La Universidad cubana, ante los desafíos que le impuso el año 2020, ha estado en el centro de la solución de los principales problemas que impactan en nuestra sociedad, con grandes aportes en los más diversos sectores, reconoció, este sábado, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, durante el análisis integral del trabajo realizado por el Ministerio de Educación Superior (MES) el pasado año, y que tuvo lugar en el Palacio de la Revolución, en esta capital.
De enseñanzas, experiencias y los muchos retos dejados por la COVID-19 en las casas de altos estudios comentó Marrero Cruz, pues si bien es cierto que fue necesario detener el proceso docente presencial en las aulas, «la Universidad nunca estuvo en cuarentena», y de sus aportes, en estos momentos difíciles, han nacido valiosas maneras de hacer que «llegaron para quedarse», significó el Jefe del Gobierno cubano, según reporta el sitio web de la Presidencia.
Y es que, en poco más de un año de enfrentamiento a la pandemia –destacó Marrero Cruz–, la Universidad ha ofrecido sus sedes como centros de aislamiento y hospitales; ha estado presente en las tareas más complejas, en los barrios y en las zonas de mayores riesgos.
Justamente porque la Universidad está en el centro de las principales prioridades de la nación, al realizar las conclusiones del provechoso diálogo, el Primer Ministro definió importantes caminos en los cuales el hacer de estudiantes y profesores desempeña un papel preponderante: refuerzo del vínculo con las empresas para el desarrollo de Cuba; y el acompañamiento en la cotidianidad del país, con la participación en temas como la Tarea Ordenamiento, la producción de alimentos, el desarrollo local y el impulso para aplicar la ciencia y la innovación en cada aspecto de la vida.
El análisis, conducido por el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi, dejó clara la prioridad con que la Universidad debe seguirse imbricando en la gestión de Gobierno, con respuestas ágiles y oportunas, y con proyectos cada vez más enaltecedores y profundos.
Se dialogó, entre otros temas, acerca de la formación de profesionales integrales y competentes, de la preparación y completamiento del claustro y de los cuadros, del desarrollo científico y tecnológico, así como de la capacitación, superación profesional e informatización de diversos procesos.
El año 2021 será, indiscutiblemente, otro almanaque de retos para la Educación Superior, y las prioridades que nos estamos planteando responden, fundamentalmente, a esos desafíos que tenemos por delante, aseguró el Ministro del ramo.
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