En Cuba, el gran público suele conocer a importantes músicos que, viniendo del género o tendencia que sea, han tenido la dicha de ser ampliamente promovidos por los medios tradicionales. Al referirnos o enmarcar categóricamente esa profesión, casi siempre los menos favorecidos son los investigadores, y menos aún los que abrazan la llamada música clásica o de concierto.
A pesar de que algunos –y valiosos– documentales y reportajes han contado con los testimonios de inolvidables musicólogos como Argeliers León, Odilio Urfé, María Teresa Linares, Helio Orovio, María Antonieta Henríquez y otros, no es menos cierto que son menos difundidos y reconocidos por una buena parte de nuestra sociedad.
En consonancia con el esfuerzo para la salvaguarda de nuestro patrimonio musical investigativo, el Instituto Cubano de la Música asumió la producción, el pasado año, del documental Jesús habla de Gómez Cairo, con idea y dirección general del realizador Alberto Padrón. La idea conceptual planteada por él nos lleva, inexorablemente, por tres caminos de gran impacto para la institución y para el macroproyecto cultural que se ha dirigido desde 1959: contar en primera persona y en vida la obra de Gómez Cairo, homenajearlo con valiosísimos testimonios, y dejar constancia documental sobre esta importante figura de la musicología cubana de los últimos 50 años. De esa manera se nos desnuda un discurso audiovisual de más de una hora de duración, para acercarnos a quien ha dedicado, sin pensarlo dos veces, su vida a la investigación y al magisterio constante.
El director tuvo ante sí varios retos, y uno de ellos fue la pandemia de la COVID-19 en un momento muy delicado para el país, Ello ralentizó el desplazamiento por diferentes lugares del país, por ejemplo, además de las responsabilidades del homenajeado, razones por las que el tiempo previsto para la grabación de las entrevistas se alargó más de lo estimado. Pero esos tropiezos no condujeron a una malograda o aburrida concepción, sino todo lo contrario. El extraordinario trabajo de investigación y preparación evidenció un dominio del tema con total soltura, y el rigor de presentarle al público una figura notable y necesaria desde el anonimato mediático, alejado de pompas.
Bien hilvanado nos resulta cómo se narra el periodo profesional anterior a que Gómez Cairo asumiera la dirección del Museo Nacional de la Música, una zona poco conocida de su vida, así como los diversos invitados que nos describen a un hombre de exquisita sensibilidad y humanismo. Momentos y facetas profesionales casi inéditas, el homenaje a sus maestros y las reflexiones que desde la erudición brotan de su pensamiento, son apenas unos pocos ejemplos que puedo comentar aquí, entre tantos que habitan en el audiovisual. Acercarnos a Jesús desde tantos ángulos es una suerte de estos tiempos, y muchas razones para seguir admirándolo. Esta obra de Padrón constituye también un legado musical y vivencial que ojalá sea referente obligatorio en el país.
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Reinaldo Gomez de Armas dijo:
1
17 de febrero de 2022
06:14:18
Daniel dijo:
2
17 de febrero de 2022
10:06:53
Daniel dijo:
3
17 de febrero de 2022
10:13:30
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