Con la nefasta llegada del coronavirus algunas cosas han bajado en el ranking de las relaciones humanas y otras están escalando posiciones, entramos en la época donde los besos pasan a estado de hibernación mientras se imponen las miradas, asomaditas por encima del borde de los nasobucos, polícromos y variados.
Es genial aquella letra musical que expresa: «tu mirada es el más perfecto modo de decirlo todo, todo, aunque no me digas nada» porque resume muchos momentos en que una mirada basta, lo mismo para expresar simpatías que para callar bocas. El viejo Celedonio solía usar ese método para frenar el despotricado parloteo de su mujer Carmen la Iguana, dotada de una lengua peligrosa e incontenible.
«Esa mirada tuya, Valentín, me hiere las pestañas», decía Consuelo Perdido, la hija menor del guajiro Tomás Perdido del Monte, ordeñador de vacas.
En mi juventud conocí a Valentín, alias El Tierno, que había logrado sus mayores conquistas amorosas gracias a una mirada perfectamente ensayada y equipada con dos pupilas verdes que le habían reportado positivos saldos pasionales. A su hermano le fue peor, sufría estrabismo y nunca logró trasladar un claro mensaje con sus ojos y tal vez por eso terminó enredándose con la mujer equivocada.
Pero en verdad, es ahora en que más se demanda una buena interpretación de códigos escondidos en las miradas, lo que puede hacernos muy diestros para adivinar estados de ánimo, aunque a veces nos topamos a gente que tienen la mirada perdida y usted les puede estar hablando del coronavirus, ellos aparentar una atención extrema y de buenas a primeras voltean la vista hacia ti y con toda tranquilidad te preguntan: ¿Tú sabes si hoy traen el pollo?
Y ahora, que tanta atención se presta a los ojos, se debe tener cuidado con ciertas conductas indiscretas y evitar detenerse en «cosas» donde no resulta muy sano ponerlos, sin algunas precauciones. Recuerden que existen lugares en que se mira y no se toca, algo que se aprende desde niños y que es parte de la educación cívica que permite mejores comportamientos y en todo caso si algo se toca, no dejen de lavarse las manos.
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