
GUANTÁNAMO.— Menuda, alegre, de escaso hablar, pero virtuosa en su labor, se nos presenta Dariannis Domínguez Torres, la joven que con apenas 22 años califica como la más diestra trilladora manual de café en la Planta Asdrúbal López, colectivo con el nombre comercial de Alto Serra sobre el cual recae gran parte de la responsabilidad en el beneficio del grano.
Residente en el sur de la ciudad, esta muchacha apenas exhibe cuatro años en la actividad, de ahí que sus resultados no son fruto básicamente de la experiencia acumulada, sino de su constancia, destreza y el aprovechamiento de la jornada, que asegura inicia alrededor de las 6 y 30 de la mañana y no pocas veces extiende hasta pasadas las 5 de la tarde.
“Me gusta proponerme metas. Si ayer trillé 26 kilogramos, hoy busco trillar un poco más. Así contribuyo modestamente a los resultados de mi centro y a la economía del país. Lo bueno es que nos pagan por lo que hacemos individualmente. En los últimos siete meses, desde noviembre hasta mayo, mi ingreso promedio fue de 969 pesos, más una estimulación mínima en divisa, que está entre 6 y 8 CUC”, comenta Dariannis.
—¿En qué consiste tu tarea?
—La trilla manual se realiza para extraer de la masa de café los granos defectuosos (negros, verdes, canarios, conchas, fermentados, partidos, podridos, dañados por la broca… e impurezas como piedras, cascarillas y palos). Parece una actividad sencilla, pero es muy exigente, pues de ella depende, en buena medida, la calidad final del producto. Una trilla incorrecta, puede dejar grano malo en la masa, y también provocar que esta merme indebidamente si se le extrae el café bueno.
—¿Y las máquinas electrónicas no realizan esa faena?
—De ellas, incluso nuevas, ‘escapa? una cantidad de café en buen estado mezclado con el que tiene imperfecciones. Imagínate en nuestro centro que el equipamiento ronda los 30 años. Mediante la trilla manual salvamos por cada cosecha cientos de toneladas del grano, mayormente de los tipos Caracolillo, Altura, Turquino, Extraturquino y Alto Serra, todos exportables.
—¿Algún trillador en la familia?
—Solo una tía, Dolores Torres Sabigne, quien hace rato cesó en la actividad. De alguna manera su desempeño influyó en que le siguiera los pasos.
La trilla constituye una fuente de empleo para la mujer.
“La campaña de trilla de café se extiende desde noviembre a junio y generalmente emplea a unas 100 compañeras, mayormente de la zona sur de la ciudad. Por diferentes razones no todas concluyen el periodo de los 8 meses, pero la gran mayoría se mantiene. Aquí, además de aportar a la economía, socializamos mucho. Constituimos una parte importante de un colectivo que por la calidad del café que beneficia goza de prestigio”.
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