ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La sucursal del BPA en Guisa está considerada entre las más integrales del país. Foto: del autor

GUISA, Granma.— Hay ejemplos magníficos que rompen el mito de la actividad bancaria restringida a la mujer o el hombre uniformados, separados por el cristal de la caja y la pantalla del computador.

Los hay capaces de demostrar que aunque el dinero siempre media en la relación banco-cliente, no basta para ofrecer un buen servicio si falta la virtud humana de servir con diligencia y suma cortesía, o es débil la gestión de cada trabajador por ha­cer la institución más eficiente, capaz de superar la imagen fría del burocrático autómata que rellena casillas, exige firmas, pa­ga y cobra.

En el trabajo bancario es difícil no parecer un autómata. Tan complicado mundo de números y cuentas requiere sobre todo métodos y fórmulas; pero cuando hay conciencia de que se sirve a un igual, y el conocimiento permite negociar para obtener beneficios mutuos, entonces la inteligencia y la cualidad humana se vuelven catapultas de la gestión económica.
Una pequeña sucursal bancaria, situada en este poblado también pequeño del oriente cubano, es prueba de que la eficiencia depende más de los hombres que de mecanismos y dictados.

En Guisa, la oficina 7862 del Banco Popular de Ahorro (BPA) está considerada hoy la mejor de la provincia y entre las más integrales del país, y aunque con la Nueva Política Bancaria todavía se abre paso por consolidar su rol social, ya hay resultados que la colocan más cerca de la población.

Un buen ejemplo radica en su estado crediticio, al mantener en condición de inmovilizados solo un centenar de los más de 9 000 créditos otorgados a clientes locales, afectando la recuperación del efectivo en menos del  1%, cuando la media en la na­ción es 3 %.

“La mayoría de los inmovilizados tiene que ver con deudas por pago de efectos electrodomésticos distribuidos en el contexto de la Revolución Energética, arrastrado como problema en casi todos los territorios de la Isla; sin embargo es un logro que de las nueva líneas de créditos autorizadas en la Nueva Política Bancaria —como el financiamiento para materiales de la construcción o actividades del trabajo por cuenta propia—, no haya ninguno incluido en tal condición”, subraya Raúl Durañones, el director.

Singularmente importante ha sido aquí la rápida implementación de la figura del gestor bancario por cuenta propia, con 15 personas dedicadas a ofrecer servicios a domicilio del pago de chequeras a jubilados (llevado gratuitamente a más de 1 000 clientes), el cobro de patentes a trabajadores por cuenta propia previa concertación con ellos, el seguimiento personalizado a los deudores de créditos y otros frentes; cuyo efecto más notable ha sido la desconcentración de los servicios en la sucursal y la erradicación casi total de aglomeraciones y prolongadas colas en corredores castigados por el sol.

“En periodos de cobro, hasta tres días duraban las filas de personas, a veces de muy avanzada edad, y hoy hay horarios en que el salón permanece casi vacío”, señala Durañones.

“Es una manera de mantenerme activa. Además, el contacto directo con la gente siempre me gustó, más cuando te agradecen por un servicio que les ahorra tiempo y les evita molestias”, alega Rafaela Ramos, jubilada del sector que optó por convertirse en gestora, de las mejores en la reducción de créditos inmovilizados.

Soa Núñez, por su parte, no esperó al retiro, y a modo de pluriempleo reparte el día entre el horario laboral como una de las comerciales de la sucursal, y el tiempo extra para las funciones de gestora: “He sabido organizarme de tal forma que en una tarde-noche pagué la chequera a más de 80 pensionados en sus casas, aunque ahora esa cifra creció”.

Pero Guisa tiene llano y tiene lomas, y aun en las más escarpadas zonas de la Sierra Maestra, pertenecientes al municipio, llega el servicio de la sucursal a través de sus gestores.

Raúl Durañones pone el énfasis del resultado integral de la sucursal en la estabilidad y profesionalidad del colectivo de 27 trabajadores, insertados en un sistema de capacitación con el cual “todos saben de todo, rotan periódicamente por cada uno de los puestos, y así evitan afectaciones al servicio por ausencias y se perfecciona el control”.

Ese, el riguroso control interno, es la clave para que logren ser los únicos que por cuatro años seguidos mantienen resultados impecables en las recias auditorías.

En primer lugar la calidad del servicio, luego la transparencia en la contabilidad, el manejo de los créditos, la captación de ahorros, e incluso la preservación estética de la imagen, avalan al centro que también se perfila en el asesoramiento a las cooperativas no agropecuarias en formación.

La sucursal del BPA en Guisa demuestra no ser pequeña para retos grandes, y si en la actualización del modelo económico cubano el banco tiene un rol imprescindible, reconforta saber que dentro de él, sea una ciudad capital o un poblado recostado de la Sierra, hay gente profesional de cara al cliente, capaz de convertir su labor en prontitud, eficiencia y calidad.

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Bob dijo:

1

24 de octubre de 2014

07:20:47


Felicitaciones al pequeño colectivo por los logros en su trabajo. Es muy importante que la prensa refleje los resultados de la gestión en los servicios que se brindan a la población. En este sentido me atrevo a sugerir a Dilbert y en general, al periodismo que se encarga de llevar a nuestra prensa este ámbito, que se esfuercen por mostrar en estos artículos indicadores de gestión que ilustren más claramente el impacto del servicio en los usuarios (el balance de los créditos inmovilizados y la afectación a la recuperación de efectivo no creo que lo son). Igualmente son muy bienvenidas las opiniones de usuarios o terceros, ya sea a través de entrevistas o encuestas de satisfacción. Las palabras de los trabajadores del colectivo que queremos resaltar y de sus dirigentes son extremadamente importantes, pero lo son más aún cuando las apoyamos con resultados de encuestas realizadas por terceros y opiniones de aquellos que reciben el servicio.