Tan pronto se conocieron las películas ganadoras del 37 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano se hizo la invitación a los cineastas latinoamericanos a llegar (volver) a La Habana en diciembre de 2016. Es que esta capital apuesta decididamente por el cine, una pasión demostrada cada año a lo largo de esos diez días que siempre la estremecen.
Esta vez, tal como dijera la presidenta del jurado de largometrajes de ficción, la actriz Geraldine Chaplin, compitieron películas de alta calidad, lo que para ella no fue una sorpresa, pues a su llegada confió a esta publicación que “es en América Latina donde ahora mismo está pasando algo con el cine”.
La ceremonia de entrega de los premios Coral se efectuó en cine Charles Chaplin (13 de diciembre), lo que sin dudas resultó especialmente emocionante para la actriz de cintas tan recordadas como Cria Cuervos o Mamá cumple cien años.
Fue admirable que el jurado concediera el Premio Coral en largometraje de ficción a la cinta El Club, del chileno Pablo Larraín, la cual recibiera, en los premios colaterales, el de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica.
La película es una denuncia contundente, un relato duro, perturbador, desgarrador y descarnado sobre el “retiro” de cuatro curas, cuyas existencias aparentemente apacibles esconden grandes miserias humanas.
El Premio Coral Especial del Jurado fue para Toro de Neón, de Gabriel Mascaro (Brasil) y por especialidades: de Dirección para Sandra Kogut, por Campo Grande (Brasil); Edición y música para El abrazo de la serpiente, drama de corte antropológico del colombiano Ciro Guerra; de Sonido para Yo, del mexicano Matías Meyer; Guión y Dirección Artística para Te prometo anarquía, de Julio Hernández (México) y de Fotografía para La luz incidente, del argentino Ariel Rotter un filme de época, visualmente impactante.
Muy merecido el Premio Coral de Actuación Femenina en papel protagónico para Jana Raluy, en el filme Un monstruo de mil cabezas, de Rodrigo Pla, (México), mientras el de Actuación masculina fue compartido para Diego Calva y Eduardo Eliseo Martínez, por la mexicana Te prometo anarquía.
En la sección Ópera Prima el Coral fue para Desde allá, de Lorenzo Vigas (Venezuela, México) que llegó precedido por el León de oro en el Festival de Venecia, la primera cinta latinoamericana en ganar ese lauro, y el Premio Coral Especial del Jurado fue para Magallanes de Salvador del Solar (Perú, Argentina, Colombia, España) con actuación relevante de Magali Solier, quien tiene un monólogo en quechua, sin traducción, que conmueve y desgarra.
El Premio de la Popularidad fue para la película que abrió el Festival (3 de diciembre) El Clan del argentino Pablo Trapero, que sumó el Premio colateral Roque Dalton, otorgado por Radio Habana Cuba.
Cuba obtuvo tres premios Coral, el de cortometraje de ficción, por La nube de Marcel Beltrán Fernández; de Documental de Largometraje por Casa Blanca de Aleksandra Maciuszek (Cuba, México, Polonia) y en Animación, por el Mediometraje Las aventuras de Juan Quin Quin de Alexander Rodríguez.
Como resumen, recordar que en esta 37 edición compitieron 23 largometrajes de ficción, 22 medio y cortometrajes, 21 óperas primas, 36 documentales y 33 animados con temas que van desde retratos sociales, amores imposibles, intrigas policiales, las luchas de los pueblos indígenas, las consecuencias de las dictaduras militares hasta cuestiones de género.
El Festival no podía tener otro fin que la exhibición de una película, en este caso El botón de nácar (premio al Mejor Guión en el Festival de Cine de Berlín 2015), donde el cineasta chileno Patricio Guzmán muestras “las voces de los indígenas de la Patagonia, de los primeros navegantes ingleses y de los presos políticos”.
Como es tradicional del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, La Habana deja abierta las pantallas para la 38 edición en el 2016.
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