
MATANZAS.— A una restauración capital se somete en estos momentos el Complejo Cultural de Triunvirato, sitio que forma parte del patrimonio cubano de rebeldía contra la opresión, y vinculado en particular a la sublevación ocurrida allí en 1843, encabezada por Carlota y un grupo de esclavos rebeldes.
Isabel Hernández Campos, directora del Museo provincial Palacio de Junco, explicó que la restitución incluye básicamente la casa del mayoral y la de vivienda, así como otras antiguas instalaciones del ingenio y el cementerio, en avanzado estado de deterioro en muchos casos. Expresó que el ingenio fue demolido en 1918, fecha en que dejó de funcionar.
En la casa del mayoral, convertida en museo, fue reconstruido íntegramente el techo, las puertas y ventanas, copiadas de las originales, y se rehabilitaron además todas las vigas de sostenimiento del portal y las estructuras de madera tal y como eran inicialmente.
Sostuvo Isabel que en la casa de vivienda, mansión colonial de gran porte, se trabaja igualmente en el restablecimiento de elementos estructurales de significativa complejidad, en especial en el techo de armadura tallada, puertas y ventanas, y en el piso de rasilla de barros coloniales.
Resulta novedoso el hecho de que muchos módulos e instalaciones permanecen soterrados y por tanto es preciso escarbar. Comentó el arqueólogo Leonel Pérez Orozco, conservador del teatro Sauto, que una de las primeras acciones de excavación procurará extraer el llamado Tren Jamaiquino, utilizado en el proceso de elaboración del azúcar y considerado una joya de la industria azucarera.
Precisó que el resto de las maniobras se llevarán a cabo paso a paso hasta conectar todas las áreas industriales del ingenio.
Precisamente, donde ayer pelearon los esclavos del Triunvirato y de otros ingenios, se erigió el Monumento al Esclavo Rebelde (sometido también a labores de mantenimiento y conservación) en recordación a los gladiadores de la libertad, como los llamó Fidel, e incluido como parte del Museo de la Ruta del Esclavo, con sede en el Castillo de San Severino, en esta ciudad.
No por casualidad se enarboló el nombre de Carlota como símbolo de la operación que dio inicio a la Misión Militar cubana en Angola hace más de 30 años. Fue una especie de homenaje y gratitud hacia aquellos esclavos rebeldes que contribuyeron a la fragua de la nación cubana y fueron precursores de las revoluciones futuras por la independencia.



















COMENTAR
Responder comentario