ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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Nasobucos «hechos en casa», colocados a la vera del camino hacia la capital, con un cartel de solo tres palabras que detiene el paso de los viajeros y emociona: «te lo regalo». Foto: Tomada de Facebook

No ha existido época difícil en Cuba en la que no surjan, espontáneos, los gestos de amor y de solidaridad de un pueblo que sabe cómo crecerse ante las dificultades.

Basta solo con recordar las etapas vividas tras el paso de un ciclón por el país para volver sobre las cientos de anécdotas, que por sí solas reflejan las esencias de esta Isla, donde se ha cultivado con esmero la hermandad entre la gente, el sentido de pertenencia con la casa grande de todos y la virtud, «de que se es bueno porque sí», como nos enseñara El Maestro.

Por ello, no es fortuito que en estos tiempos duros de pandemia las redes sociales y los barrios se estén nutriendo de historias que, no por sencillas y cotidianas dejan de conmover.

Hablo, por ejemplo, de la ponchera particular donde no se cobra, desde el inicio de la batalla contra la covid-19, el servicio a las ambulancias; o del campesino que, sin pensárselo dos veces, llenó un camión de varios quintales de sus producciones y se fue a entregarlos a un centro de aislamiento; o de los nasobucos «hechos en casa» y colocados a la vera del camino hacia la capital, sin la etiqueta de sus gestoras, pero con un cartel de solo tres palabras que detiene el paso de los viajeros y emociona: «te lo regalo».

Hablo, también, de los profes que combinaron pocos recursos y mucho talento para ingeniar mascarillas en 3d, destinadas a la protección del personal sanitario; o de la estudiante de Periodismo que fue de las primeras en retar los riesgos del nuevo coronavirus, al aceptar colaborar en la elaboración de alimentos y la limpieza de un centro donde se atienden personas sospechosas de padecer la enfermedad; o de aquel otro estudiante de Medicina que, en su pesquisa diaria, encontró un abuelito viviendo solo y ha hecho suya la tarea de llevarle los «mandados» de la bodega.

Hablo, además, de los vecinos de una enfermera sin horarios por estos días, que en reconocimiento a su labor colgaron en la puerta un mensaje hermoso: «Si necesitas que compremos para ti, si necesitas que limpiemos por ti tu casa, si necesitas llorar o sonreír, en las ventanas nos encuentras. Para todo. Aquí nos tienes».

Hablo, por qué no, de la gente que sigue trabajando en puestos indispensables para mantener la vitalidad del país, como la señora que recorre más de 20 kilómetros «en lo que sea» para garantizar la calidad de la semilla del arroz destinado al pueblo; o de los artistas que no han dejado de crear y promover la cultura, ahora desde el escenario digital; o de esos otros hombres y mujeres que han mutado sus oficios para lavar, planchar, fregar y baldear allí donde el virus es más peligroso.

Hablo, sencillamente, de los pequeños detalles que hacen la diferencia en esta lucha por la vida, como la de cumplir, en un hospital, el capricho de un bebé de 18 meses de comer platanitos fritos; o de que una enfermera cuidara como una madre, durante 19 días, a una pequeña de apenas cinco meses; o de que un joven cada noche amplifique un bafle desde su portal para que nadie en la cuadra olvide que, justo a las 9:00 p.m., un país se estremece con el aplauso colectivo de gratitud a quienes están en la primera línea de combate.

Y no son solo estos. Existen a lo largo de todo el terruño nacional otros muchos «vacunados» contra la indiferencia, que no han sido captados por el lente de una cámara y dados a conocer por el clic de un amigo o familiar en Facebook y Twitter, y andan, casi en silencio, repartiendo amor, aportando soluciones, o poniéndole zancadillas al bloqueo con alternativas cubanísimas.

Esos que nos enorgullecen y «contagian» para bien con sus desvelos, son los que, junto a la labor de los médicos, en Cuba, también «salvan».

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Yenys Laura Valdés Cruz dijo:

1

7 de mayo de 2020

10:06:01


Esos gestos solidarios solo lo sabe hacer el cubano. Ya que nos duele a nosotros también el dolor de otros ,lo sentimos como nuestro. Pueblo cubano sigamos así , haciendo lo mejor que sabemos hacer ser SOLIDARIOS. #cubasalva

Pedro Carballo morell dijo:

2

7 de mayo de 2020

11:25:31


Esa es cuba y el socialismo.

luisito dijo:

3

7 de mayo de 2020

11:52:15


Bonito gesto, Cuba sigue dando ejemplos de generosidad dentro y fuera de nuestro verde caimán. Ha eso nos han enseñado

Chino dijo:

4

7 de mayo de 2020

13:13:45


Loable esas acciones, en momentos difíciles los imprescindibles se crecen y surgen los héroes anónimos que día a día hacen lo imposible para mantener la vitalidad de la producción y la batalla por la vida, pero lamentablemente están los que lejos de cumplir con lo establecido, denigran con su accionar la labor de los que arriesgan su vida salvando a otros. La mayoría de los contagios actuales es por irresponsabilidad y no cumplir con lo indicado

Pedro Hernadez dijo:

5

7 de mayo de 2020

15:19:14


Esto fue publicado en facebook A propósito del programa HACEMOS CUBA_HC Y ARTÍCULO 45 DE NUESTRA CONSTITUCIÓN. Siempre que veo atentamente todos estos programas muy útiles para el conocimiento y entendimiento de nuestras leyes, me quedo muy sorprendida pues nada de lo qué se expone coincide con mi realidad, vivo en un apto en el municipio de playa, el cual está siendo totalmente rodeado por construcciones ilegales, las cuales me provocan daños y perjuicios de toda índole, llevo dos años denunciando ésta situación a todas las instancias, Ministerio de cultura, planificación Física Municipal, Provincial, Nacional, Fiscalia Municipal, Provincial, Instituto Nacional, Gobierno Municipal, Provincial, PCC Municipal, Provincial, CC Y CONSEJO de Estado. La situación continúa idéntica y en estos tiempos de pandemia estos individuos continúan a toda marcha las construcciones ilegales, entonces mi desconcierto es muy grande, pues mi realidad no tiene nada qué ver con lo expresado en dichos programas de la TVN, soy una mujer sola, trabajadora, profesora de la enseñanza artística por más de 30 años, y Directora del Estudio Teatral La Chinche grupo de teatro perteneciente al Centro de Teatro de la Habana y me encuentro en una total indefensión. Calle 11#13008 entre 130 y 146 Reparto Cubanacan Playa. Esto es lo que tienen que atender los periodistas y divulgarlo los periódicos, ir y verificar estas cosas, si más no recuerdo Marti dijo que el periodismo es el látigo de la nación