
ARTEMISA.— Apenas unos meses lo aproximan al quehacer de la UEB Centro de Inseminación Artificial y Procesamiento de Semen Porcino La Esperancita, pero ha sido suficiente para sentirse cautivado por los secretos de la profesión estudiada. A sus 18 años, cada día es un constante aprendizaje, luego de formarse como técnico en Zootecnia Veterinaria.
“Ahora pongo en práctica los conocimientos adquiridos”, comenta el joven Ruddy Delgado, quien junto a otros 14 trabajadores integra un colectivo que se esfuerza por consolidar cada resultado y sumar nuevos logros.
El centro, en activo desde el 2010, se ha convertido en la mejor unidad de inseminación artificial del país, prueba de la tenacidad y el sentido de pertenencia del personal que allí labora.
Con el fin de producir dosis de semen para las unidades de cría de la Empresa Porcina Artemisa y prestar servicios al sector no especializado (particulares que pertenecen a cooperativas o tienen una unidad reproductora propia), aúnan voluntades.
PARA CUMPLIR CADA COMETIDO
La entidad —perteneciente al municipio de Artemisa— tiene un plan mensual de 1 050 dosis seminales para las unidades porcinas y 220 para particulares. Mientras el año anterior era de 780 y 198 respectivamente.
En la presente etapa, en enero, febrero y marzo superaron las 1 300. “Puede parecer contradictorio, pero debido a la eficiencia y la calidad espermática de los sementales aumentan las dosis a producir. En Cuba, un semental para la inseminación artificial está entre 100 y 120 dosis al mes y nosotros estamos en el orden de las 150 a 180, como se explota hoy en el mundo”, señala Silvio Riverón, el director.
Para lograr su cometido cuentan con 16 sementales de la raza CC 21 (con una edad promedio de ocho meses hasta los 32, momento en el cual el verraco se desecha), dos de la D X L 35, y cinco de la L 35.
Según Yanelys Duani, médico veterinaria y jefa de producción “la mayoría de las dosis que comercializamos pertenecen a la CC 21, pues las reproductoras que tenemos son de la raza yorkland, la adecuada para el cruzamiento con el verraco CC 21 con el fin de obtener la raza mestiza que se envía a los cebaderos o se vende a los convenios de cooperativas”.
En el caso de los productores particulares les recomiendan, en dependencia de sus ejemplares, utilizar una u otra raza para obtener una mejora genética.
De 25 sementales en plan, disponen de 23 y cubren unas 2 500 reproductoras, “por tanto, no completamos la demanda de dosis de semen. La Empresa tiene 13 unidades de cría; abastecemos en su totalidad a tres y a las restantes les ofrecemos servicios ocasionales, según lo soliciten; mientras a todas les realizamos evaluaciones espermáticas, así como a los dos centros multiplicadores”, manifiesta Riverón.
“Si contáramos con los 25 sementales, aún sería insuficiente, porque otros organismos solicitan nuestros servicios debido a la calidad genética brindada por la inseminación artificial. Aspiramos llegar a 50 sementales; mejorando la capacidad podríamos cubrir de 5 mil a 6 mil reproductoras”, añade.
En el territorio abastecen fundamentalmente a los municipios de Caimito, San Antonio, Alquízar, Artemisa, Güira de Melena y Guanajay.
Actualmente tienen 25 cuartones para sementales, pero “para 2015 existe un proyecto destinado a elevar el número de sementales, para lo cual debemos construir el doble de los existentes. También pensamos aumentar el área de cuarentena, y mejorar los espacios de la unidad”, comenta la médico veterinaria.
Entre las principales dificultades, el director subraya que “aunque disponemos de tecnología de avanzada para la elaboración, transportación y conservación del semen, no contamos con los medios de transporte para solventar las demandas existentes tanto en los municipios como en las unidades propias de la empresa”.
OTROS SERVICIOS
La evaluación espermática de los sementales a unidades que cuenten con estos para la monta directa, en Artemisa, Mayabeque y La Habana, es otro de los servicios que prestan.
Además, ofrecen cursos de capacitación y entrenamiento a entidades y a cualquier persona interesada en elevar sus conocimientos sobre el tema.
Desde su puesta en marcha, La Esperancita —que ha sido reconocida por la Asociación Cubana de Producción Animal— se ha ganado su espacio y abierto nuevas oportunidades a productores y diferentes unidades, brindando un servicio oportuno y de gran utilidad; superar cada resultado es el principal propósito de sus trabajadores.
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