A los 83 años de edad el británico Ken Loach realiza uno de sus mejores filmes sin salirse de los derroteros temáticos trazados hace más de medio siglo, argumento con un admirable «enganche» humano que lo reafirma a la vanguardia de los cineastas comprometidos con las luchas sociales de su tiempo.
El filme se titula Lo siento, nosotros te extrañamos (2019), y podrá verse próximamente en el canal Cubavisión. Una vez más, Ken Loach se sustenta en realidades cotidianas que terminan adquiriendo dimensiones simbólicas por ser el retrato de una sociedad industrial sujeta a los rigores de un capitalismo amasado con el nuevo milenio.
El filme obtuvo el premio del público en Cannes, evento en el que Loach ha obtenido dos veces la Palma de oro, con películas vistas en nuestro país: El viento que agita la cebada (2006) y Yo, Daniel Blake (2016), festival donde también ha ganado tres veces el Premio del Jurado y, si se insiste en estos galardones, es para significar que cuando festivales, espectadores y críticos coinciden en el aplauso, las equivocaciones suelen ser pocas.
Lo siento, nosotros te extraños toma su título de la expresión inglesa «Sorry, we missed you», que suele imprimirse en los paquetes que no han podido ser entregados por un servicio de mensajería y que, literalmente, significa «lo siento, te hemos fallado», disculpa que se le ofrece al cliente, acompañada de un número telefónico.
En uno de esos servicios de mensajería, con 14 horas de trabajo y orinando en pomos para no perder tiempo, lo que le costaría reprensiones y hasta multas, trabajará Ricky, el protagonista de la historia, quien ha invertido todo su dinero, y el de la familia, en comprarse una camioneta que lo convertiría –según le han hecho creer– en «empresario».
Al mencionar el cine de Keen Loach hay que referirse a Paul Laverty, el guionista de buena parte de sus filmes, ambos artistas procedentes del norte de Inglaterra, una zona depauperada por la reconversión industrial de los años 80–Margaret Thatcher al mando– y que, junto a Escocia, suele ser escenario de muchas de sus películas basadas en un realismo social que, al tiempo que critica el entramado burgués, pone sus miras en las llamadas «personas corrientes», esos trabajadores con familia y pocas esperanzas que sufren los recortes de un llamado «Estado de bienestar», denominación algo petulante –se sabe– para resultados sociales muy desiguales.
Ricky apenas ve a su familia, y debe correr y agitarse y sentir que el corazón se le desborda, y hasta soportar la majaderías de sus clientes, pero piensa que ese es un precio a pagar y que, al cabo de un año, más o menos, las cosas mejorarán, no solo en su trabajo, sino igualmente en las tensas relaciones que sostiene con su hijo adolescente, siempre criticando el muchacho las limitaciones y escasez de dinero del padre.
Es una película tan dura y real como hermosa en sus equilibradas emociones, y con un cuadro de actores apenas conocidos, pero inmejorables en su misión de recrear a una familia en bancarrota que trata de sobrevivir a las reglas del juego impuestas por un capitalismo feroz que promete, hace creer, pero no cumple.
Pudiera pensarse que Lo siento, nosotros te extrañamos tiene todos los elementos para convertirse en una historia cargante en sus connotaciones de denuncia social –que de esas las hay–, pero Ken Loach vuelve a dar una clase magistral en cuanto a involucrar al espectador en una relato que él torna muy atractivo, sin recurrir a desbordamientos dramáticos ni a subrayados.
En los créditos finales veremos el agradecimiento de los realizadores a los transportistas que ofrecieron informaciones para realizar la película, trabajadores que, lógicamente, pidieron que sus nombres no aparecieran por miedo a las represalias, lo que habla del valor sociológico y verdad concluyente de este filme de Ken Loach, artista grande él desde una militancia de izquierda de la que se siente orgulloso.
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Me encanta Barbara Eden dijo:
1
12 de octubre de 2020
12:21:22
ana davies dijo:
2
12 de octubre de 2020
13:05:52
Erick dijo:
3
12 de octubre de 2020
19:43:42
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