
CAMAGüEY.— Con su principal playa (Santa Lucía) bien distante de los más grandes asentamientos urbanos, la población de esta provincia encuentra en las instalaciones del Campismo Popular una alternativa acogedora para disfrutar a plenitud de un verano que ya enseña “calurosas” credenciales.
En la llamada temporada alta (hasta el 15 de septiembre), esa modalidad turística pone a disposición del público sus siete bases permanentes con 173 habitaciones, a buena parte de las cuales se les mejoraron las condiciones de alojamiento como garantía de una estancia mucho más placentera.
Así, agramontinos y visitantes de otras provincias, previa reservación, pueden hospedarse en Las Palmas (Esmeralda), Los Cangilones (Sierra de Cubitas), La Barbacoa (Sibanicú), Monte Oscuro (Guáimaro), Batalla de Saratoga (Najasa), Las Clavellinas (Camagüey) y Punta de Ganado (Nuevitas).
De acuerdo con las características de cada lugar, las ofertas incluyen los acostumbrados baños en playas, ríos y piscinas, paseos a caballo, caminatas, alquiler de kayac y bicicletas acuáticas, encuentros deportivos, competencias de habilidades, bailes, espectáculos nocturnos y juegos de participación.
Camilo Pérez García, director de la Empresa Provincial de Campismo Popular, informa que todas las cabañas cuentan ahora con televisor y en 18 de ellas, específicamente en la base Batalla de Saratoga, se ubicaron equipos de aire acondicionado.
Como respuesta a peticiones de los propios campistas, brigadas de la empresa, con el apoyo de otras entidades del territorio, han trabajado también en el dragado y limpieza de los ríos, el techado de las pistas de baile y la construcción de ranchones para el expendio de bebidas y alimentos.
Tales inversiones han permitido recuperar gradualmente las instalaciones y su entorno, devolverles sus atributos y conformar un producto que responda a las expectativas de quienes prefieren, amén de otras opciones, el descanso sano y la recreación en contacto directo con la naturaleza.
No obstante, criterios recogidos entre la población refieren insatisfacciones aún con el precio de entrada por la estancia de un día, la venta de bebidas solo en moneda convertible y el mal estado de algunos caminos que dificultan la entrada de los ómnibus a las bases de Campismo.



















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