
PINAR DEL RÍO.—Con 25 nuevos títulos en su colección y un variado programa cultural, el Centro de Promoción y Desarrollo de la Literatura Hermanos Loynaz vuelve a tener un papel protagónico durante el paso de la XXIV Feria Internacional del Libro por tierra pinareña.
Presentaciones y peñas, exposiciones y conciertos se combinan una vez más en sus patios y galerías con nombre de poemas, en los que desde hace un cuarto de siglo se estudia y se divulga, como en ningún otro sitio, la obra de la autora de Jardín, y las de sus tres hermanos.
De hecho, tras su fundación en febrero de 1990, el Centro se ha convertido en la institución que más ha publicado los textos de Dulce María, y también de Flor, de Enrique y de Carlos Manuel Loynaz Muñoz.
Pero en ese tiempo su labor ha ido mucho más allá de atesorar la biblioteca personal de la familia —más de 2 000 títulos, incluyendo algunos dedicados personalmente por Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez o Gabriela Mistral— y de promocionar su literatura.
Luis Enrique Rodríguez, su director, señala que el Centro tiene además el mérito de haber abierto las puertas del libro a decenas de autores que no habían tenido la posibilidad de publicar.
Mucho antes de que el surgimiento del sistema de ediciones territoriales contribuyera a plasmar en letra impresa la obra de escritores de todo el país, el Centro Hermanos Loynaz ya había comenzado a hacerlo.
“Gracias a la ayuda de la Empresa Gráfica de Pinar del Río, se logró sacar a la luz los primeros títulos. Como es lógico, la falta de tecnología hacía que fueran libros muy rudimentarios, hechos de una manera prácticamente artesanal, pero para una provincia donde solo Nersys Felipe había tenido la oportunidad de publicar, sin dudas constituyó todo un acontecimiento”, comenta Luis Enrique.
“Poco a poco, a pesar de las limitaciones del equipamiento, se fue ganando en calidad, y cuando en el 2000 se recibieron los nuevos medios de impresión, ya había un oficio que permitió enfrentar la tarea de incrementar el número de títulos y ampliar la cifra de autores”.
Al cabo de 25 años, suman más de 400 los textos publicados, pertenecientes a unos 200 escritores de todo el país, una parte de ellos ganadores de los concursos literarios que auspicia el Centro desde principios de los años 90.
Sin duda, este ha sido uno de los logros principales de la institución, que surgió luego de que Dulce María Loynaz decidiera donarle a la provincia el mayor tesoro que pueda tener un escritor: sus libros, junto al mobiliario de su biblioteca y las condecoraciones conquistadas a lo largo de su vida, incluidos el Premio Nacional de Literatura y una réplica del Cervantes.
Cuentan que se trató de un gesto de profundo agradecimiento al grupo de intelectuales pinareños, encabezado por Aldo Martínez Malo, que desde la década de los 70 había insistido en rescatar su obra del olvido. “Por mucho tiempo me vivió el alma solo de ese eco; pero era bastante para sostenerme...”, reconocería la propia Dulce María.
Fiel a ese legado, año tras año algún texto de la autora de Finas redes y los Poemas sin nombre, o de sus tres hermanos, es incluido en el plan editorial del Centro, que hasta hoy ha sabido mantener viva su memoria y a la vez defender la obra de nuevos escritores, haciendo valer las propias palabras de la entrañable poetisa de que “se honra tanto a un país con los frutos de la inteligencia, como con las conquistas de la espada”.
COMENTAR
Adalberto aguilera dijo:
1
3 de marzo de 2015
16:39:35
Responder comentario