
Los libros sagrados de los mayas establecen que los dioses formaron al ser humano de maíz y, en esencia, con ello se intuía en la leyenda que el medio hace al hombre.

Resulta un principio precioso, porque el medio y la vida están tan relacionados que de ahí nos surge el concepto de sistemas ecológicos (ecosistemas), aquellas condiciones donde todo ocurre y se desarrolla.
Cuba, archipiélago espléndido en áreas del trópico, ofrece la existencia de grandes ecosistemas que van desde los fondos marinos a las cumbres de las montañas, los extremos de una naturaleza que moldeó una nación y le implantó su sello.
La grandiosa diversidad se inicia desde fuera, cuando cualquiera se acerca por mar, bucea, desembarca y se interna en este país por ciudades modernas y antiguas, enrumba hacia sabanas y montañas, hurga en el subsuelo, recorre selvas. Estas islas y cayos no tienen fin para los intereses de los curiosos, turistas, geógrafos, espeleólogos, geólogos, biólogos...

Las aguas que rodean a Cuba son pródigas hasta la generosidad, desde sus mares inmortalizados por el escritor Ernest Hemingway en sus sagas y realidades sobre los peces de pico y la Gran Corriente del Golfo, hasta sus playas de fábula, la arena fina y el sol resplandeciente.
BAJO EL AGUA
Los que se aventuran a auscultar las maravillas, escondidas de la vista debajo del espejo de agua en las zonas cercanas a la costa, descubren un universo de bordados coralinos y un movimiento perpetuo de las formas que la vida toma en estos sitios profundos y menos profundos de la plataforma submarina.

Allí florece una guirnalda de tesoros sumergidos que se aferran a la plataforma arremolinados en comunidades a veces gigantescas de corales pétreos y sus variantes de arrecifes frontales, promontorios y barras en perfecta simbiosis con peces, algas, esponjas, gorgonáceas, ascidias, moluscos y crustáceos. Es un reino de colores en casi todo el borde de la plataforma (3 200 kilómetros).
¿Quién no se asombra al contemplar la belleza de un paisaje coralino, donde la naturaleza pareció vaciar su paleta de colores en enorme extensión? Los pólipos han creado estos parajes de fantasía y enorme utilidad, pues sus formaciones defienden las costas de huracanes, sirven de hábitat a una enorme cantidad de especies y son una impecable fábrica de arena de la mejor calidad para las playas.

Cuba cuenta con collares compuestos de más de 4 000 cayos e islotes que rodean la isla mayor y forman ecosistemas propios, saturados de intimismo, tal vez por la poca presencia humana, aunque algunos de ellos se han incorporado a la vida económica del país mediante el turismo. Son los archipiélagos de Los Canarreos, Jardines de la Reina, Los Colorados y Jardines del Rey.
La frontera entre las aguas y la tierra la constituyen las playas, los manglares y los humedales. Los últimos son ecosistemas para la imaginación, con gran algarabía de aves y abundancia de manglares, lagunas litorales, estuarios, llanuras inundables de agua dulce y bosques de ciénaga.

El mayor de todos, insuperable en el Caribe insular, declarado por las UNESCO Patrimonio de la Humanidad, es la Ciénaga de Zapata. También se destacan la de Lanier, en la Isla de la Juventud, y la de Birama, en el delta del río Cauto, amén de otras menores en distintas provincias.
En la Ciénaga de Zapata se encuentra el mayor criadero de Crocodylus rhombifer, especie endémica de Cuba, y dos aves únicas del lugar, con un hábitat muy reducido: la gallinuela de Santo Tomás (Cyanolimnas cerverai) y la ferminia (Ferminia cerverai).
En el subsuelo, en zonas montañosas, aunque también en áreas llanas, hay una gran cantidad de cuevas, que hacen de Cuba un paraíso de espeleólogos por la riqueza del mundo subterráneo gracias a la naturaleza cársica del país. Concretamente en la occidental provincia de Pinar del Río está el más largo sistema cavernario, en las montañas del centro existe un salón con una de las estalagmitas más altas del mundo, y en la llanura norte de la zona central, en el Parque Nacional Caguanes, hay un sistema de cuevas que asombra por su horizontalidad.
ECOSISTEMAS EN CUBA LLANOS Y MONTAÑAS

El lenguaje de los artificios de la naturaleza para expresarse cambia abrupto en tierra firme de las islas mayores del archipiélago (Cuba e Isla de la Juventud), en las que se pueden observar dos tipos de ecosistemas bien definidos: las llanuras y las montañas.
Las planicies son posiblemente el paisaje más frecuente y también el más transformado históricamente por el ser humano para cultivos de diferente tipo y para la ganadería.
En el seno sigiloso de la tierra no hay uniformidad y hay dos tipos distintivos antes de llegar a las montañas: las llanuras calcáreas costeras (no las explotables más hacia el interior) y las terrazas marinas. Ejemplos de las primeras son la península de Guanahacabibes y el sur de la Isla de la Juventud.
Las terrazas marinas son elementos llamativos del relieve y los casos cubanos están entre los más grandes y conservados del mundo, que alcanzan su mayor evolución en Maisí (extremo oriental de Cuba) y Cabo Cruz, en el remate occidental de la Sierra Maestra. Estas son formaciones hasta con 24 escalones, con desniveles entre 80 y 100 metros, muy escarpados.

Por Maisí se considera que penetraron las migraciones de indígenas arahuacos, llamados localmente taínos, y empujaron hacia el oeste a los siboneyes, y en aquellas terrazas batidas fuertemente por el aire fuerte hay sitios arqueológicos suficientes para demostrar que ese era precisamente el lugar de llegada de muchos pobladores autóctonos antes del arribo de los conquistadores españoles.
Desde allí, por la costa norte, se extiende el grupo orográfico Nipe-Sagua-Baracoa, con los bosques más vírgenes, los ríos más limpios y una diversidad biológica irrepetible en el Caribe insular. Allí se asientan la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa y el Parque Nacional Alejandro de Humboldt.
La Sierra Maestra es la cordillera en situación opuesta, a lo largo de la costa meridional de las provincias orientales. En su territorio se hallan los parques nacionales Desembarco del Granma y Turquino, y sus elevaciones y bosques fueron escenario de la lucha guerrillera dirigida por el Comandante en Jefe Fidel Castro hasta el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista, a pesar del apoyo que este recibía de Estados Unidos.

Siguiendo hacia occidente, en el centro del país, encontramos la cordillera de Guamuhaya o Escambray, posiblemente el más afectado por la actividad antrópica de los cuatro grupos orográficos.
Finalmente, ya en el oeste, está la cordillera de Guaniguanico, con la originalidad de sus siluetas pétreas denominadas mogotes en el valle de Viñales. Allí radica la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario.
Solamente resta mencionar el elemento principal de todos estos sistemas ecológicos: el pueblo cubano, que habita en ellos y cuida su patrimonio histórico y cultural.
COMENTAR
Lester dijo:
1
28 de septiembre de 2014
15:25:27
Responder comentario