El doctor Jairo Méndez, consultor en Virología y Laboratorio, del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis en Salud de la OPS/OMS, manifestó a Granma que es imprescindible tener en cuenta el contexto en el que nos estamos moviendo, “en el cual no tenemos ébola, aunque eventualmente pueden aparecer algunos pocos casos importados, lo cual indica que las condiciones son muy diferentes a las de los países de África”.
Por ello, comentó, “lo que se ha considerado desde el primer momento es comprender que se trata de un agente patógeno clasificado como riesgo de tipo cuatro, que es el mayor nivel de riesgo. Precisamente por las características con que se transmite el virus y porque no existe una vacuna o tratamiento específico, se necesitan medidas de contención muy altas, que son los laboratorios tipo 4 y que han sido certificados por la OMS, y son centros colaboradores de esta organización mundial”.
Para la región de las Américas, refirió, existen dos laboratorios de este tipo, los cuales están ubicados en el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), de Atlanta, Estados Unidos, y la Agencia de Salud Pública, de Canadá.

“Existen ya lineamientos por los cuales los países tienen hoy directrices claras de lo que tienen que hacer en los casos necesarios, sobre cómo y dónde enviar las muestras en cualquiera de esos escenarios, y donde pueden seleccionar cualquiera de estos centros para el envío. Este proceso está reglamentado y cubierto por fondos de la OMS”, explicó el experto.
De igual forma, reiteró que “tenemos que fortalecernos como países y como región, pero no solo ante el ébola, sino por cualquier otro evento de salud pública, lo cual está contemplado en el Reglamento Sanitario Internacional (RSI)”.
Al respecto dijo que este encuentro es una oportunidad para revisar dónde hay que fortalecerse más en términos de vigilancia, comunicación y diagnóstico de laboratorio, pero teniendo presente los diferentes escenarios epidemiológicos.
“Precisamente debemos estar conscientes que el RSI existe para saber cómo y cuándo actuar ante un evento de interés en salud pública. Por eso no estamos construyendo desde cero, ya se ha venido trabajando y ahora lo que estamos haciendo es perfeccionando los mecanismos y protocolos; poniéndolos en sintonía con lo que significa el ébola en el escenario epidemiológico mundial. Está claro que hay que ponerlos a funcionar muy bien”.
INFORMACIÓN TRANSPARENTE EN TODO MOMENTO
Leticia Lynn, asesora de comunicación de la OPS, reiteró a este diario el papel relevante que desempeña la comunicación en el enfrentamiento al virus del Ébola.
“Los países tienen que tener sus planes y estrategias de comunicación de riesgo, como se requieren también ante otros eventos sanitarios, en los cuales es importante no solo discernir en las etapas de infestación, sino en el tipo de información, en la forma de comunicar y a quiénes”.
Enfatizó que “nos estamos enfrentando en estos momentos a una posibilidad relativamente lejana aún, pero en un contexto en el que existe mucha ansiedad a nivel mundial. De ahí que sea imprescindible informar muy precisamente qué es el ébola, cómo se transmite, cuáles son los síntomas y cuál es el riesgo de que la enfermedad se disemine por el continente”.
“Hay que mantener a las personas informadas y alertas, pero no exacerbadas ante un riesgo que no necesariamente van a enfrentar de la noche a la mañana”, subrayó.
La experta sostuvo que el ébola es una enfermedad desconocida para la región y hay que prepararse. “La estrategia implica desde la selección de un vocero hasta un plan claro de cuáles son los mensajes y cómo serán dados, pero teniendo en cuenta el manejo transparente de la información en todo momento”.
También insistió en la necesidad de “escuchar cuáles son las inquietudes de la gente. Ahí es donde podemos ver si el mensaje transmitido está funcionando”.
ESTRATEGIAS CONJUNTAS ANTE UN DESAFÍO COMÚN
El coordinador de la Agencia de Salud Pública del Caribe (CARPHA, por sus siglas en inglés), doctor Avery Hinds, abogó este jueves por colaborar con el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) y con otros organismos similares del área para desarrollar programas de capacitación profesional, teniendo en cuenta la diversidad de la región en cuanto a características poblacionales, culturales y de los sistemas de salud.
En calidad de delegado de la Comunidad del Caribe (Caricom) para el encuentro técnico en La Habana, se pronunció en diálogo con Granma por un mayor acercamiento entre los diferentes mecanismos de integración con que cuenta América Latina y el Caribe en aras de intercambiar experiencias y habilidades para el enfrentamiento a esta y otras enfermedades infecciosas.
Manifestó que se podrían diseñar estrategias conjuntas con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio con los Pueblos (ALBA-TCP) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) para evitar la entrada y diseminación del ébola por la región.
Adelantó que Caricom organiza una reunión regional para el mes de noviembre, que tendrá entre sus objetivos analizar específicamente el manejo de las muestras durante su embalaje para el traslado y en los laboratorios. En este sentido la colaboración con Cuba y con la Organización Mundial y Panamericana de la Salud (OMS/OPS) es fundamental, agregó.
Sobre los planes de contingencia ante la emergencia sanitaria internacional desarrollados hasta el momento por CARPHA y Caricom, refirió que, entre otras medidas, se creó un grupo técnico de especialistas encargado de mantener actualizadas a las autoridades caribeñas sobre el comportamiento del brote.
También puso énfasis en la necesidad de capacitarnos y habilitar un laboratorio regional propicio para el tratamiento del ébola.
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