Estamos en un momento de reflexión sobre todas las acciones que hemos realizado en estos 25 años, sobre las nuevas realidades, los retos pendientes y en aras de garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes de Latinoamérica y el mundo, dijo Begoña Arellano, coordinadora de programas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Cuba, en el marco del Taller sobre los Derechos de la Infancia y la Adolescencia que tuvo lugar, este jueves, en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí.
Sobre este primer tratado que aglutina los derechos humanos de los niños y niñas del mundo y que solo faltan por ratificar Estados Unidos y Somalia; Arellano resaltó que los Estados se comprometieron a respetar, proteger y satisfacer los derechos humanos de las personas menores de 18 años, “díganse derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales, o específicos de protección para asegurar el crecimiento y el desarrollo en las mejores condiciones de bienestar”.
Añadió que con la aprobación de esta convención se produjo un cambio total del paradigma, y que si bien los niños y niñas antes eran considerados propiedad de sus padres; ahora pasan a ser objetos de derechos, con posibilidad de reclamo y con responsabilidades de acuerdo con su edad y nivel de desarrollo.
Por su parte, Ana Ercilia Audivert Coello, coordinadora nacional del proyecto de Divulgación de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia en Cuba “Por un mundo al Derecho”, comentó sobre el trabajo que han estado realizando sobre la base del intercambio multisectorial, el diálogo entre las diferentes disciplinas e instituciones, los debates y posibles proyectos, con vistas a garantizar una mayor protección integral de nuestros niños.
Así sobresalieron algunos resultados de las investigaciones llevadas a cabo por el proyecto, como la certeza de que los menores de edad tienen mayor conocimiento sobre temas de derechos que los adultos, que se denota la necesidad de que los adultos aprendan un conjunto de roles, que resulta vital seguir utilizando espacios socializadores para la promoción de esos derechos, entre otros factores.
Si bien se ha avanzado de manera extraordinaria, el proyecto se traza otros retos como la materialización y el fortalecimiento de alianzas con otras instituciones; la preparación y orientación no solo a niños y niñas, sino también a adultos; el fortalecimiento de la dimensión de género, derecho y responsabilidad y el reforzamiento de los centros de referencia en la atención, información y promoción de derechos, entre otros, explicó la experta.
Según Ana Isabel Peñate Leiva, subdirectora del Centro de Estudios sobre la Juventud, la escuela y el grupo escolar se refuerzan como importantes espacios de socialización, lo que atraviesa por la calidad de las relaciones que establecen con sus coetáneos, profesores y con el apoyo que reciben de estos.
Tania Licea Jiménez, oficial de programas de la Oficina de la Unicef en Cuba, comentó también sobre las disímiles acciones desarrolladas en nuestro país, el papel de los medios en la divulgación de contenidos que aboguen por los derechos de los niños y adolescentes, y la realización, durante la próxima semana, del V Taller Internacional sobre la Niñez, Adolescencia y Juventudes: Integración Social y Desarrollo.



















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YOEL dijo:
1
24 de octubre de 2014
10:20:57
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