Luego de sufrir un infarto cerebral unos meses atrás, Alba María comprendió que ya no era la misma persona. Comenzó a utilizar un bastón para caminar, sintió temor, pues se notaba más sola y limitada en el hogar pese a convivir con sus familiares.
Fue entonces cuando unos amigos de la tercera edad la convidaron para que realizara las gestiones de ingreso a una casa de abuelos. Alba María tuvo dudas sobre la funcionalidad del centro y de que el mismo le reportara alguna utilidad a los 74 años de edad.
Hoy en día reconoce que estaba equivocada, y afirma sentirse muy cómoda en la casa de abuelos Palacio del Amor y la Sonrisa, del consejo popular Víbora Park, ubicado en el municipio de Arroyo Naranjo.
“Aquí estoy como en mi segunda casa, incluso me siento más realizada por las cosas que puedo hacer. Cuando llegué a la casa de abuelos no podía valerme por mí misma. Ahora, no necesito el bastón. Incluso he aprendido cómo mantenerme activa gracias a la dedicación y cariño de los trabajadores del lugar”.
Cuando se arriba a la tercera edad muchas personas necesitan de cuidados y atenciones especiales. Estadísticas del Censo de Población y Viviendas del 2012 confirman que nuestro país es de las naciones más envejecidas de América Latina con un 18,3 % de su población mayor de 60 años.
Enfrentar el envejecimiento poblacional de forma planificada y sostenible es una de las prioridades del Estado cubano, teniendo en cuenta su impacto en la sociedad, la economía y los planes de asistencia social.
Tal escenario conlleva a la búsqueda de soluciones para incrementar y mejorar la calidad de los servicios asistenciales consignados a este núcleo poblacional. Una de esas transformaciones que se vienen ejecutando por el Ministerio de Salud Pública, guarda relación con los cambios en el Programa de Atención Integral al Adulto Mayor.
El mencionado Programa está encaminado a que las personas de la tercera edad vivan la nueva etapa con una mayor calidad de vida. Además, se busca que los ancianos no sean una carga para ellos mismos, ni para sus familias.
Como parte de las numerosas modificaciones, aplicadas desde el presente año, destacan la puesta en funcionamiento de una serie de casas de abuelos y hogares de ancianos en todo el país que contribuirán de forma significativa a darle solución a un grupo importante de solicitudes para ingresar en estos centros de salud.
Las casas de abuelos son una modalidad diurna. Se caracterizan porque este no sale de su medio y permite a la familia trabajar; en tanto los hogares de ancianos son fundamentalmente para las personas que no se les puede garantizar la atención en su comunidad y necesitan por ello ingresar en esta institución.
En el caso de La Habana, dichas instalaciones han de responder a una demanda de 436 mil adultos mayores, cifra que representa el 20 % de su población, según datos suministrados por funcionarios de la Dirección Provincial de Salud del territorio.
Para ilustrar el aumento del envejecimiento poblacional en la urbe, Granma pudo conocer que en Plaza de la Revolución el 27,5 % de su población es mayor de 60 años, siendo el municipio con la tasa más elevada del país. Otros territorios capitalinos como Diez de Octubre y Centro Habana muestran cifras superiores al 25 %, muy por encima de la media nacional (18,3 %).
SALIR DE CASA
Sobre el estado actual en la capital de las edificaciones destinadas a recibir a los ancianos, la doctora Nelly Cristina Valdivia Onega, vicedirectora provincial de Atención Médica, notificó que el Programa de Atención Integral al Adulto Mayor posee, al menos, una estructura de casas de abuelos en cada municipio de la ciudad.
Con cierre hasta el mes de julio se dispone de 26 casas abiertas, de un total de 79 necesarias para cubrir la demanda actual. También se conoció que las mil 35 plazas de los 26 centros están ocupadas casi en su totalidad. No obstante, semanalmente se revisan las listas para conocer la disponibilidad real y otorgar capacidades de ser posible, resaltó Valdivia Onega.
“Con el Consejo de la Administración Provincial (CAP) se están evaluando 22 centros para que funcionen en un futuro como casas de abuelos. Esperamos terminar el 2014 con la inauguración de 39 instalaciones de este tipo”.
Al respecto, la vicedirectora provincial de Atención Médica señaló que los locales visitados para su transformación son casas o centros laborales que necesitan reparación o hacerles algunas habilitaciones para su adaptación, en mayor o menor medida, con la finalidad de que puedan recibir a personas de la tercera edad.
“La distribución es acorde a los municipios donde existe mayor envejecimiento poblacional y en zonas que no estén muy distantes. Se han visitado consejos populares con una elevada presencia de ancianos para familiarizarnos con los casos más necesitados”.
Una vez que son identificados y reparados, Salud Pública se encarga del avituallamiento de los inmuebles para que tengan el confort necesario cuando reciban a sus nuevos inquilinos.
En el caso de los hogares de ancianos, la licenciada Susana Galván Valdés, trabajadora social y jefa del Departamento de Asistencia Social y Adulto Mayor en la provincia, comunicó que presentan una mayor demanda con respecto a las casas de abuelos, al tener una lista que ronda las dos mil solicitudes.
Este diario conoció que la capital posee 16 hogares de ancianos; de ellos, 11 están en funcionamiento con un total de mil 278 camas. Las otras cinco residencias se encuentran cerradas por problemas constructivos, aunque la prioridad es repararlas y ponerlas a disposición de la población en los meses venideros.
“Lo que se busca es rehabilitar estos centros para recuperar la totalidad de las camas. También se debe tener en cuenta que muchos de ellos son lugares que funcionan como casas de abuelos. Por eso la importancia de rescatarlos con el mayor confort posible”, puntualizó Galván Valdés.
Cuando se habla de reparación se incluye que los hogares de ancianos posean una serie de recursos que antes no tenían o se encontraban en mal estado (ventiladores, televisores, lavadoras, refrigeradores, máquinas de coser, sillones, juegos de comedor, camas, colchones y el resto del mobiliario).
La proyección para la etapa 2015-2016 es crecer en nueve hogares más, para llegar a un total de 25 centros con estas características.
La vicedirectora de Atención Médica en la capital indicó que con la reapertura de los cinco hogares cerrados en la actualidad, se recuperarán, como mínimo, 600 camas.
Sin embargo, la demanda de hogares de ancianos aún estaría por encima de las capacidades. De ahí la necesidad de lograr habilitar la mayor cantidad de casas de abuelos posible.
En palabras de Valdivia Onega, para materializar dicho propósito es necesario contar además con el apoyo de todas las instituciones vinculadas al Programa (ministerios de Trabajo y Seguridad Social, de Cultura, Educación, el INDER, Instituto Nacional de la Vivienda y demás organismos), para lograr una verdadera atención integral.
“Solo así no tendríamos que otorgar como opción a los adultos mayores los hogares de ancianos. Por supuesto, siempre existirán casos que los requieran, pero tendrán como primera opción las casas de abuelos”.
DESARROLLAR Y ASEGURAR ESTRATEGIAS
Como parte del paquete de inversiones aplicadas al Programa de Atención Integral al Adulto Mayor, destaca la creación —a modo experimental— de la primera casa de abuelos para discapacitados mentales.
Única de su tipo en el país, este centro, ubicado en el municipio de Playa y con capacidad para 20 personas, ya recibe a ocho miembros que necesitan un cuidado diferente, pues presentan un grupo de trastornos cognitivos.
Valdivia Onega subrayó que a diferencia del resto de las casas de abuelos, esta es una instalación que dispondrá de la asistencia de enfermeras y un personal mucho más calificado, atendiendo a la complejidad para atender a estos ancianos.
Refirió que el éxito de esta experiencia permitirá que un grupo menor de abuelos arribe al hogar, además de convertirse en una opción más para las familias que se ven impedidas de realizar sus funciones laborales por los padecimientos de sus familiares.
Más adelante, la doctora puntualizó que el sistema de salud pública tiene las condiciones humanas para atender a este tipo de ancianos. “La experiencia que se obtenga del estudio nos dirá cómo proceder en lo adelante. Pero el mismo tiene que realizarse de forma planificada y acorde a las posibilidades constructivas que existan”.
Según la licenciada Galván Valdés, la proyección inmediata es el mejoramiento de todos los hogares de ancianos y casas de abuelos. Ello entra en el programa de reparación y mantenimiento que se desarrolla en la actualidad.
“Se busca recuperar la capacidad de funcionamiento de las instituciones. A la par que continuaremos identificando lugares para convertirlos en centros asistenciales de este tipo, e incrementar la capacidad de recepción y satisfacer la amplia demanda que existe hoy en día”.
Pese a contar con apenas un tercio de las casas de abuelos proyectadas, y de no disponer de los hogares de ancianos necesarios, los funcionarios de la Dirección Provincial de Salud reconocieron los avances alcanzados a menos de un año de aplicarse las transformaciones al Programa de Atención Integral al Adulto Mayor.
“Es cierto que nos quedan muchas cosas por resolver, pero hemos conseguido una serie de comodidades para que los abuelos tengan una estancia placentera en estas instalaciones, sumado a una elevada capacitación del personal que los atiende”, agregó Galván Valdés.
La doctora Valdivia Onega apuntó que en la actualidad los servicios de asistencia social transitan por uno de los mejores momentos en muchos años. Esgrimió que se dispone de los medios para seguir brindando servicios de calidad, además de contar con un chequeo sistemático del cumplimiento del Programa, donde intervienen las autoridades del Partido, el Gobierno y el Ministerio de Salud Pública.
El envejecimiento poblacional es una tendencia que prosigue su camino, y el Estado cubano se prepara con el objetivo de afrontar los retos que implica poseer un por ciento significativo de sus habitantes con más de 60 años. De ahí la importancia de cuidar lo que se ha logrado y consolidar futuras estrategias.
Sin embargo, el papel de las familias en la educación de los más jóvenes, y de la sociedad en el cuidado y atención de los adultos mayores es primordial.
Para la doctora Valdivia Onega es importante que la familia tome conciencia sobre cuáles son las complejidades de la tercera edad para no hacer del envejecimiento un problema.
“Hay que evitarle dificultades al anciano, tenemos que ocuparnos de ellos, de sus enfermedades y de la prevención de las mismas. Se debe tratar que las personas envejezcan con sus capacidades al máximo, y para ello la familia y la sociedad se tienen que preparar”.
“Es hacer que el anciano se valga por sí mismo, facilitándole condiciones para realizar ciertas funciones. Hay que entender que el envejecimiento es un don que brinda la vida y no una carga de problemas”, concluyó la vicedirectora provincial de Atención Médica.



















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1
12 de agosto de 2014
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17 de agosto de 2016
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