Este año Azcuba sumará a la caña ya favorecida por el riego otras 20 500 hectáreas. Hasta el pasado enero el país reportaba tener en sus unidades de base 107 300 hectáreas bajo un sistema que le propiciaba esa cualidad, al cual se dedican cuantiosas inversiones.
Para un normal desarrollo este programa utiliza variadas técnicas y formas según los tipos de suelos y la asignación de recursos que aseguren el uso de esos medios y su poderosa influencia en el rendimiento agrícola.
No se trata de crecer en cifras sin la contrapartida en azúcar, hay que hacerlo sobre bases firmes que consoliden el trabajo sin descuidar elementos claves para obtener más toneladas de caña, priorizando el reordenamiento por hectárea y explotar bien el agua destinada al riego.
El lineamiento 209 aprobado en el Sexto Congreso del Partido plantea que la agroindustria azucarera tendrá como objetivo primario incrementar de forma sostenida la producción de caña y reordenar las áreas para acercarlas al central. Por esos caminos transita hoy Azcuba.
El riego por gravedad y su eficiencia deben predominar, aunque también se emplean máquinas con avanzada tecnología, los llamados “enrolladores” eléctricos y el goteo.
Si cumplen todos los requisitos organizativos, los cañaverales favorecidos estarán aptos para elevar las toneladas por hectárea. La base productiva tiene ante sí retos que vencer: el cuidado y la eficiencia en el manejo, en la recuperación y construcción del drenaje y mantener absoluta prioridad a todo lo que asegure el exitoso desempeño del riego por gravedad.
Técnicos como Jorge Isidor Leyva, jefe de riego y drenaje de Azcuba, aseguran que un bloque con mal drenaje puede disminuir hasta el 50% del rendimiento agrícola, y a veces más.
El trato inadecuado a la red interna que garantiza el drenaje acorta el ciclo de las cepas, crea dificultades para aplicar el cultivo, reduce el nivel de germinación, merma la durabilidad de la plantación y facilita la entrada o el aumento de la sal en determinadas zonas.
Afirmó que los antecedentes históricos de este proceso recomiendan tener en cuenta la época de cosecha, etapa de desarrollo, edad de las cepas, el tipo de suelo y las condiciones climáticas. Si bien hay beneficios de total jerarquía, ninguna de las tareas de este programa puede relegarse.
El jefe de riego explicó a Granma la importancia de poner énfasis en alistar el 100 % de los bloques de mal drenaje y su red interna y hacerlo con rigor, exigencia y la mayor atención. Si algunos de estos principios se violan, será muy difícil extraerle el máximo a los recursos invertidos en el sistema.
Ciego de Ávila, territorio destacado en esta zafra, es en la actualidad el más cercano a la explotación de su potencial al tener bajo riego el 84 % de la superficie cañera.
Al medirse con pasados años, el riego de esos plantíos cobra nuevos impulsos y supera las cifras de recientes campañas. Lo fundamental ahora es ganar más eficiencia en el desarrollo integral del sistema y respaldar, como ya hacen muchos centrales, el alza constante del rendimiento agrícola, sostén de la producción azucarera. Lo que el país se propone alcanzar gradualmente en la fabricación de azúcar demanda que todos los centrales tengan, al menos, caña para moliendas de 150 días sin estar sujeto a los vaivenes del clima.
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hedel dijo:
1
23 de mayo de 2014
00:21:54
Canario. dijo:
2
23 de mayo de 2014
12:57:04
faustino dijo:
3
23 de mayo de 2014
15:47:27
Andres dijo:
4
23 de mayo de 2014
17:51:21
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