El coherente plan puesto en marcha en Cuba para la prevención y control del nuevo coronavirus, contempla la aplicación de estrictas medidas de vigilancia en frontera.
Durante las últimas semanas, en más de una ocasión, el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, así como otros funcionarios de ese ramo, han explicado que la situación actual impuso extremar las medidas en marinas, puertos y aeropuertos, en los cuales se mantendrán los protocolos correspondientes con los ciudadanos residentes, quienes además permanecerán en cuarentena 14 días una vez lleguen a Cuba.
Matanzas: Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez
En medio del murmullo de los pasajeros recién llegados y el oloroso aroma característico de los aeropuertos, es fácil apreciar la presencia de profesionales de la Salud en posiciones claves de la instalación, donde se extreman las medidas de control, según explica el doctor Carlos Raúl Pérez Hernández, jefe de la estación de control sanitario en el aeródromo.
La tenaz preocupación no tiene nada de raro si se toma en consideración que este es el segundo aeropuerto en importancia del país, con unos 114 vuelos semanales (en tiempos de total normalidad), y responsable de casi la totalidad del flujo de turistas que se despidan en estos días del balneario de Varadero, principal destino turístico de sol y playa de Cuba.
Auxiliados con sus medios de protección, nasobucos y guantes, el personal especializado examina a los viajeros con mirada experta y los somete al examen protocolar para comprobar que, en efecto, no hay señales de la enfermedad.
El galeno ilustra que la terminal matancera ha recibido todos sus pasajeros, sin que hasta ahora se ha haya reportado ningún caso del nuevo coronavirus.
Los turistas lo han agradecido y se muestran cooperativos, dice Yusmary Ventura Pérez, licenciada en Enfermería y con 11 años de experiencia de labor en el Juan Gualberto Gómez.
«Lo más importante es el trabajo de conjunto, pues en cualquier lugar del aeropuerto el personal ese día en funciones puede ponernos al corriente de alguna irregularidad», significa.
Pérez Hernández lo atribuye a la capacitación de todos. Eso allana el camino para lidiar con la enfermedad, acentúa, tras recalcar la ventaja de contar con un protocolo diseñado para tratar grandes epidemias en frontera, como ocurrió cuando el auge del h1n1 (2009-2010) y del mayor brote de ébola (2014-2016).
La doctora María Dolores Bravo reconoce que saber cómo conducirse en estas circunstancias es competencia de todo el personal, y no solo de los especialistas, pues estamos ante una contingencia de tipo sanitaria que, como experiencia inédita, requiere de la capacitación y el adiestramiento permanente.
Para el doctor Carlos Raúl Pérez Hernández, toda precaución es poca. «Tenemos la responsabilidad de examinar a los ciudadanos residentes a su entrada por este aeropuerto, y de nosotros depende en alto grado que ningún pasajero con indicios febriles y síntomas de enfermedades respiratorias entre a nuestro país sin el debido control en las tres líneas de vigilancia, con énfasis en la aplicación de la termometría personal y la exhaustiva medición de su temperatura».






COMENTAR
Antonio dijo:
1
21 de marzo de 2020
07:30:21
Orlando dijo:
2
21 de marzo de 2020
10:14:58
Sandra Respondió:
22 de marzo de 2020
08:21:40
Msxomo Bejerano Díaz dijo:
3
21 de marzo de 2020
11:21:39
Ernesto dijo:
4
21 de marzo de 2020
14:05:06
Carlos A Hernández Respondió:
22 de marzo de 2020
06:41:46
Maga Respondió:
22 de marzo de 2020
09:14:56
Tato dijo:
5
21 de marzo de 2020
21:30:10
Raquel Vega Carrasco dijo:
6
21 de marzo de 2020
22:55:29
Pedro José Montiel Sánchez dijo:
7
22 de marzo de 2020
07:34:46
Lydia dijo:
8
23 de marzo de 2020
09:08:25
Responder comentario