Los trenes que transportan desde Santiago de Cuba la mayor parte del grano a convertir en harina para consumo humano podrán llegar directamente a las áreas de la planta industrial, la cual procesó el pasado año más de 23 000 toneladas, informó su director, William Holmos Reyes.
Hasta el momento arriban al nudo ferroviario del puerto marítimo de la localidad, distante unos tres kilómetros. Allí la materia prima es trasbordada a camiones que la hacen llegar al molino. Por eso pagan la transportación en tren, la descarga y el uso de los vehículos que intervienen en la última parte del proceso.
"Cuando el ramal entre en operaciones, solo pagaremos por el uso del transporte ferroviario. Nos ahorraremos los 17 000 pesos que nos cuesta la descarga de cada tren, además del dinero a pagar por el servicio de los camiones", aseguró Holmos
Un tercio del maíz (más de 7 000 toneladas) les llegó el pasado año en carros especiales de la Empresa de Transporte de Alimentos a Granel (ETAG), que radica en Santiago de Cuba. En caso de que el servicio fuera asumido por el ferrocarril, lo cual pretende la dirección del molino, este no tendría que erogar cerca de 24 pesos por tonelada, costo de la transportación por carretera.
Tan importante como el ramal es la construcción de la plazoleta donde colocarán el equipo que extraerá el maíz de las góndolas ferroviarias, para posteriormente depositarlo mediante una tubería en el interior del molino.
La solución definitiva para llevar la materia prima a los silos está por venir. Se trata de una inversión en fase preparatoria, que contempla construir una tolva receptora con mecanismos de transportación.
También se analiza con lujo de detalles la necesidad de agregar el andén de carga, al que llegarán directamente desde el almacén los sacos de harina a transportar en las casillas que podrán arribar a cualquier sitio del país con conexión ferroviaria.
El colectivo de trabajadores ha demostrado que lucha cotidianamente por cumplir los planes productivos. No obstante, el pasado año la producción de harina reportó más de mil to-neladas por debajo del plan, porque la Agri-cultura no suministró el total de la materia prima solicitada.
Al corriente de las cláusulas del contrato, y en uso del derecho que les corresponde, ya demandaron a la otra parte. El colectivo del molino, a través de su aparato directivo, según afirmación de Holmos Reyes, fomenta las buenas relaciones entre empresas, pero no duda al aplicar los mecanismos legales establecidos cuando le afectan sus intereses económicos.



















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