No es casualidad, ni suerte, se trata de intenso trabajo, de vinculación multisectorial, de amplia participación popular. Así se ha logrado contener en Las Tunas, el avance de la COVID-19.
Desde el pasado 12 de octubre soplan aquí los aires de la nueva normalidad, pero eso no ha sido sinónimo de descanso, sino de transformaciones en los modos de hacer con el mismo objetivo esencial: proteger la salud de todos, sin detener el avance de imprescindibles procesos de desarrollo social.
Los aprendizajes de los meses de enfrentamiento a la pandemia, siguen hoy rindiendo frutos. «Yo creo que la principal fortaleza radica en que toda la sociedad tunera (dígase sistema de salud, población, organismos, estructuras comunitarias), se preparó para enfrentar las realidades que impone la nueva normalidad. Eso, para nosotros, se traduce en asumir nuestro hacer, nuestra vida cotidiana, nuestras responsabilidades, desde otra perspectiva».
El doctor Aldo Cortés González, subdirector del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología (CPHE), compartió con Granma algunos principios elementales para mantener, en positivo, el escenario de la provincia.
«Uno de los elementos que hablan de un nuevo escenario, desde el punto de vista del enfrentamiento a la pandemia, es el hecho de atender a contactos de sospechosos y contactos de confirmados en la comunidad, por parte del médico de la familia, gracias a esa fortaleza llamada atención primaria de salud.
«Los contactos, en su mayoría, no tienen síntomas, pero sí tienen un riesgo. Sin embargo, es posible atenderlos allí, siempre y cuando todos cumplamos con lo que nos toca. Porque esto de ninguna manera libera al sistema de salud de sus protocolos indispensables, de las acciones que tiene que cumplir en el enfrentamiento a la enfermedad, pero la responsabilidad del pueblo llega a un plano superior».
Haber permanecido todo este tiempo «al pie del cañón», como decimos en buen cubano, le ha permitido a este profesional una interpretación muy seria de lo que implica adoptar nuevos códigos dentro de nuestra cotidianidad. Sabe perfectamente que de eso depende mantener lo logrado.
«Respetar ciertos códigos de vida no es un eslogan, sino una necesidad, porque el objetivo primario es cortar la cadena de transmisión y evitar, en primer lugar, cada nueva infección. Sostener conscientemente todas las barreras que permiten la protección de una persona sana.
«Hay varias cosas que debemos tener presentes. Lo primero es que una persona que se encuentra en una zona de transmisión, lo que debe evitar es moverse de esa zona. Yo tengo que saber que si estoy en esa área de alto riesgo, y me muevo hacia otra que no está en iguales condiciones, me puedo convertir en propagador de la enfermedad.
«Pero si por una necesidad puntual alguien debe moverse, pues tienen que estar creados los mecanismos para que asuma lo que está establecido, porque hay muchas personas conscientes, pero no todas lo son. Eso implica que el combate debe ser, primero, por la vía de la persuasión, del entendimiento, pero si eso no alcanza, hay que acudir, de manera pertinente, a las autoridades».
Mucho ha aprendido también la familia cubana en materia del nuevo coronavirus, pero con saber no basta. Resulta imprescindible aprovechar lo que se conoce, llevarlo a la práctica sin descuidos. Así lo considera el doctor Aldo Cortés González. «Esas personas que llegan a una comunidad, a un hogar, después de haber estado en zonas de riesgo, deben saber que lo primero es no romper la distancia física con quienes le rodean, tiene que utilizar el nasobuco permanentemente en la casa, extremar las medidas higiénicas. Proteger a sus seres queridos, a sus vecinos, a sus amistades, es la mayor muestra de amor. Pero si esa persona no actúa de ese modo, pues viene la otra parte, su familia tiene que exigírselo.
«Eso mismo sucede con los viajeros cuando llegan del exterior y no tienen todavía el resultado del pcr negativo. Pero ojo, ese primer resultado no implica que usted no pueda venir incubando la enfermedad. Por eso, deben tener una actitud responsable, fundamentalmente hasta que llega la confirmación del segundo pcr. Pero yo recomiendo mantener sumo cuidado, hasta el décimo o el duodécimo día, porque todos los expertos saben que los periodos de incubación varían entre los pacientes».
La batalla continúa día tras día y debemos estar prevenidos. El principal reto es vacunar las conciencias, para hacerlas inmunes a las actitudes que rompan con los exitosos métodos de trabajo que ha desarrollado el país. Para este doctor tunero, todo se resume en una frase: «Respetar los nuevos códigos de vida va más allá de que me puedan multar por no cumplir, de que se me haga un llamado de atención. Es mucho más que eso, se trata de la vida, y si no nos importa cuidar la nuestra, no tenemos ni el más mínimo derecho de poner en riesgo la de los demás».
COMENTAR
Responder comentario