
Cine es la palabra clave. Lo decía Iván Giroud, director del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. “Querer al cine, defenderlo, protegerlo, conservarlo, disfrutarlo…mantenerlo en primer plano del interés de un público enfrentado a un sinnúmero de ofertas audiovisuales”
Es así que en diez días el espectador tiene la posibilidad de disfrutar de 138 largos y cortos de ficción, documentales, animados y óperas primas en concurso, a los que se añaden las proyecciones de filmes en otras categorías, como Galas, muestras, especiales, homenajes. Más de 400.
Luego de 37 ediciones del Festival de La Habana, que abrió las pantallas a la región, es reconfortante conocer por uno de sus nuevos realizadores, Pablo Trapero, que el público latinoamericano responde a su cinematografía.
El filme de Trapero, El Clan, seleccionado para la inauguración (3 de diciembre) es un éxito de taquilla en su Argentina natal, y aquí fue recibido con una ovación.
La macabra historia de la familia Puccio, que en los años 80 secuestraba y asesinaba en el barrio bonaerense de San Isidro, reconstruida por Trapero, concursa por el Premio Coral.
El Festival es además momento de reencuentros. En la terraza del Hotel Nacional encontramos a Ruy Guerra, figura prominente del movimiento Cinema Nôvo de Brasil, quien recibe Coral de Honor por su extensa trayectoria con cintas como Estorvo, Me alquilo para soñar (serie de 6 episodios), Os amores difíceis, A ópera do malandro, y Erêndira (basada en la novela de Gabriel García Márquez).
Usted es uno de los maestros del cine latinoamericano ¿cómo lo ve actualmente? “Para mi es muy difícil hablar del cine latinoamericano como un todo porque no vemos mucho las películas de otros países por el sistema de distribución y exhibición. En Brasil la característica es por ciclos hay momentos que se desarrolla uno importante y de pronto baja, es según la economía. Ahora hay una gran influencia de la televisión. Las comedias marcan mucho los cineastas porque es la manera más sencilla de encontrar posibilidades de producción. Es difícil hacer una que salga de ese camino porque es un proceso muy largo, hay que ser muy insistente para lograr la financiación y el público no responde muy bien a esas películas, independientemente de su calidad porque los lastra la televisión”.
Ahora hay muchos festivales en América Latina… “He estado un poco aislado de ese proceso escribiendo guiones y haciendo mis propias películas, pero si, hay una cantidad tan grande. Creo que es importante independiente de su formato o volumen, es una llama que mantiene vivo algo que es esencial, el placer del cine, y reactiva a las nuevas generaciones. Un festival por sencillo que sea busca siempre algo diferente y da oportunidad a los cineastas, y algo más, que se encuentren las distintas generaciones y de diferentes países. Quizás parezca una gota de agua pero esos encuentros son muy importantes, son una plataformas de reencuentros, de información, vitales para el desarrollo del cine”.
Le han entregado un merecido Coral de Honor… ”Este premio significa mucho. Tengo relaciones muy largas y antiguas con el Festival de La Habana. He traído mis películas, he filmado una serie, he estado en la Escuela de San Antonio de los Baños. He venido con mucha frecuencia a Cuba, es un país al que tengo un inmenso cariño y aquí tengo grandes amigos”.
De cariño por Cuba y felicidad de estar aquí habló para estas páginas Geraldine Chaplin en el Salón 1930 del propio Hotel Nacional. Cálida, amable y en perfecto español nos dijo: “Estoy feliz de estar aquí. Vengo con alta responsabilidad (presidenta del jurado de largometrajes de ficción) y sobre todo con la sed enorme de ver cine latinoamericano, porque creo que es en América Latina donde ahora mismo está pasando algo con el cine. Es el cine que yo quiero ver”.
Le entregan el Coral de actuación femenina del Festival del 2014 por su interpretación en Dólares de Arena…“Creo que es la mejor película que he hecho y una de las mejores que he visto. Es magnifica, muy sutil, dice todo sin dártelo pre digerido”.

Usted va a muchos festivales en el mundo ¿qué significado tiene el de La Habana? “Siempre ha sido especial para mi desde la primera vez que vine hace 30 años, he venido de visita también, el año pasado cuando la película estaba trabajando y no podía, pero ahora estoy otra vez. Quiero ver cine de aquí”.
Geraldine es hija del mas genial artista de la historia del cine, Charles Chaplin ¿Qué responsabilidad tiene el apellido Chaplin? “Ninguna, te abre todas las puertas, es maravilloso, es un regalo.Es maravilloso ser hija de un héroe mundial, él es mi héroe, ha dejado un legado para todas las generaciones del mundo y me siento totalmente orgullosa”
¿En que trabaja ahora? “Acabo de terminar una película de horror en Roma. He pasado al horror, he hecho todas las abuelitas, y ahora el terror. También he hecho una comedia francesa (Au delà des murs, Hervé Hadmar) y A monster calls (de Juan Antonio Bayona) con Sigourney Weaver, Liam Neeson. He hecho bastante este año”.
¿De sus películas cual le es más cercana? “La que mas sentimiento guardo es Dólares de arena (de Laura Amelia Guzmán, República Dominicana) ninguna duda. También me gusta Nashville. Otras de Saura, una época muy linda (Peppermint frappé, Ana y los lobos, Cría cuervos, Mamá cumple cien años) Ah! He trabajado con Jorge Sanjinés en Para escuchar el canto de los pájaros. Filmamos en Bolivia a cinco mil metros de altura. Yo admiraba desde siempre a Sanjinés, y pensaba era imposible que yo entrara en una de sus película, pero él escribió un guión donde había una mujer europea que se había casado con un chaman, y ¡me eligió a mi!”.
Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba, nos precisa sobre otro aspecto, la presencia italiana, muy fuerte este año. “Hemos conformado un programa que incluye una retrospectiva en el cine 23 y 12 del gran director Marco Bellocchio, que nos visita por primera vez. Deseo destacar que gracias a la colaboración de un grupo de instituciones culturales italianas se ha digitalizado ese cine, sede de la Cinemateca, con formato DSI, más un conjunto de novedades para una proyección excelente. También en 23 y 12 un homenaje a Mario Monicelli en su centenario. Se presenta una de sus películas restauradas, Queremos los coroneles, una delirante sátira con Ugo Tognazzi”.
Todo en una filmación es importante, pero la génesis es el guión. Con ese criterio dialogamos con el español Manuel Gutiérrez Aragón, director de cine, guionista y escritor, jurado en el concurso de Guiones Inéditos.
Miembro de la Real Academia Española de la Lengua, acumula una veintena de títulos (Demonios en el jardín, Camada negra, en 2008 filmó su última película, Todos estamos invitados) y alrededor de una treintena de guiones.
¿Qué ve de relevante en los festivales? “La comunicación de país a país cada día es mas complicada y las películas se ven en televisión no en las salas. Los festivales hacen un lazo de unión para que los cineastas de todos los países conozcamos nuestras películas. Además de ser sitios para el glamour, sobre todo son para conocer lo que se está haciendo. El cine es todavía un testimonio de la realidad, aunque hay películas de todo tipo, a través de ellas sabemos como piensan, como visten, como aman, como odian las gentes de otros países. En particular el Festival de La Habana, de referencia para el resto de Latinoamérica”.
¿Qué busca en un guión? “Pues que te sorprenda con alguna novedad, te emocione, y lo mas difícil, que te interese hasta el final”.
¿Un premio a un guión inédito? “Es un premio significativo porque gracias a él se han hecho películas importantes. Por ejemplo Fresa y chocolate. Ahora pienso ya no es tan decisivo, pero un premio de guión inédito en el Festival de La Habana siempre atrae el interés de productores”.
Para todos los entrevistados hay una idea fija.Lo importante es ver y amar al cine.En esos aspectos el Festival de La Habana tiene una historia impecable.
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