Breve apunte para el ahora

Prefiero escuchar, antes que hablar. Defecto y virtud, según se mire, prestar atención a las palabras de otros me ha permitido entender mejor a la gente que me rodea y, en consecuencia, ser empática; también, aprender de ellas.

No hay ser humano que no tenga algo para enseñarnos, incluso desde aquellas que consideramos sus falencias. En especial, prestar atención a lo que dicen quienes nos superan en edad y experiencia es también una vía para ganar luces, y ahorrarse amarguras. Al final, aunque cambien las épocas, las piedras contra las que se choca casi siempre son las mismas.

El otro día conversaba con una amiga, ella habló casi todo el rato, yo la atendí. Me contaba de su juventud, una época en que, con dos niños pequeños, un trabajo que le gustaba mucho y una crisis económica tremenda, tuvo que hacer muchos acomodos, algunas renuncias, y se mantuvo fiel al camino que había escogido.

Días después, aún resuena en mí la pregunta que –me dijo–

se hizo entonces: «Si yo también me voy, ¿quién le dará clases a estos muchachos?» Y se quedó. Sé que la vida la ha premiado por esa y otras muchas decisiones, pero el modo en que habla de esos tiempos no tiene nada que ver con vanagloriarse de triunfos ni razones confirmadas; sino, creo, con la actitud de haber decidido entonces ser útil y feliz, sin que ninguna circunstancia le robara la belleza de sus años.

Quizá por eso no hay en su voz vestigios de resentimientos, y si va al pasado no es para arrepentirse ni hurgar en heridas cerradas en falso, sino para sacarle a la nostalgia lo que de bello e impulsor tiene.

Lo apunto todo para el mañana, que es decir para el ahora: hacer cada sacrificio convencida de su valor; estar donde crea que debo y puedo, y donde me necesiten; querer hoy, porque es el único día que tenemos seguro para hacerlo; espantar la queja, y buscar lo hermoso siempre.

Quiero mirar atrás y sentir que detrás de mis aciertos y errores siempre estuvieron la lealtad y el bien. Quiero poder hablar como mi amiga, sabiendo la razón de mi vida y defendiéndola.