
LAJAS, Cienfuegos.— Cuando era un adolescente, miraba por las tardes, desde el portal de su casa, las tierras ociosas muy cercanas al hogar de la familia Sánchez, en un sitio remoto de Lajas llamado La Vega. En aquellos momentos Ariesky soñaba hacer producir, algún día, dicha superficie.
El Decreto Ley 259 y más tarde el 300 le posibilitaron cumplir su voluntad. Precursor del primero, continuador luego de la experiencia mediante el segundo, el joven productor cienfueguero tiene a su disposición 40, 64 hectáreas dedicadas a la producción azucarera y 26, 84 a la ganadería.
A sus 32 años, Ariesky Sánchez Cruz, campesino de mucho destaque en su Cooperativa de Créditos y Servicios Abel Santamaría, marca la diferencia entre el resto de sus colegas, de cualquier edad, por su versatilidad y ese enfoque integral suyo de extraer beneficios del campo.
“Además de la caña y la ganadería, tengo un convenio de reproductoras con la Empresa Porcina de Cienfuegos, y dedico tres hectáreas a la producción de garbanzos y así sustituir importaciones. Creo que el productor debe incursionar en distintos frentes; no solo para hacer más, sino para probar su capacidad”.
Así lo cree el joven lajero, y bien que él ha probado la suya, porque resulta digno de admiración el quehacer emprendido en sus más de cinco caballerías de tierra. Ariesky fragmenta el día en cuatro partes, con arreglo a este orden: vacas, cerdos, caña y garbanzo. Dicho orden varía, dice, en dependencia de los intereses puntuales de una jornada o determinada coyuntura.
“Por ejemplo, en la zafra esa fue mi prioridad. Contraté un pelotón que me cortó mis más de 100 mil arrobas acabadas de aportar, con un rendimiento de 97 toneladas por hectárea”, prosigue.
Ariesky observa un contrato de fomento de reproductoras porcinas (hay 18 ahora en sus corrales), más otro de producción de leche. Esta va hacia un punto de venta de La Vega y al Combinado Lácteo de Cienfuegos. Cuenta con ejemplares vacunos de la raza Siboney, cuya alimentación él mismo y su padre siembran en sus campos.
Al aportar 3 400 litros de leche, en 2013, sobrecumplió su plan de entrega del alimento.
Además de su papá, con Ariesky trabaja un primo. Dice, contento, que en pocos años habrá nuevas fuerzas: las de José Julián, su hijo de cinco años, tan enamorado del campo como él. El pequeño ya lo ayuda, día por día, a recoger las reses por la noche.
No hay una sola de las esferas en las cuales se desenvuelve el productor que le haya generado malos resultados, asegura. Se siente bien, con mucha más confianza en lo que hace que al principio, cuando todavía tenía miedos e incertidumbres, relata.
En 2013, cuenta Ariesky, obtuve más de 150 mil pesos de ganancias. “Al margen de las necesarias inversiones, tengo un nivel de vida muy bueno que he conseguido gracias al trabajo, el esfuerzo, la dedicación y la existencia del Decreto Ley 300”, afirma.
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Carlos Ponce dijo:
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1 de abril de 2014
03:13:47
Pablo LML dijo:
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1 de abril de 2014
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alexei dijo:
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1 de abril de 2014
07:18:37
karelia dijo:
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1 de abril de 2014
12:44:46
El Oriental dijo:
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13:36:43
alexei dijo:
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1 de abril de 2014
15:59:39
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