CARACAS, Venezuela.–Más callos no caben en las huesudas manos de Héller Maratshuk. «Sostengo a la familia con ellas», dice, y luego se desahoga: «un tratamiento de ozono era pa’ gente de plata, no para mí. Y mire usted, esa medicina es como un bebé prodigio».
Se entiende mejor la confesión de este caraqueño después de oír lo que, a pocos metros, explica el doctor Lisvany Consuegra, un cubano especialista en Medicina Natural y Tradicional: «El servicio de ozonoterapia aquí se prestaba solo en clínicas privadas».
«Con ese tipo de tratamiento, el ciclo ideal es de 20 sesiones. Cada una, en esas clínicas, al paciente le cuesta entre diez y 20 dólares; es decir, el costo de un ciclo no baja de 200, y en algunos casos alcanza los 400 dólares. ¿Quiénes podían acceder a ese beneficio?», añadió.
De las manos de Consuegra, y por solicitud del Gobierno de Venezuela, en agosto de 2020 llegó aquí la ozonoterapia, para los olvidados de ayer. A sus beneficios han accedido, en un año, más de 2 200 pacientes de estatus humilde, Maratshuk es uno de ellos.
Entre los favorecidos con el programa, que lidera Lisvany Consuegra, figuran 1 414 positivos o convalecientes de la COVID-19, y una cifra superior a los 700 aquejados de trastornos óseos o de otras patologías, como las cerebrovasculares y neurodegenerativas.
«La ozonoterapia –pondera el especialista– es muy bondadosa, dadas sus propiedades virusidas (antisépticas) y anticoagulantes; activa las defensas del organismo, regula el metabolismo, y es un inmunomodulador».
Esta es de las primeras experiencias en el empleo de la ozonoterapia en enfermos de SARS-COV-2 en el mundo. Tampoco existen estudios que prueben la efectividad del ozono contra el mortal virus, afirma el galeno, «pero hemos observado una evolución favorable en enfermos y convalecientes que reciben el tratamiento».
Otras señales hablan igual de lo rápido y bien que este programa camina. Empezó un año atrás en Caracas, con un puñado de especialistas, en tres centros de diagnóstico integral, con igual número de servicios y medios técnicos.
Hoy, entre médicos y licenciados, cuenta con más de 650 profesionales de la Salud, además de 64 equipos, distribuidos en los 24 estados de esta nación sudamericana. Ganar en amplitud, calidad y beneficiarios, en lo adelante será el reto mayor, anuncia la doctora Aymara Laugart, a punto de asumir la conducción del proyecto.
Venezuela tiene en la ozonoterapia otro alumbramiento inducido por la hermandad. El «bebé prodigio» de Maratshuk no esquiva bolsillos estrechos y manos callosas; para acceder a él no hace falta ser «gente de plata».






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Mariselamarcano dijo:
1
2 de septiembre de 2021
18:47:19
Mariselamarcano dijo:
2
2 de septiembre de 2021
18:48:26
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