
Si algo ha distinguido a Génesis Galerías de Arte durante esta duodécima edición de la Bienal de La Habana, ha sido la excelente curaduría de las exposiciones acogidas por sus espacios hasta el próximo 22 de junio. Pinturas, carteles, grabados, instalaciones o esculturas integran lo que pudiéramos considerar una gran muestra colateral de esta red de galerías de la capital.
En La Acacia, de pie frente a las piezas que conforman Cuestión de tiempos, de Antonio Vidal y José Ángel Vincench, se siente uno a merced de las formas que se amontonan en los lienzos, sintiendo incluso el espíritu de dos artistas de la abstracción de diferentes épocas. ¿Pero qué es la abstracción sino un lenguaje universal para expresarse desde el alma? Vidal, nombre imprescindible del arte cubano desde la década de los 50, comparece en la muestra junto al joven Vincench, en una especie de deconstrucción de la vida misma y de las palabras que le dan cuerpo y a veces se le interponen.
Justo al lado, Kadir López reconstruye en sus lienzos emblemáticos cines de La Habana ya desaparecidos o en franca decadencia, cuyo nombre brilla en luces de neón bajo el título de Havana lights. Al fondo de la galería, como gigantes fotos en sepia, los cuadros de Karlos Pérez recuperan la presencia de rostros anónimos de la década del 50. Al igual que las fotografías originales que inspiraron al artista, las telas de Memorias impersonales mantienen los dobleces y manchas propias del paso del tiempo, como si los pinceles no se hubiesen atrevido a tocarlas.
En la propia Génesis Galerías de Arte, coexisten también tres exposiciones que dialogan de alguna manera entre sí, a pesar de la variedad de estéticas y soportes de las piezas. Espacio para meditar, de Marcel Molina, es una de ellas, donde alfiles y peones adquieren la dimensión de protagonistas de los grabados y las instalaciones.
Por su parte, Círculos y ombligos, de Luis Miguel Rivero nos muestra una serie de pinturas que desbordan erotismo y sensualidad, donde los rostros y las manos y las bocas se desean y contemplan más allá de los marcos de cada cuadro.

Además se exhiben las piezas de Otro espacio para la contemplación, del artista Gustavo del Valle. Entre otras exposiciones pertenecientes a esta red, la galería Servando presenta Ciudad de muertos, de Alejandro Campins, la galería Miramar muestra la expo colectiva Uno para unos, unos para uno y en la Juan David la titulada Presupuesto de fe, de Manuel Cervantes.
Asimismo, del otro lado de la ciudad, el Taller de Serigrafía René Portocarrero acoge hasta el lunes próximo los carteles de diseñadores y artistas de Cuba y Estados Unidos, bajo el nombre de Happy together (o felices juntos), en la cual establecen analogías entre la resonancia en el imaginario popular de conocidos animados nacionales como Elpidio Valdés, Chuncha o Cecilín y Coti, en diálogo con personajes norteamericanos como Popeye, Betty Boop o Los Simpsons. Reconocidos diseñadores como Pepe Menéndez, Giselle Monzón, Raúl Valdés (Raupa), Jesse le Doux o Erick Silva, cuyo póster encabeza la muestra unen de esa manera, mediante el arte, dos culturas no demasiado alejadas entre sí.
Además del programa central de la 12 Bienal de La Habana, las muestras colaterales constituyen una excelente oportunidad dentro del evento, para conocer por dónde se mueven los artistas cubanos contemporáneos. Para ello, los espacios de Génesis Galerías de Arte se erigen, una vez más, como imprescindibles.
COMENTAR
Pedro www.hotelhabana.net dijo:
1
18 de junio de 2015
14:23:24
Responder comentario