La literatura es alimento básico para mi espíritu

 La certeza de que escribir es alimento básico para su espíritu fue una de las aseveraciones que dejó bien claras Eduardo Heras León cuando le fue entregado ayer, en la sala Nicolás Guillén de la Cabaña, el Premio Nacional de Literatura 2014.

En la velada la joven escritora Dazra Novak distinguió con su palabra en nombre de los estudiantes del Centro Onelio Jorge Cardoso a su mentor,  y dijo que sus discípulos sabrán agradecerle todos sus desvelos escribiendo la literatura y ejerciendo la crítica.  

En la ceremonia se encontraban Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Abel Prieto Jiménez, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Miguel Barnet, presidente de la Uneac; Julián González Toledo, ministro de Cultura; Zuleica Romay, presidenta del Comité Organizador de la Feria y Antonio Guerrero, Héroe de la República de Cuba.

El acta del premio fue leída por uno de los integrantes del jurado, el poeta Waldo Leyva, quien recordó los elementos considerados para tal otorgamiento que distinguieron la calidad y trascendencia de su obra cuentística así como su contribución a la formación de jóvenes narradores en la dirección y docencia del Centro Onelio.

Las palabras de elogio redactadas por el escritor Guillermo Rodríguez Rivera fueron leídas por Leyva. El texto remarcó la presencia en la obra del Chino Heras de esa épica cubana que comprende la lucha contra el terrorismo contrarrevolucionario de los años del Escambray, pero también de su  mirada a la realidad revolucionaria de una manera crítica.

El homenajeado acotó en un emotivo discurso que la búsqueda de la verdad es el objetivo supremo de la literatura, y tras esgrimir con indiscutibles argumentos la fidelidad a los principios que siempre rigieron su vida, se  enorgulleció de pertenecer a la que llamó “la generación de la lealtad”.