Una herramienta para minimizar procesos empresariales

En momentos en que la necesaria transformación digital del entramado empresarial de Cuba es impulsada con alta prioridad, una herramienta computacional está llamada a alcanzar más protagonismo: el CRM.

Denominación derivada de su sigla en inglés, el CRM, Customer Relationship Management, o Gestión de la Relación con el Cliente, incluye ventas, mercadotecnia, atención al cliente y todos sus puntos de contacto. En la era de la transformación digital, la relación entre las partes también evoluciona, alcanzado un nuevo concepto consustancial al éxito de la empresa: la experiencia del cliente. El concepto de CRM significa tener al cliente en el centro de la atención. Es una estrategia, un proceso, una herramienta y una tecnología, todo al unísono. Para aplicar este concepto se han desarrollado plataformas, las cuales están en la lista de las tecnologías corporativas más innovadoras para ser utilizadas por las empresas.

El CRM almacena información de clientes: nombre, dirección, teléfono, sus actividades y puntos de contacto con la empresa, incluyendo visitas a sitios web, llamadas telefónicas, correos electrónicos y otras interacciones. Sin embargo, la plataforma no es solo una lista de contactos, pues reúne e integra datos valiosos para preparar y actualizar a los equipos de trabajo con información personal de los clientes, historial y preferencias de compras.

Un CRM ayuda a las empresas a minimizar los procesos que han quedado obsoletos como el esfuerzo manual, ayudando a que la actividad empresarial avance. La plataforma organiza las cuentas y los contactos de manera accesible y en tiempo real, acelera y simplifica el proceso de ventas. En lugar de depender de recordatorios en notas adhesivas amarillas o estar inmerso en planillas, se gestiona la información por parte del equipo comercial de manera rápida y fácil: cada miembro del área, independientemente de donde esté y de que esté haciendo, estará siempre trabajando con información actualizada sobre los clientes y sus interacciones con la empresa.

Esta herramienta hará que las empresas cubanas sean más eficientes, y resulta un nicho al que las entidades desarrolladoras de softwares deben dedicar atención, para acercarnos a la independencia tecnológica. Resultaría interesante la aplicación de esta tecnología por parte de entidades no empresariales, particularmente en los servicios públicos que se gestionan a través del llamado gobierno electrónico.