CAMAGÜEY.— Podría parecer contradictorio, y hasta sorprendente, que una de las entidades cuya razón de ser es la manipulación diaria de grandes volúmenes de combustibles, ocupe el liderazgo en esta provincia por el empeño de sus directivos y trabajadores en la protección del medio ambiente.
“No hacemos más que ajustarnos al cumplimiento estricto de nuestra misión, que es comercializar todo tipo de combustibles con calidad, seguridad y en armonía con el medio ambiente”, declara Niurka González Pérez, directora general de la Empresa Comercializadora de Combustibles de Camagüey.
Esa visión estratégica de lograr el necesario equilibrio entre las funciones socio-económicas y el respeto a cuanto establece la legislación ambiental vigente, constituye el azimut que orienta el proceder cotidiano del colectivo de 456 obreros en cada uno de sus puestos de labor.
No se trata de un “chinchalito”. Cuando se habla de la entidad camagüeyana, sus dependencias abarcan tres unidades empresariales de base (UEB): una terminal marítima en Pastelillo, Nuevitas, más un depósito de combustible y otro de gas licuado, ubicados ambos en la cabecera provincial.
Además de comercializar los combustibles en Camagüey, la empresa presta servicios a las vecinas Ciego de Ávila y Las Tunas en el envasado de gas licuado, todo lo cual genera un elevado nivel de operaciones que exige extremar las medidas de seguridad para evitar cualquier accidente.
“Mucho nos ha ayudado —explica Niurka—, poder contar con un sistema integrado de gestión, que incluye la calidad, la seguridad y salud del trabajo, el capital humano y el medio ambiente, y se trabaja para certificar el área energética, con el propósito de lograr que los procesos se ejecuten de una forma correcta y eficiente”.
“Esto es algo —agrega la directora—, que llegó para quedarse: poco a poco se ha logrado que en la mente de todos nosotros esté trabajar y actuar para que cada paso que demos esté respaldado por la seguridad, el rigor, la calidad y una actitud responsable y amigable con el medio ambiente”.
GAS LICUADO TIENE LA CLAVE
Situada con toda intención en una de las pequeñas alturas que circundan la ciudad de Camagüey, la UEB Depósito de Gas Licuado mereció en el 2009 el Reconocimiento Ambiental Nacional que otorga el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), condición que espera ratificar este año.
“El sistema de gestión ambiental no lo vemos solo en el sentido de evitar escapes de gases, sino que va mucho más allá: a la recolección y clasificación de todos los desechos sólidos y líquidos que genera la entidad”, comenta Mayelín Caballero Marrero, especialista principal de la planta.
De supervisar cada uno de esos detalles y exigir el estricto cumplimiento de las medidas de seguridad se encarga Yudiersi Sánchez Ramírez, quien desempeña las funciones de especialista en seguridad, salud del trabajo y medio ambiente, tras graduarse hace cinco años como ingeniera química.
“En la planta velamos porque no haya emisiones de gases a la atmósfera por encima de los valores permisibles”, enfatiza Yudiersi, para ratificar que en la exigencia, la sistematicidad, la responsabilidad y la capacitación constante de los trabajadores está la clave de los resultados que hoy exhiben.
En la propia plataforma donde se envasa el gas licuado, el operario Guillermo Blanca Silva demuestra que conoce al dedillo qué debe hacer en cada caso para evitar incidentes graves o mitigar el impacto negativo sobre el ecosistema:
“En nuestras manos está que no se produzcan choques entre cilindros, detectar salideros, proteger las mangueras, manipular bien las válvulas, cargar correctamente los camiones para garantizar su transportación segura hacia los puntos de venta y exigir, con el ejemplo personal, que se cumplan las medidas de seguridad”.
“Aquí hay que tener los cinco sentidos puestos en lo que hacemos, pues una mala operación, un error o una negligencia tienen impredecibles consecuencias y no se puede jugar con la vida de las personas. Por eso trato siempre de superarme y que mi trabajo sea cada día mejor”.
RESBALONES EN ACEITE USADO
Desde hace algunos años, la Comercializadora de Combustibles de Camagüey estableció en una de sus unidades una planta de tratamiento de aceites usados, con el propósito de recoger, procesar y darle un uso adecuado a esos desechos peligrosos que generan buena parte de las entidades locales.
Sin embargo, y pese a las gestiones realizadas, no existe en las direcciones empresariales plena conciencia de que es su obligación por ley acopiarlos y preservarlos antes de verterlos de manera irresponsable en lugares inapropiados, con lo cual se crean focos de contaminación ambiental.
“Tanto es así —precisa Osmedi Álvarez Sánchez, director de la UEB Depósito de Combustibles—, que este año solo han establecido contratos 38 empresas (una ínfima parte del potencial existente) y hasta el cierre de abril apenas nueve habían entregado los aceites usados, más otras seis que acudieron de manera espontánea”.
Informa Miriam Negrín Barreda, especialista principal del laboratorio, que los clientes están en la obligación de presentar una muestra previa de las sustancias para el análisis de su calidad: “Si el producto contiene hasta el 2 % de agua, se le compra y se envía a la Fábrica de Cemento 26 de Julio, de Nuevitas”.
Este dato habla por sí solo: a la mencionada industria un hectolitro de aceite usado le cuesta poco más de siete pesos, mientras el de fuel supera los 68, es decir, que en cada hectolitro de aceite que emplea en la generación de energía se ahorra alrededor de 60 pesos. Esa es la cuenta que hay que sacar.
“Sabemos que el tema precio crea cierta resistencia en los clientes: existe disgusto con el precio fijado a los análisis de laboratorio (con un componente en divisa) y el precio que pagamos por el aceite usado que varía todos los meses. Cuando comparan, plantean que no les da negocio”, reconoce Osmedi Álvarez.
“De todas formas —aclara Ismael Jorge Borrell, jefe de operaciones del Depósito—, si el cliente no tiene solvencia económica para pagar los exámenes de laboratorio o el aceite no reúne los requisitos de calidad, en todos los casos estamos en condiciones de recibir el producto. No todo puede verse como un negocio”.
“Claro, solo se le paga a aquel cliente que ha tenido el cuidado de recogerlo y conservarlo para que se mantenga dentro de los parámetros establecidos. Lo que resulta inadmisible es que se le dé otro destino que contamine el suelo o las aguas. En el mundo entero eso es duramente penalizado y aquí no puede ser menos”.
PREMIO A LA BUENA GESTIÓN
Gracias a una gestión integral, que repercute en la calidad de los procesos, la satisfacción de los clientes, la protección ambiental y los resultados económicos, la Empresa Comercializadora de Combustibles mereció la sede del acto provincial por el Día Mundial del Medio Ambiente, a celebrarse el 5 de junio próximo.
Será, pues, el momento preciso para pasar revista a las principales realizaciones que hicieron posible la obtención, en dos ocasiones (2006 y 2012), del Premio Provincial a la Calidad y haber sido también, ese último año, finalista para alcanzar tamaña gratificación a instancia nacional.



















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Antonio Vera Blanco dijo:
1
27 de mayo de 2014
09:10:40
pepe dijo:
2
27 de mayo de 2014
14:58:22
Alfonso Teijelo dijo:
3
27 de mayo de 2014
17:45:47
yaileen martinez dijo:
4
27 de mayo de 2014
18:15:11
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