ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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Distintos tipos de especies procesan en la unidad empresarial de base Pesca Bolivia Foto: Alejandro García

Para los pescadores del municipio avileño de Bolivia, los más humildes que he conocido en toda la provincia de Ciego de Ávila, sus barcos son esa especie de Titanic en miniaturas. En ellos se lanzan a la mar en busca de un alimento que no dejó de existir en el poblado, ni en los peores momentos de la COVID-19.

Parece que aquellos hombres de mar están inmunizados contra el SARS-COV-2, porque hasta ahora ninguno ha enfermado con el virus y eso ha permitido un trabajo estable en la flota de cuatro lanchas cherneras que, a decir del diccionario marino, son embarcaciones pequeñas, a remo o a motor, sin mástil ni velas y sin cubierta, que sirven para el transporte a distancias cortas, generalmente junto a la costa.

«A veces nos vamos un poquito más allá», y acto seguido, Freddy Guillén Ravelo, patrón de La Márgara, levanta la mano y apunta con el dedo índice a un lugar que puede estar más cerca o más lejos, porque en el mar las distancias casi siempre se miden en horas de navegación y en millas marinas.

«Más allá», repite. Pero ese «allá» no significa hacerse a la mar anchurosa y guardadora de los secretos más inimaginados, siquiera llegar al veril, ese límite de la plataforma en que el agua comienza a ponerse oscura y hasta los más curtidos lo piensan dos veces antes de aventurarse, con peces gigantones que te llevan la carnada, rompen palangres y hasta son capaces de volcarte la embarcación de una hocicada, al decir exagerado de Juan Ramón Ravelo, el patrón de la Río Cristal. Él, junto a sus hombres, ha enmallado este año ¡95! toneladas de pescado, sin que tenga contrincante en la emulación productiva.

Y, precisamente, sobre el reto de buscar más eficiencia se reflexionaba a inicios de junio pasado, durante la videoconferencia que sostuvieron el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, con los gobernadores de todas las provincias y el intendente del municipio especial Isla de la Juventud, donde se analizó el comportamiento de la campaña agrícola de primavera y todo lo que ella tributa al plan de autoabastecimiento municipal.

«En medio de un panorama económico mundial profundamente impactado por los efectos de la COVID-19, Cuba insiste en potenciar sus propias reservas para producir alimentos y disminuir, tanto como sea posible, las importaciones de productos, que no solo requieren cuantiosas sumas de dinero, sino que también frenan el desarrollo de la nación», profundizaba la máxima dirección del país en la propia reunión.

«Esta es nuestra producción agrícola, nuestra campaña de primavera, nuestra contribución al autoabastecimiento municipal y por eso respondemos a la máxima dirección del país con una pesca eficiente», comenta Dagoberto Feris Franco, director de la unidad empresarial de base Pesca Bolivia, la mejor de la provincia de Ciego de Ávila por sus resultados económico-productivos.

Y eso es lo que han hecho los pecadores de Bolivia, que tienen límites y no son, precisamente, los de los océanos anchurosos. Ellos viven una especie de encierro obligado, creado por la mano del hombre, pero necesario. Pescan en la Bahía de Jigüey y parte de la de Los Perros, un amplio espejo de agua donde por estos días abundan el patao y los pompones.

«Mis pescadores son los mejores, aunque estén rodeados:  por el oeste, el pedraplén Turiguanó-Cayo Coco; por el norte, los cayos Cayo Coco y Romano; por el este el pedraplén Jigüey-Cayo Cruz y por el sur la tierra firme, una especie de escudo que impide la salida. No hay salida», remarca Dagoberto Feris Franco.

DE LA RED A LA INDUSTRIA Y... AL PLATO

Una de esas mañanas frías y de mar envolvente, a causa de un norte que el doctor José Rubiera había anunciado por la televisión la noche anterior, varias personas desafiaban la llovizna y hacían cola en la pescadería El Machuelo, a un lado del centro procesador, donde llegan con rapidez los productos, en una especie de encadenamiento de gran agilidad, en tanto la demora no navega entre quienes se dedican a la faena.

«Casi todos los días vendemos algo a la población. Aquí mismo lo elaboramos, sin que tenga que ir a otros lugares, porque cerramos el ciclo productivo. Es decir, del mar a la industria y al plato, sin necesidad del cruceteo que tanto hace gastar al país», precisa Dagoberto Feris Franco.

El cruceteo es «insensato y absurdo», según lo definió el 26 de julio de 2007 el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el acto central con motivo del aniversario 54 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz de la ciudad de Camagüey.

«Como es lógico, una parte del pescado va a otros municipios, pero el mayor volumen se queda en Bolivia. En lo que va de año han comercializado más de 300 toneladas, entre pescado fresco, congelado, minuta, filetes, croquetas, hamburguesa, albóndiga y embutido, variedad de productos que no hace ninguna de las otras industrias del sector en la provincia», afirma Alexis Benavent Martínez, director adjunto de la empresa pesquera industrial Ciego de Ávila (Epivila).

En ese contexto, Bolivia se erige como un baluarte de la Epivila. Las cifras son fiel reflejo del esfuerzo en el mar y de los 45 trabajadores del centro de procesamiento en tierra, en tanto de las 1 457 toneladas capturadas en toda la empresa en la plataforma, las más de 300 que llevan el sello de esa unidad la acopiaron solo 25 hombres y cuatro cherneras, un número muy inferior a las nueve embarcaciones de Turiguanó, las 15 de Punta Alegre e igual número de Júcaro, la más rezagada de las cuatro ueb, con solo 273 toneladas aportadas al plan hasta ahora.

La única limitación para producir más es el insuficiente plan de energía que afecta, incluso, el túnel de congelación que  se ha roto en varias ocasiones y costó 17 900 cuc y 12 680 cup. Análisis lógicos pudieran llevar a un reordenamiento en cuanto al suministro de energía eléctrica dentro de la propia empresa de la pesca y del municipio, en aras de minimizar las afectaciones y no llegar al colmo de que el túnel deje de funcionar para siempre.

La pesca en Bolivia pudiera convertirse en espejo donde se miren otras UEB de la provincia: la unidad mantiene el costo por peso de producción en 0,52 centavos, sus «cherneras-titanic» promedian 76,7 toneladas capturadas por embarcación y consumen 60 litros de combustible por tonelada de peces llevada a tierra, un modo de hacer para exhibir y... respetar.

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Omar Romero dijo:

1

1 de diciembre de 2020

12:59:27


Tuve oportunidad de visitar su hermosa isla y me siento orgulloso de haberlo hecho. Respeto y admiro al pueblo cubano y sus líderes que muestran al mundo su ejemplo de dignidad. Saludos desde Argentina!!