ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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Revista de Música cubana fundada en 1986 bajo la dirección del musicólogo Idalberto Suco. Foto: Tomada de Internet

Hace poco tiempo un amigo me comentaba el poco espacio que tienen en nuestro entorno las revistas especializadas de música y sus respectivas lecturas sobre el acontecer del género en Cuba. Quise explicarle y reclamar su atención, pero todo fue en vano: sus argumentos –aunque nada académicos– superaron mis intentos y renuncié a toda charla esclarecedora.

Y tiene razón, las revistas sobre música han ido decreciendo y, lo más lamentable, olvidando al lector medio con los años. Pero lo más preocupante es que en un país donde la música es una cuestión de relevancia nacional se exhibe menos de lo que debiera y se habla más de lo que debe ser. Porque como diría una cita latina de cierto personaje romano y que abracé desde mi juventud: verba volant scripta manent, que quiere decir «la palabra vuela, lo escrito permanece».

¿Por qué la casi desintegración de las distintas revistas de música en Cuba? ¿Por qué acudir a lenguajes más simplistas en torno al amplio complejo musical cubano?

Si nos remitimos a la historia coincidiríamos en que, tanto el análisis como el tratamiento de temas faranduleros o sociales pujaban en sobresalir en épocas anteriores, y cada sector poblacional asumía su rol en la conformación del gusto que cada una de esas aristas proponía en sí mismas, y todas convivían en una aparente y amagada armonía. Con la llegada de las nuevas restricciones que nos impuso el cerco económico externo, así como ciertas faltas de visión locales, algunas relevantes publicaciones musicales fenecieron, dejando a sus lectores –y al debate público– a la espera de un reenganche o reoxigenación que pudiera ser la tabla salvadora de dichos proyectos. Así, revistas y publicaciones afines dejaron de imprimirse y un nuevo escenario se impuso dando paso a un nuevo contexto literario e investigativo, cuyo resultado y visibilidad serían cero o, en otros casos, estarían próximos a su extinción. Y pregunto, ¿acaso no pudieron hacerse excepciones? ¿Hubo que prescindir de la mayoría de esas revistas?

Inclusive, en tiempos más recientes donde pudieron retomarse algunas líneas del trabajo editorial logrado en décadas anteriores, faltaron iniciativas contundentes que nos trajeran nuevamente aquellas aproximaciones al estudio medio de nuestra música, siendo lamentablemente la definitiva lapidación de ilustres o conocidas publicaciones que afloraron para bienestar del lector en Cuba.  Tanta falta hacía un ensayo de Fernández Retamar como un simple cancionero, por citar los dos extremos en que podían navegar algunas publicaciones.

Nunca será tarde para saldar nuestras deudas ni tampoco podrá verse como un repliegue cultural: todo lo que ayude a retomar el sendero al debate o a la información necesaria y eficaz sobre los procesos formativos y creativos de la música cubana serán bien recibidos. El silencio y el divorcio obligado que sufren las revistas de música de los años 90 no deben marcar a las nuevas generaciones ni ser la tendencia de estos tiempos. Nuestra música merece más.

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peter j. melian dijo:

1

7 de noviembre de 2019

10:29:20


La calidad de la música culta ha descendido enormemente en los últimos cien años o más, idos están los tiempos de las grandes sinfonías, óperas, música de cámara, etc. etc., consecuentemente no se puede publicar lo que no existe.

Aidita Respondió:


8 de noviembre de 2019

15:14:30

no se trata solamente de hablar de música culta, -que por cierto, todavia permanece en existencia, y en Cuba no faltan buenos ejemplos de músicos, conciertos, festivales y hasta discos de este tipo de música. En mi opinión, se trata de darle el justo lugar que merecen las publicaciones especializadas en música sobre todo aquellas que genera el Museo de la Música o El CIDMUC- son publicaciones científicas, y por cierto de alto nivel, porque sus colaboradores, redactores son en su mayorias voces autorizadas ( por así decirlo), figuras de la investigación, la docencia y el periodismo cultural en el país, en los muchos temas que allí se abordan. Lo principal es que los números salgan a la luz con la regularidad que de verdad posee la revista, no despues de un año esperando por la impresión. Sería muy bueno, para que personas como usted y otros muchos, se enteren de las esencias de los procesos que ahora mismo vivimos y en los cuales nos acompaña la música y de esa manera puedan mejorar o adquirir un verdadero juicio de valor estético y cultural de la música que nos rodea, la que consumimos, la que criticamos así como de todas aquellas músicas que no sabemos ni que existen .

vic dijo:

2

8 de noviembre de 2019

15:35:43


Es el resultado de la vanalidad en la musica de gran consumo, su mal gusto y facilismo lo q provoca estos resultados. Una revista para hablar ?de que?

Aidita Respondió:


11 de noviembre de 2019

13:04:28

una revista para" hablar" o dar a conocer.de las buenas propuestas que todavía existen de buena música y que pasan desapercibidas por muchos. Una o varias revistas para criticar ese quehacer musical y para dialogar, reflexionar sobre los problemas actuales de la música cubana. Es un error pensar, que solo la música clásica o de concierto es" buena música", mucho cuidado con eso. Hay salseros, trovadores, reguetonero, cantautores e instrumentistas que también hacen muy buena música.