Infancia significa derecho pleno a la vida

Entre las infamias que algunos esgrimen contra Cuba, ninguna se refiere al tema de la atención a los niños. Es inocultable la importancia que concede el Estado revolucionario al cuidado, preparación y formación de las nuevas generaciones en cuyas manos mañana estará el destino del país.

La pequeña isla del Caribe desde hace ya algún tiempo ha sido reconocida como ejemplo en sectores muy difíciles de garantizar en cualquier nación, inclusive entre las más poderosas y ricas, que son vitales para el bienestar de los seres humanos: la educación y la salud.

Y hay algo que ni sus más acérrimos enemigos han podido ignorar: la prioridad que otorga a los niños aún antes de nacer. En Cuba no hay uno solo de ellos que viva en las calles, que no tenga acceso a la enseñanza o que muera por falta de atención médica.

Ningún lugar mejor que este para desarrollar la segunda edición de la Conferencia Internacional de Protección a la Infancia, que tuvo lugar la última semana de mayo en La Habana. La realización de este evento me hizo recordar las palabras hace algún tiempo atrás del entonces representante en la Isla de la UNICEF, Juan José Ortiz: “Acaso porque este es el único país donde se coordina integralmente el desarrollo de la infancia, donde los chicos cubanos son de los más a afortunados del mundo, lo que demuestra que la solución a los problemas urgentes de este grupo etario radica en las voluntades políticas y no en la situación económica de las naciones”.

En ocasión de la 2ª Conferencia Internacional, la asesora Regional de Protección de la UNICEF para América Latina y el Caribe, Nadine Perrault, llamó a los gobiernos de la región a adecuar sus normativas internas y prohibir de manera explícita y absoluta la violencia contra los niños y las niñas, en todas sus manifestaciones.

Durante el encuentro, coordinado por el Ministerio del Interior en colaboración con la UNICEF, tuvieron lugar varias conferencias sobre la protección de los niños y los adolescentes en Cuba.

Idania Silot Navarro, especialista del Departamento de Atención al Derecho Ciudadano de la Fiscalía General de la República, comentó a la prensa que el panorama de la niñez cubana es diametralmente opuesto al del resto del mundo: “Nuestro Código de Familia establece el rol que a esta institución le corresponde en la educación y cuidado de los hijos; además ordena que a la hora de tomar decisiones, los tribunales de justicia se guíen fundamentalmente por aquello que resulte más beneficioso para los menores de edad”, explicó.

Y añadió que en Cuba funciona un sistema de atención a menores de edad con trastornos de conducta, una red de Hogares para Niños sin Amparo Familiar; mientras que la prevención y la asistencia social están instituidas desde los municipios hasta nivel nacional.