ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Banner
Todos tenemos la obligación de ser muy cuidadosos y asumir esta fase escolar como lo que es, un verdadero desafío para el sistema educacional cubano. Foto: Julio Martínez Molina

El primer día de clases deja para siempre una huella en los estudiantes, particularmente en los niños. Ocurre también cuando las condiciones son excepcionales, como ahora, y la escuela debe extremar la cautela sanitaria para preservar la salud de alumnos y profesores; una etapa cuyo contexto epidemiológico las futuras generaciones recordarán por el ineludible nasobuco, apéndice nada agraciado, sobre todo en el rostro infantil. Deslucido pero necesario.

Estos últimos días fueron de mucha agitación y los docentes se entregaron a la tarea de dejarlo todo listo para recibir a los alumnos, observa la experimentada educadora Tamara Gómez, quien ejerce en el seminternado Raúl Gómez García, centro educativo de la enseñanza primaria, en la ciudad de Matanzas.

Sabemos que hay preocupación y hubo quienes descartaron la posibilidad de un regreso a las aulas, lo consideraron inoportuno, pero con las medidas que se toman en el plantel y la seriedad con que los trabajadores del sector asumimos esta tarea, no debe haber un solo percance, comentó la maestra. «Eso sí, hay que hablar mucho con los muchachos, explicarles en detalle la importancia de las medidas higiénico-sanitarias, estar más tiempo con ellos».

 

Adaptarse a la nueva situación

Tal como se presentía, los pioneros añoraban volver a las aulas. Con el paso de los días, de las semanas, de estos más de cinco largos meses, muchos de ellos comprendieron mejor hasta qué punto es importante la escuela y cuánta falta les hace.

Estas vacaciones forzadas se les hicieron eternas. Ya no sabían cómo llenar las horas de entretenimiento. Por eso, quizá, este lunes, durmieron felices y confiados en que al día siguiente tendrían la oportunidad esperada.

Yenis, Varelia, Ana, Deivis, Samuel y Gabriela, alumnos de diversos grados, admitieron que ya estaban «locos» por volver a la escuela, ver a su maestra y juntarse con los amiguitos. Me sentía muy aburrida dentro de la casa, expresó Gabriela, quien cursa el quinto grado.

Casi todos reconocieron el compromiso con sus padres de usar el nasobuco como es debido, lavarse las manos con frecuencia, no intercambiar los materiales escolares y mantener la distancia con sus compañeritos en el aula.

A juicio de la guía base de la escuela Raúl Gómez García, Evelyn Arencibia, eso es algo bien difícil, aunque admitió que los niños lo asimilan todo y están al tanto de lo que ocurre, inclusive los más pequeños. Nos toca a nosotros enseñarles y remarcar aspectos vinculados a las particularidades de este curso para que puedan adaptarse a la nueva situación, significó.

La directora, Bárbara Pérez Rodríguez, aseveró que en el centro se implementaron las medidas para garantizar el distanciamiento físico, además de subdividir los grupos para evitar hacinamiento en el aula. Nunca habíamos empezado de esta manera, con semejante tensión, pero nos venimos preparando desde hace mucho, dijo.

Todos tenemos la obligación de ser muy cuidadosos y asumir esta fase escolar como lo que es, un verdadero desafío para el sistema educacional cubano, comentó, luego de admitir que quizá uno de los peores efectos de la epidemia fue la interrupción del periodo lectivo. «Nadie pensó que podía tardar tanto en reiniciar el curso escolar, pero aquí estamos y todo saldrá bien».

 

El orgullo de Cristian

Ejemplos incontables de cómo reabrieron hoy las escuelas en medio de la compleja situación sanitaria, hay en todo el país. También en Cienfuegos las nuevas circunstancias pusieron en tensión a padres, docentes y estudiantes.

Cristian Romero Peláez, uno de los 848 alumnos de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Jorge Agostini, añoraba esas claves que seducen a los deportistas.

Considera que en la EIDE el alumnado dispone de muy buenos profesores, con los cuales ha aprendido mucho; también lo ha hecho, acota, de su instructor de velas.

Cristian quiere seguir practicando su deporte, que identifica a Cienfuegos, como todos los náuticos, y en un futuro estudiar Ingeniería Industrial.

En esa provincia también recibieron con alegría a quienes cursan la Escuela de Profesores de Educación Física (EPEF), donde el periodo lectivo pudo reiniciarse sin problema alguno, según manifiesta Alberto Martínez Espinosa, subdirector docente de la Dirección de Deportes en la Perla del Sur.

Como novedad, los atletas que forman parte de los equipos nacionales concluirán el actual curso en la provincia, donde también continuarán su preparación, guiados ahora por los entrenadores de la base, en muchos casos los mismos técnicos con los que dieron sus primeros pasos en el deporte.

Mucho que contarse

También tuvieron un regreso deseado a las clases los del nivel de la enseñanza preuniversitaria. En Santiago de Cuba el retorno estuvo caracterizado por el júbilo de los adolescentes, con mucho que contarse luego de tanto tiempo sin verse.

A diferencia del habitual inicio del curso en septiembre, esta vez los 1 135 alumnos del Instituto Preuniversitario Cuqui Bosch no tuvieron la acostumbrada celebración, pero igual disfrutaron el reencuentro.

«Podría decirse que siempre tuvimos comunicación –afirma la futura estudiante de Periodismo, Irina Portuondo Miguel–, pues mediante el teléfono, internet, o esporádicos encuentros, abordábamos dudas sobre el autoestudio o nos poníamos al día de nuestras vidas, pero nada es igual que tener al grupo con el cual compartes tres años».

Andrés Vega Labrada, el subdirector docente, informó sobre la existencia de una comisión para observar la pesquisa activa, el paso podálico, el distanciamiento en el aula y durante el receso, y el uso permanente del nasobuco, entre otras exigencias.

Un inicio de curso diferente

La severidad del nuevo coronavirus frustró, de momento, el reinicio del curso escolar «presencial»en la capital cubana y en varios municipios del país. Este martes, La Habana amaneció diferente. Aquellas calles repletas de niños con uniformes y pañoletas, los pequeños que por primera vez van a descubrir el mundo del conocimiento, con lágrimas algunos y curiosidad otros, toman la mano de la maestra que les indica su lugar en la fila poco antes de que empiece el matutino; el bullicio de los más grandes (no tan grandes), que empiezan la secundaria; la muchedumbre de preuniversitarios y politécnicos, la llegada a la universidad y la cascada de sueños que se cumplen, más los que empiezan junto con la carrera… Nada de eso aconteció ayer.

La capital de todos los cubanos atraviesa una situación epidemiológica que a partir de este 1ro. de septiembre –justo el día en que Cuba reanuda las actividades docentes para terminar en ocho semanas el curso que la COVID-19 obligó a suspender de manera presencial– conmina a sus moradores a redoblar las medidas de aislamiento y distanciamiento social; y a los alumnos de todos los niveles de enseñanza, a permanecer en sus casas.

Ha sido una decisión necesaria, a pesar de casi seis meses de escuelas sin educandos, pero lo más importante ahora es que ellos no se perjudiquen. Por eso, para preservar su salud, comienzan otra vez las clases televisivas, sin descuidar las particularidades de cada estudiante, y con apoyo ante el estado sicológico que puede provocar un cambio tan brusco y prolongado en sus rutinas y en su vida familiar, a causa de la pandemia.

Vuelven las clases, eso sí: continúan las actividades docentes televisivas por el Canal Educativo, y se mantendrán mientras sea necesario, lo que denota el esfuerzo gubernamental por afectar lo menos posible el proceso docente-educativo, atendiendo a las condiciones de cada escuela, y robustece la alianza entre la escuela y la familia, encargada de velar porque desde el hogar se sigan las clases.

Para una provincia con más de 300 000 estudiantes y más de 1 200 instituciones educacionales, lo que demanda el momento no es poco: un evento meteorológico reciente que afectó 77 instituciones docentes, las medidas para controlar el rebrote de la covid-19 y, como telón de fondo, todo lo que hace el país para no detener la economía. Mucho trabajo, mayor esfuerzo, pocos recursos y, aun así, la educación sigue estando entre las prioridades del país.

Ya están tomadas todas las medidas para que el trabajo continúe, solo queda cumplir con las disposiciones orientadas para reducir los casos activos del nuevo coronavirus. Y cuando todo pase se reiniciará el curso en La Habana, ofreciendo a todos las mismas oportunidades: se retomará el proceso de continuidad de estudios, habrá graduaciones y, nuevamente, serán las aulas ese hervidero donde bulle y se forja el futuro. Y la ocasión será todo un acontecimiento, como lo ha sido hoy en otras partes de Cuba, este reinicio del curso escolar.

Foto: Granma
COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.