ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

El 17 de junio de 1905, fallecía, a los 69 años de edad, una de las figuras insignes de la historia de nuestra Patria. Un hombre que, aunque nacido en República Dominicana, era declarado ciudadano cubano por sus innumerables servicios a Cuba.

Luego de emigrar a nuestro país en 1860 con su madre y dos hermanas, María de Jesús y Regina Gómez; en 1867 Gómez comenzaría a conspirar a favor de la independencia cubana.

“(…) Mis negocios de madera y otros me llevaron a distintos ingenios, en uno vi cuando con un cuero se castigaba a un pobre negro en el batey de la finca y delante de toda la dotación. No pude dormir en toda la noche; me parecía que aquel negro era alguno de los muchos a quienes aprendí a querer y respetar al lado de mis padres en Santo Domingo (…).

“Por mis relaciones con cubanos entré luego en la conspiración —diría Máximo Gómez años después de llegar a nuestra Isla— pero fui a la guerra llevando aquellos recuerdos en el alma: pelear por la libertad del negro esclavo. Luego fue que, comprendiendo que también existía lo que se puede llamar la esclavitud blanca, uní en mi voluntad las dos ideas, y a ellas consagré mis esfuerzos”.1

Seis días luego de los sucesos de La De­majagua, Gómez ingresaba como sargento en las filas revolucionarias y el 4 de noviembre de ese mismo año, protagonizaba, en Pinos de Baire, la primera carga al machete de nuestras guerras por la independencia: ese sería el comienzo de una extensa trayectoria revolucionaria.

Su función primordial en la Guerra de los Diez Años, su invaluable papel como estratega de las invasiones a Guantánamo, Las Villas y Occidente, sus victoriosas batallas de La Sacra, Las Guásimas, Palo Seco, San Mi­guel de Nuevitas, Socorro y otras tantas en las dos grandes contiendas por la independencia; su certeza junto al Apóstol y su firme actitud respecto al trascendental Manifiesto de Mon­tecristi; son muestra de su integridad, carácter latinoamericanista, y de su firme voluntad por borrar las fronteras, cuando de luchar por la soberanía se trata.

[1] En Iglesias Martínez, Teresita, Granma, “Máximo Gó­mez: el generalísimo de la Revolución cubana”, 17-6-1974.

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Humberto Pedroc dijo:

1

17 de junio de 2014

14:38:58


Muy bueno el artículo. Siempre será poco lo que los cubanos agradezcamos a este dignísimo combatiente por nuestra libertad. Lo esencial no es que fuera declarado ciudadano cubano, cosa que seguramente se ha hecho con miles de personas, sino que fue declarado ciudadano cubano POR NACIMIENTO, por sus excepcionales méritos ante nuestra patria.

Alexis Bandrich Vega dijo:

2

17 de junio de 2014

17:51:19


Uno de los más extraordinarios dominicanos de todos los tiempos. Su vida y obra mercen ser más estudiadas y seguidas. Gloria eterna al Generalísimo.

gallo dijo:

3

18 de junio de 2014

06:03:58


Que interesante el papel de los padres, la familia y el ambiente para que florezcan grandezas y en este hombre que también enfrento bajezas se dió, pero yo siempre pienso que dentro de cada persona hay un factor intrínseco para las grandezas que siempre comienza a verse desde la niñez y es triste que padres, maestros y sociedades todas no hagamos lo necesario para que predomine la cultura del ser sobre el tener