Las tradiciones combativas de la Juventud Socialista, son parte de la rica herencia que hoy posee nuestra Unión de Jóvenes Comunistas.
Cuando José Martí, con apenas 16 años de edad, conoce que en el Oriente cubano ha comenzado la gesta independentista convocada por Carlos Manuel de Céspedes, escribe con rotunda firmeza que el camino no es Madrid, la capital de la metrópoli que nos esclaviza, sino Yara.
A causa de manifestarse por la independencia de la Patria, sufre cruel prisión de grillete al pie, cadena a la cintura y trabajo forzado en la ardiente cantera. Luego destierro y deportación.
El tañido de la campana de la Demajagua, cuyo rico eco llega dos días después a Majaguabo, lanza al mayor de los hijos de Mariana y Marcos, junto a sus hermanos y sus padres, a la guerra revolucionaria.
En esa madrugada Antonio Maceo se bate con tanto arrojo en Ti Arriba, que gana los grados de sargento. Tiene 23 años. Antes de cumplir los 32, tras nueve años de cruenta guerra, llevará en los hombros las insignias de Mayor General y en el cuerpo más de una veintena de heridas.
En la década fecunda que se inicia en 1923, surgirán nuevamente jóvenes que levantan la bandera del mambisado para enfrentar el yugo neocolonial yanqui y hacer realidad el anhelo independentista.
Es cuando Julio Antonio Mella funda la FEU, Rubén Martínez Villena encabeza la Protesta de los Trece y toda una pléyade de jóvenes se lanzan a la lucha contra la tiranía pro-yanqui de Machado.
Surgen la Universidad Popular, la Liga Antiimperialista, la Confederación Nacional Obrera de Cuba, el Partido Comunista.
Mueren por la Revolución Mella, Guiteras y Pablo de la Torriente, en campos de batalla tan distantes como la capital de México,el Morrillo de Matanzas y las trincheras de Majadahonda en la España, combatiente contra el fascismo de Franco, Hitler y Mussolini.
Desdichados los pueblos que olvidan a sus héroes y dejan marchitar sus tradiciones. Felizmente, no es el caso de nuestro pueblo. Para que las ideas de Martí no murieran en el año de su Centenario, Fidel y más de un centenar de jóvenes se lanzaron, el 26 de julio de 1953 contra los muros del Moncada.
La Juventud Socialista se inserta como parte modesta, pero digna, abnegada y esclarecida por la doctrina martiana y la ideología marxista-leninista, en la historia de las sucesivas oleadas de las jóvenes generaciones cubanas.
Fue necesaria la claridad que nos trajo el “Llamamiento del Comandante Raúl Castro a la Juventud del Mundo”, cuyo texto original nos lo envió a La Habana y nuestra invencible prensa clandestina multicolor reprodujo en millares de ejemplares, como año atrás había impreso, a petición de los compañeros del Directorio, el Testamento de José Antonio Echevarría.
También nos llegaron desde la Sierra Maestra, el eco y los destellos de los truenos y relámpagos de la epopeya de Fidel Castro y sus 300 combatientes rebeldes que derrotó la última ofensiva batistiana y percibimos el resplandor heroico de las Columnas del Che y Camilo en marcha hacia occidente.
En ese verano de luces, vimos con meridiana claridad que la lucha guerrillera, con el apoyo de todo el pueblo, era el camino de la victoria.
Lo que resalta de la actividad multifacética de la Juventud Socialista, en sus 16 años de vida, es la abnegada labor desarrollada por ella para educar a las jóvenes generaciones en el amor a la Patria y sus próceres, en el ideario de José Martí y el ejemplo de Antonio Maceo, denunciar al imperialismo yanqui como el principal culpable de los males que aquejaban a la República neocolonial, divulgar el Socialismo como el régimen social que lograría eliminar en Cuba la opresión extranjera, la explotación de unos hombres por otros y la discriminación de los seres humanos por el color de su piel, su sexo o cualquier otra sin razón.
Tal vez lo más destacado o al menos lo más singular de la Juventud Socialista fue la edición de su vocero, que hizo honor a su heroico nombre, “Mella”, por la lealtad a las enseñanzas de Julio Antonio.
Pese a las asfixiantes dificultades económicas, a la persecución, la cárcel, la tortura y la muerte, “Mella” apareció en 158 ocasiones, de ellas 80 ediciones clandestinas en los años de la tiranía hasta diciembre de 1958.
Después del Primer de Enero de 1959, “Mella” prosiguió su labor orientadora y movilizadora como órgano de la Juventud Socialista, hasta 1960. A partir de la unificación con la Asociación de Jóvenes Rebeldes, como vocero de la nueva organización y desde el 4 de abril de 1962 de la Unión de Jóvenes Comunistas. El último número de “Mella” ya convertido en revista semanal, se publicó el 18 de octubre de 1965. El 22 de ese mes aparecería el primer ejemplar del diario “Juventud Rebelde”.
Otro rasgo característico de la Juventud Socialista fue la permanente actividad a favor de la unidad, su búsqueda de alianzas con otras organizaciones para luchar por comunes objetivos de defensa de los derechos de la juventud y de la soberanía de la Patria.
Este porfiado propósito de unidad se hizo finalmente posible, orgánico, al fundirse la Juventud Socialista con la Asociación de Jóvenes Rebeldes, escalón inmediato para el surgimiento de la Unión de Jóvenes Comunistas.
En este acto, tan sencillo como emotivo para aquellos cuyos corazones no deben recibir ya tan fuertes tensiones, la dirección de la Juventud Comunista, ha querido recordar el Aniversario Septuagésimo de la Juventud Socialista y agasajar a quienes podemos ser sus padres y en algunos casos sus abuelos, que los antecedimos en la hermosa tarea de ganar los sentimientos y la voluntad de las nuevas generaciones para la lucha revolucionaria.
Pero este acto, para nosotros, viejos luchadores que aún damos las energías que nos quedan a la Revolución, tiene también otro significado: nuestro homenaje a las nuevas generaciones, “la arcilla fundamental de nuestra obra”, en cuyas firmes manos está segura la bandera y que proseguirán la obra de construir el Socialismo en nuestra Patria, convertirla cada día más en un bastión inexpugnable y defenderla frente a la agresión imperialista hasta el último aliento.
De nuestra juventud salieron nuestros Cinco Héroes prisioneros del Imperio, a los cuales también queremos rendirles homenaje en el día de hoy.
Las nuevas generaciones serán siempre fieles al ejemplo de Martí y Maceo, de Mella, Rubén y Guiteras, de Frank País, Camilo y el Che, de Fidel Castro y Raúl Castro.
Tenemos plena fe en el futuro luminoso y socialista de la Patria, porque tenemos absoluta confianza en sus jóvenes generaciones.
¡PATRIA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!
Un mensaje de Raúl
El Primer Secretario del Comité Central de nuestro Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro, me llamó para informarme que no le es posible asistir a este acto, como lo hizo hace diez años, cuando participó en la conmemoración del aniversario 60 de la Juventud Socialista.
Me encargó transmitirles, en su nombre, el más caluroso saludo a todos los compañeros, tanto a los de la Juventud Comunista que convocan el acto, como a sus viejos compañeros de la Juventud Socialista, organización en la que él militó antes del Moncada, luego de regresar en junio de 1953 de una visita a los países “tras la cortina de hierro”, Hungría, Rumanía y Checoeslovaquia y estar encerrado en el Presidio, por el “delito” de haber realizado tal viaje.
En el mes siguiente, julio, el nuevo viaje fue a Santiago de Cuba: el Asalto al Cuartel Moncada.



















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Luis Martinez dijo:
1
20 de noviembre de 2014
11:11:59
Nébuc dijo:
2
20 de noviembre de 2014
13:41:44
Alberto Lopez dijo:
3
20 de noviembre de 2014
17:00:16
Manuel Betancourt Barbiel dijo:
4
20 de noviembre de 2014
17:53:28
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