
Holguín.— El hotel Brisas–Guardalavaca, del Grupo Cubanacán, es el único del sector turístico del país en obtener por tercera vez el Reconocimiento Nacional Ambiental conferido por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Al colectivo de trabajadores de la instalación le reconforta el logro, fruto de una filosofía que promueve el amor a la naturaleza y se manifiesta en la estrategia aplicada desde que el centro surgió casi veinte años atrás, consistente en primer lugar en proteger la bella playa y la duna que tiene al frente, así como la vegetación circundante.
Lo otro, también logrado con creces, es crear y mantener áreas verdes realmente acogedoras en cuatro de las siete hectáreas en las que se distribuyen las edificaciones, define Isis Olga Domínguez, especialista en Inversiones y Desarrollo.
Ni en los momentos más difíciles, asegura, han abandonado esa forma de actuar. Acto seguido evoca las jornadas de recuperación tras el huracán Sandy, durante las cuales eliminaron los estragos causados en las instalaciones, los jardines y el área de la playa.
“Algunos huéspedes no creen que muchos cocoteros quedaron en el suelo por la fuerza de los vientos y que hubo que levantarlos y apuntalarlos hasta que quedaron bien prendidos a la tierra otra vez”.
Como vista hace fe, una parada obligada es el sitio donde clasifican los desechos. Los orgánicos, entiéndase residuos de comidas, van a un área donde aguardan hasta que los recoge el personal de una cooperativa de los alrededores con el fin de alimentar animales. También almacenan por separado los envases de cartón, los plásticos y residuos de papel, cuyo fin es la venta a la Empresa de Materias Primas.
“También cumplimos lo establecido en el Plan de Manejo Integral de Productos Químicos y Desechos Peligrosos. Así recogemos y almacenamos en lugares seguros las lámparas que contienen gas y las baterías agotadas, plantea la especialista.
No lejos está el vivero, en el cual hay decenas de posturas de plantas que viven en el ecosistema costero. Crecen en lo que fueron envases de jugos. Y se alimentan de compost, creado allí mismo por los jardineros del hotel, quienes recogen con ese propósito hojas y ramas de árboles. Entonces se entiende porque pueden organizar con cada ciclo de turistas la siembra simbólica de una postura a la que dan seguimiento.
Aparece Zack Mostafa, un egipcio-canadiense, quien ha estado en el hotel 24 veces y hace todo lo posible por no perderse el momento de la siembra en grupo. “Es un acto de tanta importancia para la naturaleza, que el pasado año inspiró a personas que veranean aquí a hacer lo mismo en Canadá, después de una tormenta que causó grandes estragos a la vegetación”.
Caminar sobre la arena es agradable. Blanca por creación de la naturaleza, está libre de basuras por la acción de los seres humanos. No faltan a la vera de los pasillos los depósitos para arrojar, debidamente clasificados, los desechos.
Con el simple ejercicio de la observación o mediante intercambios con los trabajadores o la búsqueda en documentos, encuentras un mensaje en un bar que llama a los clientes a usar los vasos plásticos más de una vez, o conoces que el consumo de agua en áreas de servicio y en las habitaciones responde a las normas establecidas.
El hotel subscribió la Declaración Voluntaria para la Protección de la Capa de Ozono y en el 2020 cumplirá con la parte que le corresponde en el Programa Nacional para eliminar los Hidrocloroflurocarbonos, razón por la que posee una estrategia encaminada a sustituir el gas R-22 en los equipos de refrigeración y aire acondicionado.
De igual modo alienta el trabajo educativo realizado con la comunidad de Guardalavaca, sobre todo con las niñas y niños, para quienes organizaron en conjunto con otras entidades del turismo, un concurso de dibujos, poesía y videos a premiar el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, para promover tan importante temática.



















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Salvador dijo:
1
29 de mayo de 2014
09:29:06
noemi dijo:
2
29 de mayo de 2014
10:22:07
Digna dijo:
3
29 de mayo de 2014
14:43:41
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