
SANCTI SPÍRITUS.— Convertidas en mitos como las mismísimas apariciones de los güijes en las aguas milagrosas del Yayabo; la leche de cabra y la sangre de toro supuestamente empleada para darle fortaleza al puente de casi 200 años que simboliza la ciudad; o la existencia de los desfiladeros subterráneos que nadie ha podido encontrar entre las iglesias del pueblo, quedarán en el imaginario de los espirituanos las jornadas de trabajo previas a la celebración de los 500 años de la villa.
“Señores, la verdadera fundación es esta”, proclama desde el lomo de su bicicleta roja Luz Marina Valdés cuando un policía le corta el pedaleo y también el aire en una esquina de la calle Máximo Gómez, una de las tantas tomadas por vigilantes y constructores durante los últimos meses en el centro histórico de Sancti Spíritus.
Hasta aserrín han esparcido los espirituanos en su bulevar por tal de dar más brillo a la fiesta del medio milenio, acaso un pretexto para hacer resurgir —transfigurar dicen algunos— una ciudad que, entre la tradición de su gente y las carencias de las últimas décadas, parecía dormir una siesta que amenazaba con derrumbarla.
Un escuadrón de pintores colgando a lo Spaiderman de la torre de la Iglesia Parroquial Mayor, una grúa infiltrada hasta las mismas inmediaciones de la calle Independencia y brigadas enteras de alarifes sembrando piedras en los callejones heredados de la colonia quedarán como postales, exclusivas pero no únicas, de esta temporada de resurrección.
Según no pocos expertos, más que un cumpleaños ordinario, la celebración de los primeros cinco siglos de Sancti Spíritus, este 4 de junio, marca un hito en la historia la ciudad, una verdadera revolución donde han salido ganando lo mismo el patrimonio reunido y preservado en todo este tiempo, que los vecinos que han hecho posible el cambio.
Es cierto que las reparaciones intrínsecas al jubileo por razones obvias no han podido llegar a cada fachada; que “el más completo y complejo repertorio de aleros en gola del país” —definición de la doctora Alicia García Santana para referirse a esa joya de la arquitectura espirituana—, se mantiene amenazado por los embates del tiempo y que repartos periféricos como Colón, Kilo 12, Escribano, Camino de La Habana y 26 de Julio no se han “mojado” con las festividades como el privilegiado centro histórico.
Las autoridades locales han dicho y redicho, no obstante, que la celebración de la fecha fundacional es apenas un pretexto para iniciar el apogeo que clamaba Sancti Spíritus hacía décadas; que el 4 de junio no termina, sino comienza el año 500 de la ciudad y que ningún proyecto será asumido a espaldas y sin el concurso de sus hijos, acaso la mayor fortuna de la villa del Espíritu Santo desde 1514 hasta hoy.
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2 de junio de 2014
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2 de junio de 2014
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