ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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CIENFUEGOS.— Acaba de cumplir 75 años Marcelo Verdecia Perdomo, quien, casi desde niño, se incorporó a la epopeya patria por la liberación de Cuba en la Sierra Maestra, a las órdenes del Comandante en Jefe, con quien compartió los rigores de la lucha guerrillera en las montañas, con la misión de preservar su vida.

A la altura de esta celebración él evoca sus primeros años en Peladero de Guayabal de Nagua (cerca de la presa de Paso Malo, en Granma), y el desplazamiento de sus padres hacia Santo Domingo, cuando tenía escasos meses.
A los cinco años perdió a su mamá, fue cuidado por la abuela y una tía, hasta que al cumplir los diez debió responsabilizarse con el cuidado de sus tres hermanos. "Yo siempre estuve alzado, contra el oprobio, la miseria y el engaño al pueblo de los regímenes neocoloniales. La llegada de los rebeldes fue mi sueño", recuerda.
Rememora su intervención en varios combates desde 1957, el desplazamiento de la Caravana de la Victoria y su entrada a Cien-fuegos en compañía de Fidel, además de posteriores momentos inolvidables vividos a su lado.
Muestra con orgullo una foto junto al Comandante en Santiago de Cuba, a inicios de la Revolución. En su mirada se advierte ese mismo afán de protegerlo, quererlo; como lo hizo entonces y lo sigue haciendo hoy, en diferentes puestos, pero con el mismo objetivo según sus palabras.
"No pude estudiar bajo el infierno de Batista. Cuanto aprendí en la vida fue con Fidel. Estar bajo sus órdenes fue mi educación, mi enseñanza, mi universidad".
Miembro de la lucha contra bandidos, luchador internacionalista en Etiopía, enrolado en disímiles tripulaciones a favor de los empeños sociales promovidos por la Revolución, al correr del tiempo el general de Brigada (de la Reserva) Marcelo Verdecia Perdomo se asentó definitivamente en Cienfuegos, donde preside desde su creación, en 1993, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
"Fue un orgullo convertirme en cienfueguero, un lugar que pese a ser pequeño aportó más de 2 300 mambises, 9 000 combatientes en misiones internacionalistas y miles de milicianos incorporados en la actualidad a la defensa de la Patria", sostiene.
Considera que el papel de la ACRC en estos momentos ad-quiere renovada vigencia en la promoción y salvaguarda de conceptos medulares para el revolucionario; así como de valores patrióticos. Continuar transmitiéndoselos a la juventud es objetivo básico en la defensa de nuestro proceso social, acota.
"La ACRC desarrolla el proceso de balance en las organizaciones de base, el 2 de enero comenzamos y durará hasta el 30 de abril. Efectuaremos el proceso en las 508 estructuras de este tipo con que contamos aquí, más de 130 por mes. Desde mayo realizaremos el proceso de balance en los municipios y en octubre el balance provincial", adelanta.
Nuestra organización —constata— estará vigente siempre, porque nos ayuda a comprender lo que somos y por qué estamos aquí. Gratitud e Historia no deben perderse de nuestra brújula, enfatiza.

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