MATANZAS.— Los trabajadores de la fábrica de cola de origen animal Juan Ripoll tienen el propósito de entregar este año unas 30 toneladas de un producto de múltiples usos, utilizado básicamente en la industria del fósforo y por los fabricantes vinculados al sector maderable.
La pequeña industria emplea como materia prima fundamental los recortes de cuero desechados en las tenerías del país.
Según explicó María Caridad Zulueta, tecnóloga de la centenaria fábrica, la capacidad productiva se ve disminuida por el avanzado deterioro de los equipos e instalaciones, con más de una década sin recibir mantenimiento. Se trata, dijo, de un pegamento muy necesario en el mercado, y que ante su ausencia el país se ve en la obligación de importar ciertos productos sustitutivos del mismo.
Comentó que una buena noticia es el programa de reparación de la industria, ya aprobado para ejecutar en el primer trimestre del año entrante, y que en lo fundamental incluye la restitución de los cinco lavaderos donde se prepara el cuero para el proceso de extracción de la cola; y la reparación del preevaporador y de los tachos.
Leopoldo Sánchez, el administrador, sostuvo que ya disponen de algunos recursos para iniciar la rehabilitación de la planta en la fecha fijada, y que una vez concluida permitirá cubrir la demanda total de la industria del fósforo con un pegamento de calidad.



















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Eugenio dijo:
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12 de febrero de 2016
16:36:46
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