ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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Hay oficios tan viejos que no por ello deben desdeñarse, sino todo lo contrario. Con el ritmo galopante a que nos obliga la modernidad han proliferado algunas tendencias que abogan por apropiarse de espacios ajenos e incurrir en la masiva extinción de otras formas de hacer arte, lo cual han conseguido a ratos. Y hablo específicamente del director artístico como figura entronizadora de varias formas del arte, y no solo la musical. Si vamos al pasado encontraremos grandes nombres de amplísima cultura y formación como Héctor Quintero, Roberto Blanco, Alberto Pedro y muchos más que en sus andares por la escena cubana, incluyendo el Teatro Musical de La Habana, fueron capaces de dirigir no solo para ese medio, sino también espectáculos de grandes retos artísticos, y salir airosos.

Contrariamente a ello, en algunas zonas de la música aún falta la presencia del director artístico, o al menos una certera asesoría o consejo adecuado. He sido testigo en reuniones donde se ha prescindido de tal figura por temas económicos, lo cual puede someramente entenderse, pero en la mayoría de los casos dicha ausencia se debe a la terquedad de algunos artistas en querer suplantar el rol del director, minimizando así una labor tan dedicada y audaz.

Muchas veces vamos a conciertos o espectáculos donde el tedio es enorme, con largas faenas sin dramaturgia que ponen en tela de juicio un empeño mayor por el simple hecho de no contar con un director artístico. En no pocos casos el músico, enfocado en aristas que van desde la producción musical hasta la dirección orquestal, deja a un lado la parte más visible de su espectáculo, sin saber siquiera que ahí radicará la muerte parcial de su puesta en escena. Y le entiendo, e inclusive aplaudo que esté plenamente enfocado en la calidad sonora, pero a esto le sumo que debe tener el tino y perspicacia de apoyarse en el citado especialista para lograr una coherente y atractiva presentación acorde al lugar y público escogidos.

Y limito esta opinión a salas de conciertos, teatros y plazas abiertas donde el arte no solo comunica auditivamente gracias a la música, sino donde el lenguaje gestual y escénico debe estar acorde a la propuesta en escena. Un director artístico puede producir un gran espectáculo, o tal vez no. Puede imaginarse determinada escena o transición donde pocos la ven, o no. Puede tener la idea de utilizar locutores, bailarines y efectos visuales, o no; el buen gusto y experiencia de la persona escogida para dirigir artísticamente dará la medida del éxito del espectáculo o concierto, ya sea para bien o para mal.

Pero para mí lo imperdonable –en estos tiempos en los cuales el arte se renueva y adquiere diferentes lecturas y contextos– sería seguir renunciando a asumir el hecho creativo en comunión con elementos afines o externos, en pos de lograr una buena puesta en escena. La música también debe sumar –aún más– el talento y esencia de quienes dominan otras perspectivas creativas para asistir a menos conciertos monótonos y de aburrido ritmo. Es un reto, sin duda alguna.

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Juana Maria dijo:

1

15 de agosto de 2019

09:30:03


EXCELENTE artículo. Muy acertado.

Roly Martinez dijo:

2

16 de agosto de 2019

10:52:59


Te felicito por el comentario,soy víctima de esas actitudes. Gracias

Ernesto Rojas Suárez dijo:

3

16 de agosto de 2019

22:59:38


La labor de un director artístico es justamente facilitar que el público reciba en toda su amplitud el contenido de una obra, en este caso musical. Es él quién apoyándose en los recursos de la puesta en escena puede hacer al espectador transitar por estados de ánimo diversos mientras asimila la obra.

Alexis Vázquez dijo:

4

18 de agosto de 2019

02:14:15


Que importante y necesario era un comentario profesional sobre este importante tema. Muchos eventos, congresos, reuniones, etc, discuten el asunto, pero la terrible realidad es la omisión generalizada del trabajo de los directores artísticos en la mayoría de los centros culturales y recreativos del país y lo que es peor, el intrusismo profesional. Muchos de los graves problemas que se presentan en la programación cultural es por la ausencia de esta importante figura cultural, que tiene a su cargo la responsabilidad de crear y organizar la puesta en escena. Es lamentable ver espectáculos donde se presentan importantes artistas sin una coherencia en la puesta y un gran falta de respeto al público Aquí también ha llegado la falta de exigencia y rigor y el precio ideológico y cultural ha sido muy elevado. Los organismos e instituciones que supuestamente ahorran, hacen pagar un elevado precio a la cultura.

Adonys Ordan dijo:

5

18 de noviembre de 2020

12:57:44


Agradezco este documento, ya bque en nuestro país esta profesión o especialización requiere de mucha atención, si queremos seguir desarrollando el turismo de mayor calidad, no solo de esta sino de una calificación académica, no creo que un artista de cualquier línea llegue a ser director artistico por solo una evaluación y aveces nos enfrentamos en la escena disparates sin ninguna dramaturgia yo diría sin concepto estético algúno, incluso por la TV, creo que nuestras universidades deben crear esta carrera con una seleccón muy estricta, pongase en el luigar que el país posee espectaculos en las zonas turistsicas y lo que uno ve es de horror por la noches, porque dicen que es el que atiende recreacdión quien controla esto y no se contrata a un director artistico para esta función porque no hay presupuesto, que pena, si con la imagen que damos a los turistas es tan mala artisticamente, que podremos esperar sino nos empeñamos en formar directores artisticos. de todas espècialidades, directores artísticos musicales, de espectaculos, otros.