ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Banner
El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana es todo un suceso cultural. En la gráfica cinéfilos esperan en las afueras del capitalino Cine Chaplin para entrar en una de las ediciones de esa gran fiesta del audiovisual. Foto: Yander Zamora

La fama de un festival de cine viene dada por variadas razones. En muchos por el glamour de las estrellas que convoca, otros porque marcan pautas de calidad, dos o tres por su histórica aura.

El del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana está signado por sus inicios, hace nada menos que 37 años ininterrumpidos, por la búsqueda de sus propias pantallas para su publico natural, y luego el universal.

La Habana en diciembre es una fiesta de la cinematografía latinoamericana, respaldada por medio millón de espectadores, y deviene convite ineludible para los directores de la región.

El 37 Festival ya está citado para la primera quincena del próximo diciembre (de 3 al 13) y en él, según sus organizadores, que se reservan el derecho de admisión, concursaran “aquellas producciones de tema latinoamericano terminadas en los años 2014 o 2015”, pero aun mantienen el misterio sobre cuales son las seleccionadas para la competencia oficial.

Tanta tenacidad en mantener, ya por 37 años, el Festival amerita una breve historia. El primer encuentro tuvo lugar del 3 al 10 de diciembre de 1979 y en aquella ocasión participaron más de 600 cineastas. Los ganadores del Gran Premio Coral en ficción fueron Geraldo Sarno (Coronel Delmiro Gouveia, Brasil) y Sergio Giral (Maluala, Cuba).

Brasil ha repetido profusamente, con títulos y directores inmediatamente reconocibles para los cinéfilos: Bye Bye Brasil, de Carlos Diegues; Eles não usam black-tie, de Leon Hirszman; Memórias do cárcere, de Nelson Pereira dos Santos y Opera do malandro, de Ruy Guerra.
Argentina es otra subyugante presencia triunfadora: Asesinato en el Senado de la Nación, de Juan José Jusid; Darse cuenta, de Alejandro Doria; El exilio de Gardel, de Fernando Solanas; Ultimas imágenes del naufragio, y El lado oscuro del corazón, ambas de Eliseo Subiela; La historia oficial,de Luis Puenzo; El secreto de sus ojos de Juan José Campanella, y la enorme Maria Luisa Bemberg, por sus icónicas películas Miss Mary; Yo, la peor de todasy De eso no se habla.

Cuba, sede acogedora, participa como le corresponde, como uno más de la región, y sus realizadores también han alzado Corales: Hasta cierto punto, Tomás Gutiérrez Alea; Se permutayPlaff, Juan Carlos Tabío; Un hombre de éxitoHumberto Solás; Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío y Conducta, de Ernesto Daranas.
México, mas allá de su época de oro, también ha atrapado múltiples premios con, entre otras cintas, Frida-naturaleza viva, de Paul Leduc; La tarea prohibida, de Jaime Humberto Hermosillo y Profundo carmesí, de Arturo Ripstein.

Los maestros dieron paso a nuevos realizadores y sus óperas prima: Fernando Pérez con Clandestinos (Cuba); María Novaro conLola,(México);; Luis Alberto Lamata, Jericó (Venezuela); Guillermo del Toro con Cronos (México); Marco Bechis , Garaje Olimpo (Argentina) y éstos a otros ya más jóvenes como Andrucha Waddington, Eu, tu, eles, (Brasil); Alejandro González Iñárritu, Amores perros (México), Lucrecia Martel , La ciénaga, (Argentina); Karim Aïnouz,Madame Satâ (Brasil) y Lucrecia Martel , La niña santa,y Lucía Puenzo, Wakolda, (Argentina), y como se verá en el próximo Festival, ya llega otra generación.

Aunque para el cierre de esta edición la Casa del Festival no adelanta títulos para la competencia oficial, si ya se sabe que la cifra de cintas a exhibirse en las otras, múltiples, secciones, seguirá en el orden de las 400.

“Con una amplia representación geográfica, temática y genérica, la sección Latinoamérica en Perspectivaofrece un extenso panorama de la más reciente producción cinematográfica en la región, agrupada en 16 subprogramas que comprenden un total de 214 filmes provenientes de 28 países”, anuncia en su sitio web.

Para los cineastas específicamente hay dos primordiales momentos en el Festival más allá de la competencia: el Premio Coral de Post Producción y el Taller Latinoamericano de Guiones.

El Premio tiene el objetivo esencial de contribuir a la finalización de largometrajes de ficción, documental o animación, realizados en Latinoamérica, y que requieran recursos técnicos en la etapa de postproducción, como su nombre indica, y cuenta con numerosos copatrocinadores, como Lazio Film Comision (Italia); La Burbuja Sonido (Argentina); ARACNE DC (España); Sofía Films (México) y Boogieman Media (Argentina).

En cuanto a los guiones, que se entiende es la base de toda creación audiovisual, el Taller, creado en 2008, ofrece a los participantes asesoría de especialistas, y otros contactos, tanto es así que no son pocos los que han tenido buena fortuna y han visto sus obras en pantalla. Algunos títulos tan solo: El páramo, de Jaime Osorio (Colombia); Las mariposas, de Javier Hayrabedian (Uruguay); Caballos, de Fabián Suárez, Vestido de novia, Marilyn Solaya y Melaza, de Carlos Díaz Lechuga (Cuba); García, de Diego Ezequiel Vivanco (Argentina-Colombia) y El cerrajero, de Natalia Smirnoff (Argentina).

El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano como vemos tiene numerosas aristas. La principal para los cinéfilos es la proyección de las cintas, aunque 400 en diez días es un número inabarcable.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.