Ciego de ávila.–Un fallecido y un nuevo evento de transmisión local abierto fueron las desalentadoras noticias de este lunes para la ciudad de Ciego de Ávila, dado el creciente número de casos confirmados, que suman 31 en el territorio en los últimos 13 días, incluidos los 16 dados a conocer, ayer, en la habitual conferencia de prensa de la Televisión Cubana, por el doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología.
De acuerdo con el comportamiento de la pandemia en el país, este lunes la provincia de Ciego de Ávila reportó la segunda cifra más alta para un día desde que comenzó la pandemia, solo superada por La Habana, que registró 17.
El doctor Eduardo Zalacain Petgrave, subdirector de Epidemiología del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, dijo que se recibieron 220 resultados y la tasa de contagiados se eleva en Ciego de Ávila a 11,44 por cada 100 000 habitantes, entre las más altas del país.
Con estos números, es lógico que cunda la preocupación; pero que se imponga, también, que la población interiorice lo difícil que resulta el control de la enfermedad si no coopera con el cumplimiento de todas las medidas, porque no existe razón para que la indolencia de muchos se vuelva contra las buenas intenciones del Estado, de las autoridades del territorio y del país, a fin de disminuir al mínimo el impacto de la enfermedad, y cuidar la vida de las personas.
Nadie puede mirar a la acera de enfrente, al otro, y desestimar que cualquiera puede ser portador del virus, puede estar contagiado, y puede morir. Además de lamentable, resultó una evidencia contundente del peligro la noticia del «fallecimiento de un ciudadano cubano de 54 años de edad, que residía en el municipio de Ciego de Ávila, con antecedentes patológicos personales: hipertensión arterial, diabetes mellitus, y que fenece a pesar de la aplicación de todos los protocolos».
Las máximas autoridades de Salud no cejan en el empeño de buscar sospechosos, con la toma de muestras a 1 428 casos con esa categoría, cifra que aumenta a 146 los positivos a la enfermedad, el 3,35 % de los diagnosticados en el país.
Hasta el momento, siete de los diez municipios de Ciego de Ávila reportan casos activos en el rebrote de los últimos 13 días: Ciego de Ávila (31), Venezuela (8), Majagua (7), y Ciro Redondo, Chambas, Florencia y Morón con uno cada uno, para un total de 50.
Cuando se interiorizan esas cifras, es lógico que uno vuelva a los 93 días con cero personas confirmadas, cero fallecidos, cero graves ni críticos. Fue un soplón de alegría, como un nocaut al sars-cov-2 por parte de todos los que participan de esta batalla; fue el momento idóneo para pensar en que sí es posible ponerle freno a la enfermedad.
Nos traicionó la confianza y ahora abundan los más disímiles criterios de calle, más o menos ciertos, de gente más o menos responsable o irresponsable: que la población se olvidó del nasobuco, que si se «aflojó la mano», que si el distanciamiento, las colas; que se precipitaron en dejar entrar y salir a personas de otras provincias y a los propios avileños –más si Ciego de Ávila está casi al centro de Cuba–, que si ya desaparecieron los pomos de hipoclorito a la entrada de los distintos centros de trabajo, que si no existen en los cajeros automáticos, etc; en fin, conjeturas nada alejadas de una realidad que entre todos podemos revertir. Las culpas no tienen otra madre, otro caldo de cultivo que la irresponsabilidad ciudadana, sobre todo, de aquellos que se creen inmunes.
«Lo que ha ocurrido en Ciego de Ávila debe servir de alerta a otros territorios, independientemente de que no hayan salido casos en meses anteriores, porque el virus se mueve y está presente en cualquier lugar», decía el doctor Durán, cuando este lunes anunciaba los 16 casos positivos, todos de la ciudad de Ciego de Ávila, donde es hora de que la covid-19 acabe de «entrar en cintura».






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Velazquez. dijo:
1
9 de septiembre de 2020
09:53:43
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