Matanzas.— Aunque la acción resultó un fracaso en los objetivos propuestos, debido básicamente a que se frustrara el factor sorpresa, el asalto al cuartel Goicuría, la plaza militar más importante del territorio, es considerado por varios historiadores como una de las fechas luctuosas de mayor significación en la historia de Cuba.
Para la investigadora Clara Enma Chávez Álvarez, el comando revolucionario que encabezado por Reynold García que aquel 29 de abril de 1956 se enfrentó a los desmanes de la dictadura bastitana, fue una acción heroica pues demostró la entereza de un grupo de jóvenes revolucionarios y de lo que eran capaces por salvar a la Patria del régimen tiránico de Fulgencio Batista.
Estuvieron inspirados, claro está, en la gesta del Moncada, realizada tres años antes por Fidel Castro y sus compañeros del 26 de Julio.
Entregar las armas al pueblo, impedir la realización del Diálogo Cívico que pretendía dar una solución electoralista a la situación nacional desconociendo las realidades del país, y demostrar que había cubanos dispuestos a empuñar las armas y dar sus vidas en la lucha contra la dictadura, figuraban entre sus principales objetivos.
Al final cayeron 15 combatientes, la mayoría de ellos asesinados por sicarios del coronel Pilar García, conocido como la hiena con nombre de mujer. Pero fue un revés victorioso, indica Clara Enma al establecer la significación histórica del asalto, hecho revelador de que el espíritu patrio no se había ablandado ante la ignominia del tirano de turno.
El 29 de abril de 1960, a solo 16 meses del triunfo de la Revolución, el Gobierno Revolucionario entregó esa fortaleza al pueblo, convertida en un moderno y amplio centro escolar. Dese ese día el plantel lleva el nombre de Mártires del Goicuría, como homenaje de recordación a los caídos.
Todos los años, una representación del pueblo matancero, con decenas de pioneros al frente, rememora simbólicamente el asalto al cuartel y los presentes rinden tributo a los valerosos jóvenes, al frente de los cuales combatió Reynold García.
“…ninguna obra mejor que esta escuela, ningún orgullo más grande, ningún momento más inolvidable, que esta fortaleza convertida en escuela. Ningún homenaje mayor, y ese será siempre el homenaje a los caídos”, dijo Fidel en el acto efectuado allí en 1960.
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