueblo”.
FRUTOS DE UNA EFICAZ INTEGRACIÓN
El vicedirector a cargo de las inversiones y el mantenimiento, Mijail García Vidal pondera el grado de integración alcanzado, algo que resulta vital dadas las características de los recursos que se demandan, la tecnología a instalar, la complejidad de los servicios y los estrictos requisitos de seguridad biológica y asepsia.
Bajo tales preceptos se labora de manera simultánea en los hospitales Clínico-Quirúrgico Amalia Simoni, Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, Psiquiátrico Comandante René Vallejo y en los municipales de Nuevitas, Florida y Santa Cruz del Sur, además del Centro Psicopedagógico Henry Reeve.
Con el propósito de elevar los estándares de calidad y la satisfacción en la atención integral de la población, se asume también un ambicioso programa de reparación hasta el 2015 que abarca 708 consultorios médicos, 13 hogares de ancianos y 22 casas de abuelos.
“El principal desafío que debemos encarar, reconoce el doctor Fernando González Isla, director provincial de Salud, es cómo seremos capaces de sostener en el tiempo toda esa recuperación, a través de una adecuada política de mantenimiento, pues la experiencia hasta hoy demuestra que no lo hemos hecho bien.
Desafío que se torna compromiso irrenunciable para los más de 31 000 trabajadores del sector en Camagüey a la hora de exigir y velar por el cuidado de las instalaciones, actitud que debe trasladarse con similar rigor a los pacientes, acompañantes y visitantes para que todo lo hecho perdure por siempre.



















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juan manuel laino dijo:
1
19 de diciembre de 2014
01:36:34
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